En septiembre del 2020 inició la temporada en Eslovaquia. El 26 de ese mes, Lautaro López dio sus primeros pasos en la SBL, y semana a semana sus números iban sorprendiendo a propios y ajenos. El argentino, que llegó a sumar 35 puntos en un partido y que acarició el triple doble en dos oportunidades demostró un gran crecimiento en la competencia, siendo el líder del equipo, no solo en el momento de armar el juego, sino también en un plantel de jóvenes que buscan mostrarse a todo el resto del continente.

En Expedición Albiceleste, Fede Toral e Ison Patoco hablaron con el ex jugador de San Lorenzo para conocer sobre su presente en el país, cómo vive la competencia y cuáles son sus planes en el futuro profesional. Además, también charlaron sobre las cuestiones sanitarias, los protocolos y algo que parece atacar sin piedad al chaqueño: el frio.

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«Estoy muy contento, creo que por primera vez en mucho tiempo estoy tranquilo con el trabajo que vengo haciendo. Venía de dos años sin jugar, y venir acá y saber que estoy trabajando con mi pasaporte, era un año jodido, si llegaba a tener una temporada mala me iba a perjudicar bastante, me puse esa presión y la responsabilidad de dar lo máximo que pueda como jugador.

Sobre el nivel, es algo que me preguntan mucho, más allá del nivel, obviamente es bueno, pero comparando otras competencias a nivel europeo quizás no es tan fuerte, pero más allá del nivel, creo que si me pongo a pensar en eso me afectaría a nivel mental. Mi familia me pregunta sobre eso también, pero es difícil poder sobresalir en cualquier competencia si no trabajas y no te preparas mentalmente para competir, tener partidos todas las semanas. Por más que tenga otro nivel estoy super contento, pasé mucho tiempo sin jugar, me plantee muchas cosas, si seguía jugando o no, y que todo se siga dando como ahora, me pone muy contento.

Hay muchos proyectos a nivel nacional que quedaron y que no tuvieron la posibilidad de irse afuera. Tengo un compañero de 2.25m yo le digo que es una locura y un placer jugar con él. Son chicos que tuvieron la posibilidad de ir a Estados Unidos, en otro equipos hay otro muy alto, de República Checa; son tipos muy grandes que no tuvieron la posibilidad de irse, por eso digo que en cuanto al nivel es bueno. Hay muchos americanos, y jugadores que pasaron por Leb Oro. Tenemos un equipo muy joven y creo que estamos dando que hablar.

Es una buena vidriera, es la primera razón por la que vine, estuve mucho tiempo inactivo, al principio de agosto estaba super nervioso por jugar, y esa fue mi primera idea, el entrenador me dijo que iba a tener muchos minutos, sabía que era retroceder un par de pasos, pero sé que esto va a impulsar mi carrera y para seguir mejorando, para que vengan cosas buenas, por eso tomé el desafío.

Hice mucha terapia, muchísima. Mucha gente me ayudó a ir forjando mi carácter, antes era demasiado explosivo, no escuchaba, era cabeza dura. Fui tratando de moldear mi carácter, de entender y ponerme en el lugar del otro. Ahora me siento identificado con los chicos del equipo, muchos tienen 16 o 17 años, y me hacen acordar a mi paso por San Lorenzo, y me pasó lo mismo en el Baskonia, y estar rodeado de grandes jugadores me hizo comprender y entender el rol, entonces se me hizo más fácil ayudar a mis compañeros dentro y fuera de la cancha.

En esa muñeca tengo una pulsera, que se la saque a mi mamá de la mesa de luz, no sé por qué estaba ahi, y como no puedo usarla, me la tapo con cinta, no porque me duela, ni nada. Es más un factor de suerte y de tranquilidad mental, si no la tengo siento que voy a jugar mal, siempre la mantengo ahí.

Actualmente estamos en cuarentena, para trasladarnos tenemos un papel por si nos para la policía. Lo renuevan cada vez que nos hacen un test, que es siempre el día previo al partido. La situación no estuvo tan jodida como en España. El 7 de febrero nos harían un test desde el gobierno para poder circular para que pueda volver a la normal.

En la pretemporada fuimos al centro, que es bastante turístico, a un castillo, pero fueron tres días y nos metieron en cuarentena. Llevo bastante tiempo en casa.

El frio me trata muy mal, pasé de 40 grados a la siesta, a -8 o -6 grados, el frío es algo que manejo muy mal, lo tolero muy poco y hace mucho frio cuando vamos a entrenar, y en los estadios hace más frío todavía. Es bastante jodido, encima salís a las 4 de la tarde y no hay sol, es todo el día de noche, es bastante complicado.

La verdad que obviamente está la posibilidad de volver a la Argentina, pero con este año que es bastante bueno, tengo bastantes ofertas de otros equipos de Europa, de ligas buenas, obviamente no cierro ninguna puerta. Trato de elegir lo mejor para mi carrera, me gustaría seguir en el básquet europeo, terminar los trámites de mi pasaporte y seguir bastante más tiempo jugando acá.»