Sin lugar a dudas, la historia del básquet argentinos tiene muchas fechas importantes que recordar. El 8 de mayo es un día que dos equipos de nuestra Liga Nacional tienen marcado a fuego, lo marcan en rojo en sus calendarios y lo festejan como la primera vez. En el 2004, Regatas de Corrientes superaba a Conarpesa en el Estadio de los Sueños, y lograba su ascenso a la máxima categoría del básquet argentino. Más cercano al presente, más precisamente en el 2015, Instituto de Córdoba ganaba un juego increíble en el Héctor Etchart y volvía a la élite después de 29 años.

¿Cómo fue el camino de cada uno en este logro? ¿Cómo lo vivieron los protagonistas? Te lo contamos a continuación.

16 años parecen muy lejanos. ¿Qué pasaba en el mundo en el 2004?
En Estados Unidos, Mark Zuckerberg fundó Facebook, en aquel entonces llamado TheFacebook como un proyecto universitario. La serie Friends llegó a su final después de 10 temporadas. En nuestro país, un equipo de Corrientes se abría su camino en el Torneo Nacional de Ascenso. El fantasma tuvo un inicio irregular en la temporada, donde tuvo que sortear una de las noticias más duras: Alejandro Coronel dejó el equipo tras confirmarse que sufría de cáncer. A mediados de la temporada, la dirigencia decidió el corte del entrenador Jorge Caballero; en su lugar llegó un joven Silvio Santander. De ahí en adelante la realidad fue otra, el equipo cambió su mentalidad y comenzó a tener un juego mucho más fluído. En playoffs tuvo que bailar con la más fea muchas veces, llegando en el séptimo lugar, debió enfrentar las fases definitivas con desventaja de localía.

Martín Melo, uno de los jugadores del plantel, recuerda la temporada que vivió en Regatas: «El balance fue genial, fue un año estupendo, empezamos un poco irregulares, por ahí el equipo generaba otras expectativas, era un equipazo, estábamos para un poco más. El equipo sufre la baja de Ale Coronel porque se le diagnostica el cáncer, se decidió el corte de Jorge Caballero. Llegó Silvio Santander, un maestro, hablamos de 16 años atrás y ya se le notaba que era un fuera de serie, nos llevó a un nivel impensado individual y colectivamente, fue un momento clave que nos permitió llegar a lo más alto porque generó una confianza y una solidez en el equipo que llegando séptimos a los playoffs pudimos superar todas las series de visitante. Ganamos la final contra Conarpesa dirigido por Huevo Sánchez, donde también estaba Treise, Edu Villares, tenía un equipazo, que estaba para campeonar, fuimos contundentes. Fue uno de los mejores recuerdos de mi carrera, el estadio explotado, nunca viví algo así antes. Fue un furor, me enamoré de Regatas, de Corrientes, me sigue pareciendo por lejos el mejor equipo de la Liga Nacional, por su estructura, su gente, soy de adorar los clubes sociales y Regatas reúne todo. El correntino es maravilloso, nos abrió las puertas, nos trató de mil maravillas, me llené de amigos. Tuve la suerte de repetir después del ascenso y realmente fueron dos años hermosos.»

En Playoffs, el conjunto del litoral barrió su primera serie contra Asociación Mitre 3 a 0. En el segundo escalón debió enfrentar a un conocido de la Liga Nacional: Olimpia de Venado Tuerto, golpeó en el primer juego de visitante 69 a 63, para terminar llevándose la llave por 3 a 1. La misma situación se vivió en la definición del ascenso, esta vez ante Conarpesa de Puerto Madryn. Los de Silvio Santander triunfaron en la presentación en la ruta, 78 a 75. La revancha se la llevaron los dirigidos por Huevo Sánchez, 89 a 77, pero nadie quiso dejar escapar la oportunidad en casa, y en el Estadio de los Sueños, los mismos se volvieron realidad. 90-85 y 78-63 fueron los marcadores finales que desataron la euforia. Regatas de Corrientes era parte de la Liga Nacional.

«El partido definitivo recuerdo una explosión de gente en la cancha, con filas de gente para acceder al estadio. Era la oportunidad de Regatas para llegar a la máxima categoría y medirse con los mejores. Fue un momento muy particular y una experiencia como entrenador, muy bonita.» Así lo recuerda Silvio Santander, que dejó su nombre grabado en la historia del club correntino. 

El goleador de la noche, Martín Melo, nos cuenta cómo vivió esa noche especial donde el remero alcanzó la máxima categoría del básquet argentino: «El estadio estaba colmado, como nunca lo había visto y como nunca volví a ver, fue impresionante la vibra que había, te llevaba para adelante. La euforia que había era maravillosa, no entraba más nadie, no tengo la duda que hizo explotar el básquet en Corrientes, y haber sido parte de eso es algo genial. Nada se le acercó a eso. Di vuelta por muchos lados y no volví a repetir algo así, la cancha fue una caldera, apenas sonó la chicharra hubo una invasión que era un hormiguero, había gente por todos lados. Fue una noche espectacular.»

A partir de allí, el camino de Regatas en la máxima categoría no hizo más que crecer. Nada más que tres años después de lograr el ascenso, se consagró campeón de la Copa Argentina. En la actualidad cuenta con un título de Liga Nacional, Liga Sudamericana y Liga de las Américas, entre otros palmarés.

