Después de tanto tiempo, la temporada 19/20 de la mejor liga del mundo llegó a su fin. En la noche del domingo, Los Ángeles Lakers apabullaron a Miami Heat (106-93) en el sexto punto de las Finales y consiguieron su decimoséptimo título de la NBA, con LeBron James como jugador más valioso.

Con la noticia de que Dragic podía tener minutos en cancha en el Heat, el partido comenzó siendo parejo en el capítulo inicial, con ambos equipos bien cerrados en sus pinturas y planificando cada movimiento de las ofensivas como si fuera la última, pero hacia el segundo cuarto, todo eso se desmoronó. O al menos del lado de Miami que evidenció el desgaste, mostró cansancio y falta de energía ante unos Lakers apabullantes.

Con defensas intensas y al borde de la perfección, sumado a un juego de pases desequilibrante en el campo enemigo donde buscaron siempre al mejor compañero ubicado cuando no era factible anotar por contraataques rápidos, los dirigidos por Vogel borraron de la cancha a Miami, que intentó contrarrestar con marcajes tanto en hombre como en zona, pero ninguna alternativa fue suficiente para disolver el tsunami oro y púrpura que se estaba forjando. Esos 12 minutos terminaron 36-16 con un Rondo brillante y James indetenible, para entrar al al descanso largo con 64-36 en el electrónico, que se hizo irremontable para Miami.

En el tercer y en el último parcial, la diferencia en el marcador no hizo más que modificarse levemente. Llegó a ser de 36, aunque en los últimos minutos los comandados por Spoelstra achicaron la diferencia que terminó decorando el resultado.

El mejor del encuentro, y de las Finales en general, no podía ser otro que LeBron James, que culminó el partido (y la temporada) con 28 puntos, 14 rebotes y 10 asistencias, seguido de Anthony Davis (19 unidades y 15 tableros) y Rajon Rondo (19 puntos, 4 asistencias y 4 rebotes). En Miami los más destacados fue Bam Adebayo, con 25 tantos y 10 cristales.

Después de diez años, Los Ángeles Lakers, campeones de la NBA por 17ma vez en su historia.