A poco más de un mes del comienzo de la temporada 2025-26, los Warriors apenas movieron fichas en la temporada baja. Más allá de rumores y nombres en la órbita, la franquicia de San Francisco eligió la cautela. Detrás de esa decisión están el caso Jonathan Kuminga, la chance de sumar a Al Horford y, sobre todo, la urgencia de aprovechar los últimos años de Stephen Curry al máximo.

Kuminga, la pieza que frena todo

Jonathan Kuminga se convirtió en el gran protagonista del verano en San Francisco. El alero quedó como Agente libre restringido, con la chance de escuchar propuestas de otras franquicias y la obligación para los Warriors de igualarlas si quieren retenerlo. Desde las oficinas de la bahía le ofrecieron un contrato corto de dos años por 45 millones, con opción de equipo y sin cláusula de no-traspaso, pero la propuesta fue rechazada por el jugador y su círculo cercano por considerarse poco favorable.

Jonathan Kuminga en acción con los Golden State Warriors.
El futuro del congoleño de 21 años todavía es una incógnita. Foto de Warriors vía X.

Ahí entraron en juego Phoenix Suns y Sacramento Kings, que ya presentaron ofertas mucho más atractivas: cuatro años, alrededor de 90 millones y una opción de jugador en la última temporada. Incluso Sacramento tanteó la posibilidad de un sign-and-trade incluyendo a Malik Monk y selecciones de draft, aunque Golden State se mostró reticente a cerrar un acuerdo de ese tipo.

Este tira y afloje dejó a los Warriors en un callejón sin salida. Mientras no se defina el futuro de Kuminga, ya sea con una extensión, un traspaso o aceptando la oferta calificada para ser libre en 2026, el equipo no puede comprometerse en otros movimientos. Su situación es, hoy por hoy, el principal freno que explica la quietud del mercado en la Bahía.

¿Al Horford a la Bahía?

En medio de la incertidumbre apareció el nombre de Al Horford. El dominicano, que viene de cumplir un rol vital en los Boston Celtics y fue pieza clave para la obtención del campeonato del 2024, sería una solución inmediata para reforzar la pintura, sumar inteligencia defensiva y aportar liderazgo en vestuario, además de darle aire a Draymond Green. Pero su posible llegada está directamente atada a la resolución del caso Kuminga.

Sin embargo, la duda no llega por su calidad, sino por su edad: ¿puede un jugador de 39 años responder al nivel de exigencia que demanda una temporada de NBA y una hipotética carrera por el título? Golden State sabe que su jerarquía está intacta, pero también que el tiempo es un rival difícil de vencer.

¿Últimos intentos de gloria?

Los vestigios de la dinastía siguen presentes: Stephen Curry y Draymond Green todavía son el corazón de los Warriors, y Steve Kerr continúa al mando. Pero el plantel es muy distinto al que supo coronarse. Hoy cuentan con Jimmy Butler, un jugador de jerarquía probado, aunque condicionado por su edad y las lesiones. A su alrededor, el futuro parece depositado en Brandin Podziemski, Moses Moody y un puñado de jóvenes que todavía necesitan consolidarse en la élite.

Jimmy Butler III, Stephen Curry y Draymond Green en los Golden State Warriors.
Curry, Green y Butler son las piedras angulares en el proyecto de los Warriors para tratar de conseguir un nuevo campeonato. Imágen cortesía de Warriors vía X.

¿Están para competir? Con Curry sano, Golden State nunca puede darse por descartado. Pero la ventana es mínima. Si la franquicia no logra un equilibrio real entre la experiencia de sus veteranos y el hambre de sus jóvenes, el riesgo de quedarse a mitad de camino es enorme. En otras palabras: cada temporada que pase sin dar el salto será una bala menos para que Curry vuelva a levantar el trofeo.

FOTO: Warriors

NOTA: Eliseo Luque