Distinto fue el camino de Instituto en el Torneo Nacional de Ascenso de la temporada 2014/2015. Una de las mejores temporadas de Instituto tuvo lugar en la edición 2013-2014. El albirrojo tuvo en sus manos dos chances para el ascenso que no se pudieron concretar. Ciclista y San Martín de Corrientes fueron los verdugos de un plantel que había hecho todo para ascender y se quedaba en las puertas de la Liga Nacional. Con el dolor y el aprendizaje en lo más interno, los dirigidos por Osvaldo Arduh tuvieron un camino brillante en esta nueva temporada, entrando en la historia ya en la fase regular, donde alcanzaron el récord de 17 victorias consecutivas.

Hablamos con Pablo Bruna, uno de los líderes del equipo: «El balance sin dudas es muy positivo, creo que fue una de mis mejores temporadas, incluso más que la del último ascenso con Platense, a medida que fue pasando el torneo el equipo me fue aceptando como uno de los líderes y eso sin duda elevo mi confianza a un nivel muy bueno y me ayudó a saber cómo manejar el equipo desde mi puesto de base. También influyeron mucho el Turco Arduh que sacó lo mejor de mi en el aspecto físico y de juego, y la llegada de Facundo Sucatzky a mi me sirvió muchísimo desde lo mental y el liderazgo.» 

«El balance fue bastante raro, venía de jugar en Italia y en diciembre pegue la vuelta, porque me había ido solo, mi familia se había quedado en San Francisco. Casi que no quería seguir jugando al básquet, y a los pocos días Instituto me hizo una oferta increíble, que no tenía necesidad de sumar a un nuevo jugador, me tomó por sorpresa, caí en un grupo donde conocía muchos jugadores, donde todos eran muy competitivos, entrenar era realmente jugar un partido, había tantas ideas de juego, no se veía un jugador que marcara diferencia, sino que todo el equipo era una máquina, devastador. Lo hicimos muy bien durante todo el año. Fue para mi el ultimo campeonato que gané, es difícil de olvidarse de eso, creo que fue un año raro, que terminó con un título.» Así recuerda Germán Sciutto esa campaña histórica del conjunto cordobés. 

En los Playoffs, la Gloria no tuvo inconvenientes en despachar a La Unión de Colón en la primera presentación. Ya en el segundo escalón se encontraría con uno de los «cucos» de la categoría: Estudiantes de Olavarría. El histórico campeón del básquet volvía a buscar su lugar en la Liga Nacional. Lejos de repetir sus errores nuevamente, los cordobeses no le dieron oportunidad. Barrida 3-0, y a buscar la tan anhelada gloria. A la hora de la verdad, debía enfrentar, nada más y nada menos, que a Ferrocarril Oeste. Uno de los equipos más ganadores de la historia quería retornar a sus épocas de gloria, y no sería fácil para los dirigidos por Osvaldo Arduh. En el primer juego en el Ángel Sandrín se impuso el local 65 a 60, ya en el segundo partido, un contundente 82-58 dejaba al albirrojo en las puertas del ascenso.

Y la historia se mudó al Héctor Etchart. Y el partido fue digno de las circunstancias. Aquel 8 de mayo quedará en la historia como una de las fechas más importantes de la historia de la Institución de Alta Córdoba. El estadio colmado, 400 cordobeses tras el banco visitante, un simple de Scott Cutley para poner arriba a Instituto por un punto. Un tiro que besa el aro y sale. Gloria. Delirio. Fiesta albirroja en uno de los estadios más históricos del básquet argentino.

«Lo viví con mucha ansiedad, creo que un poco me jugó en contra la previa del partido, no descanse bien durante ese mismo día, recuerdo que decidí irme al cine porque no podía dormirme y no quería molestar a mi compañero de habitación. Sinceramente lo estaba esperando mucho a este logro, y creo que afectó en mi juego porque no tuve un buen partido.
El marco que había fue increíble, los 400 hinchas que nos fueron a alentar se hicieron sentir durante todo el partido más allá de ir perdiendo casi todo el juego, por suerte le pudimos regalar ese festejo alocado en los segundos finales.» (Pablo Bruna)

«Cuando uno juega esos partidos trata de disfrutar lo que ve alrededor muy poco, se concentra en el juego, más en lo que tiene que hacer para ganar, es muy difícil analizar lo que pasó alrededor. Tratando de estar enfocado en mi juego, en lo que necesitaba aportar al equipo, sobre todo en una instancia así. El marco que había fue increíble de local y visitante, por ahí jugamos con el público en contra, pero muchos hinchas de instituto nos acompañaron, nunca dejaron de alentar, y eso en todos los partidos fue un hombre más, fue una motivación. En los momentos difíciles nos acompañan, estar en ese momento ahí, a los pocos segundos parecía que no lo ganábamos, y sentir a la gente que nos alentaba te da un plus.» (Germán Sciutto)

Desde ese histórico 8 de mayo de 2015, la historia de Instituto no hizo más que crecer. Después de 29 años de ausencia volvió a la Liga Nacional, y ya alzó un título de Súper 20, Supercopa y Liga Nacional. También fue finalista de Liga Sudamerica y semifinalista de la Baskteball Champions League.

Ison Patoco – @isonpatoco