Sentado al borde del campo de entrenamiento en la imponente Ciudad Real Madrid en Valdebebas, Gabriel Deck espera tranquilo junto a Jorge Pérez, jefe de prensa, por la entrevista tras la práctica matutina del equipo de Pablo Laso. Con sus casi dos metros a cuestas, Deck es un niño en un cuerpo de hombre. Serio, respetuoso, humilde, perfil bajo y de pocas palabras pero muy predispuesto para conversar sobre una de sus grandes pasiones: el básquet. Este joven, oriundo de Colonia Dora, un pueblo del interior de Santiago del Estero, provincia del norte argentino, llegó al Madrid tras ganar todo en San Lorenzo y se adaptó a un equipo rodeado de estrellas y acostumbrado a estar siempre en las primeras posiciones en las competencias que disputa.

Estoy muy bien, muy feliz de estar adaptándome de la mejor manera, y esto es gracias a la confianza del entrenador, cuerpo técnico, compañeros y toda la gente que trabaja aquí alrededor, que me facilitaron muchísimo las cosas y obviamente estoy muy agradecido a todos ellos”, inicia la entrevista Deck. Sorprendido por la estructura y organización del Real Madrid, confiesa que fue de las cosas que más le llamó la atención cuando llegó a España. Por otro lado, ante la pregunta de para qué está el Madrid este año, expresa: “Si bien recién arrancamos y esta es una liga muy larga, creo que hemos tenido un muy buen comienzo y venimos trabajando de la mejor manera, pero hay que ir partido a partido y el tiempo dirá para que estamos”. Además, en cuanto a su relación con el director técnico, Pablo Laso, manifiesta: “Estoy agradecido a Pablo por la confianza y los minutos que me da y eso a uno lo deja más tranquilo y lo motiva para seguir trabajando. Aquí todos los jugadores se sienten muy cómodos con él”.

Deck se fue de su casa muy joven con el sueño de ser un basquetbolista profesional y adaptado a vivir lejos, explica lo que se siente: “Cuando uno se va tan chico de su casa, y con el hecho de ir pasando año tras año por ciudades diferentes, se acostumbra a la distancia. Al principio cuesta cuando llegas a un lugar nuevo y más a otro país, es difícil, pero con la ayuda de todos aquí en el club es mucho más fácil. Me gusta mucho Madrid, es un lugar tranquilo para vivir. Por ahí, extraño un poco las costumbres, mi familia y afectos, pero esto es lo que elegí para mi vida, mi carrera, y tuve que acostumbrarme a estar sin ellos”.

Ante la pregunta sobre sus planes para el futuro y si la NBA es una obsesión, Deck responde: “No pienso en la NBA, he llegado a un club grandísimo, así que estoy muy tranquilo. Quiero aprovechar mi estadía aquí, aprender y seguir trabajando para que el equipo cumpla sus objetivos. Mi meta es seguir mejorando y brindar siempre lo mejor para el equipo y mis compañeros para poder ganar”.

El Madrid es un club ejemplo por cómo trabaja en las áreas de desarrollo de cada jugador y Deck afirma que no sólo está perfeccionando su tiro de 3 puntos, sino también su físico, y agrega: “Día a día intento trabajar lo más que se pueda en todos los aspectos para ser un jugador muy completo”.

En un equipo intercultural y conformado por estrellas, podría haber una batalla de egos en la que se superpongan los objetivos personales por sobre los grupales. Pero no es el caso del Madrid, en donde cada jugador entiende su rol y respeta a Laso en las decisiones que toma para el equipo. Deck destaca que la convivencia día a día es muy tranquila y que es un gran grupo que tiene los roles y los objetivos muy claros.

En cuanto a la selección Argentina, Deck compartió vestuarios con Emanuel Ginóbili, Luis Scola, Andrés Nocioni, baluartes de la Generación Dorada y reconoce que cuando compartió, intentó observarlos a todos con la intención de aprender tanto dentro como fuera de la cancha y destaca que de todos ellos sacó cosas positivas que le sirvieron para su crecimiento personal y profesional.

Mientras Argentina pelea para acceder al Mundial de China 2019, Deck expresa: “Si bien aún hay que clasificar, y estamos ahí a un paso, creo que en el caso de acceder al Mundial, se verá a una nueva camada de jugadores que está intentando seguir el camino que dejó la Generación Dorada, así que esperamos estar a la altura, primero clasificar y luego trabajar duro para llegar bien al mundial. En cuanto a las ventanas FIBA, a Deck le gusta el formato y considera que “permite a los jugadores juntarse durante una semana, entrenar bien y preparar los partidos”.

Luis Scola, el gran capitán de la Generación Dorada y el único jugador de ese notable equipo que aún continúa en la selección, dejará en algún momento este deporte y Deck, ante la consulta sobre quien debería reemplazarlo como capitán, manifestó: “Argentina tiene varios jugadores que pueden hacerlo y eso será decisión del entrenador, pero esperemos que Luis no se retire todavía”.

Deck, pese a su corta edad, parece conocer la clave del éxito. Es una persona talentosa, trabajadora y sus acciones hablan por él, como su manera de agradecer a quienes lo ayudan y lo hicieron para llegar a donde está. Es por esto que agradece a Silvio Santander, su entrenador en Quimsa y expresa: “Silvio fue uno de los entrenadores que más me marcó en mi corta carrera porque me ayudó muchísimo dentro y fuera de la cancha”.

Deck es el niño en el barrio sentado en el cordón de la calle que espera con la pelota bajo el brazo jugar y ganar. Es un competidor serial y ama el juego. Lo disfruta y tiene en claro su meta. No le van las frases bonitas, los discursos de los habladores, la prensa amarilla. Pasa de las preguntas con altura y grandeza cuando considera que sus respuestas puedan generarescándalo o algún mínimo mal entendido. Tiene una receta, trabajo y esfuerzo para mejorar día a día con el objetivo de ganar. Porque Deck solo quiere jugar. Y ganar.

Por Ignacio Palenzuela enviado especial de UCU en Madrid

Audio completo de la entrevista: