Una noche para el olvido para los Warriors

Cuando Golden State todavía era un equipo que pasaba desapercibido entre los últimos puestos de la conferencia Oeste, protagonizó en 2004 una de las derrotas más duras que a un equipo le puede tocar sufrir.

(Foto: Rocky Widner, Getty Images)

Hoy en día, y hace varios años ya, el mundo de la NBA tiene a Golden State Warriors como uno de los principales animadores de la competencia con una figura histórica como lo es Steph Curry, uno de los mejores tiradores de todos los tiempos. Sin embargo, hace casi dos décadas eran una de las franquicias que penaban por los últimos puestos del Oeste y tenían algunas actuaciones que lo dejaban en claro.



Una de ellas sucedió el 8 de febrero de 2004, cuando el elenco de la bahía recibió en The Arena de Oakland a Toronto Raptors. Por ese entonces, el elenco que dirigía Eric Musselman luchaba por escaparle al fondo de la tabla, que lo encontraba en la 13ra colocación del Oeste en su segundo (y último) año como entrenador de Golden State.

En esa oportunidad, frente a otro equipo que no atravesaba el mejor momento y necesitaba del triunfo como el agua, tuvo la peor producción histórica para un equipo en el último cuarto. El juego había iniciado dentro de los parámetros normales y de hecho, tras haber arrancado con el pie izquierdo en el primer parcial, logró imponerse en los dos siguientes para llegar a la última manga arriba por 73 a 57, una ventaja de 16 que no era definitiva pero tampoco ajustada.

Sin embargo, el local tuvo los peores 12 minutos finales para un equipo en la historia de la liga, en los que anotaron solo dos puntos. Sí, un solo tiro de campo, convertido por Erick Dampier cuando restaban 9:43 para el final del tiempo reglamentario, fue la única anotación de Golden State. En ese último cuarto, erraron 12 tiros de campo (uno solo de tres puntos) y otros tres libres (el primero de ellos era para completar el 2&1 de Dampier), lo que permitió la recuperación de los Raptors, que cerraron ese parcial 18 a 2.

Eso no les dio la victoria, pero sí les permitió igualar el marcador para estirar la definición en el tiempo extra. Allí, la efectividad de los Warriors fue mayor y lograron anotar seis puntos, producto de dos dobles y dos libres. Lamentablemente para ellos eso no sirvió para contrarrestar los nueve de Toronto, que ganó 84 a 81 con un triple de Morris Peterson a falta de solo dos segundos para el final del encuentro.

Jason Richardson finalizó la noche como el máximo anotador para el equipo con 22 puntos habiendo anotado el único triple del juego para los suyos, algo que hoy en día sería inconcebible para esa franquicia. Por los Raptors, un histórico como Vince Carter fue el que más convirtió, también con 22 unidades pero en su caso siete dobles y ocho libres (de nueve lanzados, la gran efectividad que lo acompañó durante toda su carrera).

Con el correr de los años y la evolución del juego, sobre todo trasladado a la era del triple que atraviesa en estos momentos, difícilmente se vuelva a dar una situación similar, en la que un equipo anota solo dos tantos en el último cuarto. De todas maneras, esa noche la efectividad de los jugadores de los Warriors fue muy baja y también convergieron varias situaciones que le hicieron imposible sostener la ventaja a Golden State, sentenciándolos a tener que jugar cinco minutos más antes de terminar perdiendo con Toronto.

Nota: Emiliano Iriondo | Twitter: @emi_iriondo

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