El entrenador puertorriqueño, Flor Meléndez, pasó por los micrófonos de UCU Radio para contar los detalles de su recuperación, tras haber contraído el COVID-19.

Mélendez, de 73 años, dirigió a Obras Sanitarias en la La Liga Nacional, equipo con el que ganó la Copa Williams Jones de 1983. Además, en Argentina dirigió a Unión Santa Fe, Independiente de General Pico y Libertad de Sunchales y fue asesor técnico de Regatas de San Nicolás. También fue entrenador de la Selección de Puerto Rico a mediados de la década del 80 y del Baloncesto Superior Nacional de Puerto Rico, como así también dirigió en equipos de España, Brasil y Venezuela, entre otros.

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«Fue un proceso largo porque empezó con un mal estar en el estómago, que como a los 3 días después me hizo subir la temperatura. Cuando llegué al hospital sufrí un mareo, tenía la fiebre muy alta y me mandaron para un cuarto de cuarentena previniendo lo que podía pasar y cuando me hicieron las pruebas me dieron la noticia de que tenía el virus«.

«Estaba en un cuarto del que no podía salir, no podía hablar con nadie. Solo entraban las personas que me atendían y mi médico de cabecera, que me dijo que me tranquilizara porque estaba medio nervioso y desde la suspensión del torneo local no había salido y me preocupaba haber contagiado a mi familia en casa. Todos se hicieron los tests y la única que dio positivo fue mi esposa y como ella tuvo complicaciones previas, todo se hizo más mental. Mi esposa estuvo asintomática, no tuvo fiebre e hizo la cuarentena en la casa«. 

«Después del primer día en el hospital, no tuve más síntomas porque tomé los medicamentos. Estuve 6 días hospitalizado, pero no me pudieron dar de alta porque tuve problemas con presión, me deshidraté y perdí potasio del cuerpo y me tuve que quedar tres días más. Días después me dieron el alta y tuve que esperar 14 días aislado, hasta que el virus se fue. Mi mujer y yo volvimos a hacer una prueba y estábamos bien y luego salió que había vuelto a tener el virus y esa fue una situación de locos porque a nadie le había pasado algo así. El doctor me dijo que esperáramos y a la semana le dijeron que una persona había hecho una mala lectura del informe«. 

«Es una enfermedad que nadie conoce, no se sabe nada. En Puerto Rico, lo único que hemos hecho es estar en cuarentena y recién después de un mes empezaron a abrir algunas cosas. No se puede ir al banco, solo al supermercado y a las farmacias. Hay 2000 personas que tienen el virus y han muerto más de 200. Si lo comparamos con otros países ha sido poco y en eso se está trabajando ahora. Hay que estar encerrados, uno no sabe cuando tiene el virus y si no sabe lo pasa a otras personas«. 

«Hablé con mucha gente después de lo que me pasó. Cuando me levanto solo pienso en que estoy vivo y en vivir el día a día, porque no se sabe si el virus sigue en el cuerpo o no, a pesar de que me dijeron que sirve como si fuese una inyección contra el virus o para poder ayudar a los demás». 

 

Foto: Archivo FIBA