La NBA siempre sorprende con historias llamativas, pero esta vez se trata de una triste. Chris Paul había tomado la decisión de unirse a Los Ángeles Clippers con el deseo de retirarse ahí. El base había optado por la organización californiana para vivir una campaña junto al equipo que lo vio tocar el techo de su rendimiento deportivo.
Sin embargo, la historia de amor del jugador hacia la franquicia tuvo un vuelco inesperado. A dos meses de iniciar la competencia, y luego de la derrota del equipo en Miami, la franquicia decidió que Chris Paul no volverá a jugar en los Clippers. Tras un inicio lejos de lo deseado (5-16), optó por enviar al base a su casa en la previa del juego del miércoles frente a los Hawks en Atlanta. El segundo de los cinco juegos consecutivos como visitante para el conjunto dirigido por Tyronn Lue.
La noticia sorprendió a todos. El base fue el primero en comunicar la noticia en sus historias de Instagram. Una imagen con fondo oscuro sobre el cual se pudo leer: «Me acabo de enterar que me envían a mi casa». Esto no hizo más que despertar el desconcierto del público en general sin saber si el jugador había sido liberado, traspasado o cómo seguiría su carrera.
Este miércoles por la mañana hubo un comunicado por parte de Los Ángeles Clippers. La organización aclaró que trabajará en conjunto con el jugador para ‘buscarle un nuevo rumbo a su carrera’. A su vez, mencionó que el base no volverá a vestir la camiseta del equipo y que está agradecida por su aporte. También expresö: «Nadie le echa la culpa de nuestro flojo rendimiento. Aceptamos nuestra responsabilidad, hay muchas razones por las cuales no estamos bien».
El paso de Chris Paul por los Clippers
Chris Paul llegó por primera vez a Los Ángeles Clippers en diciembre del 2011. El base había tenido unos buenos seis primeros años en los New Orleans Hornets (hoy Pelicans) en los que había sido rookie del año (2006), All-Star en cuatro oportunidades (2008, 2009, 2010 y 2011) e integrante de los mejores quintetos de la NBA (2008 en el 1° equipo, 2009 en el 2° y 2011 en el 3°). En el medio de su arribo a Los Ángeles, y como propietario momentáneo de la franquicia, el comisionado David Stern vetó un traspaso del base a los Lakers para luego redireccionarlo a los Clippers.
El perimetral arribó a una franquicia con 41 años, pero de casi nulo impacto en la NBA. Tuvo pasos por Buffalo (1970-77) y San Diego (1978-84) hasta radicarse en Los Ángeles. Entre 1970 y 2011 tuvo siete apariciones en Playoffs y sólo en dos ocasiones logró ganar una primera ronda de la postemporada. El arribo de Paul invitaba a soñar con un mejor futuro.
Chris Paul pasó seis temporadas en los Clippers entre 2011 y 2017. Sólo en el último año no fue All-Star y llegó a ser el MVP del evento en 2013. Integró casi todos los quintetos ideales y siempre estuvo entre los mejores jugadores defensivos de la liga. También lideró la liga en asistencias como robos en tres oportunidades.
No obstante, lo más importante se dio en el plano colectivo. Lideró el ‘lob city’, un estilo de juego divertido en el que se conectó principalmente con Blake Griffin como DeAndre Jordan para varias de las volcadas más atrapantes de aquel momento. Paul lideró a los suyos a tres semifinales de conferencia durante su paso. En un oeste marcado por los Spurs de Duncan, Parker y Ginóbili, el Thunder de Westbrook y Durant, los Rockets de Harden y los Warriors de Curry, Thompson y Green, puso en el mapa a la franquicia.
Tras varias lesiones y dos apariciones fugaces en los Playoffs 2016 como del 2017, la franquicia decidió buscar un nuevo rumbo. Lo dejó ir a Houston en busca de un campeonato. Llegó a acariciar las finales en 2018, pero un olvidable séptimo juego ante los Warriors le impidió esa alegría. Tuvo un segundo año en Texas, pero la unión con Harden se desarmó.
Luego tuvo pasos por Oklahoma City Thunder, Phoenix Suns -donde fue finalista en 2021-, los mismos Warriors en 2023 y Spurs. A los 40 años, tenía un último deseo: retirarse en Los Ángeles.
Jugó 16 partidos y hasta llegó a anunciar su retiro con la alegría de saber que lo hacía allí, frente a los que más lo vieron brillar. Pero todo se desvaneció en un plazo de casi 10 días. Sin un rumbo cierto transita el tramo final de su camino uno de los mejores bases que vio la NBA en toda su historia.
Foto: USA Today Sports.
Nota: Fernando Torok.





