Jeremias Easterling, hijo del extranjero ex Liga Nacional y TNA Stanley Easterling, se encuentra cursando su último año de la carrera de profesor de Educación Física en la Universidad de Saint Andrews, Estados Unidos.

El nacido en La Plata en 1996 se fue a EEUU con 15 años y con un sueño por delante, jugar en la Selección Argentina, al igual que su ídolo Manu Ginóbili. Para eso debió superar algunos retos, el primero y fundamental fue aprender inglés e integrarse bien al estilo universitario estadounidense.

Jeremias con su 1.98 metros y su posibilidad de desempeñarse de 3, 4 o 5, se encuentra como uno de los jugadores seleccionables para el próximo Draft de la NBA.

 

«Como muchos ya saben mi papá es  Stanley Easterling, el americano que fue muy conocido en Argentina, ex jugador de Atenas, Gimnasia de Comodoro, entre otros. El se quería volver a su país y la familia siempre lo apoyó en sus decisiones y es por eso que vinimos a Estados Unidos».

«Cuando vine a los Estados Unidos tenía 15 años y siempre fui acompañado y apoyado por mis padres. Todo lo que pasó en mi vida tuve el ciento por ciento de su apoyo».

«Cambiar de país, idioma y cultura fue lo más difícil. Me senté en la escuela y solamente sabía como decir hello. Aprendí solamente escuchando, me sentaba en las clases a escuchar y así aprendí inglés».

» Fue difícil en un principio poder entender a los estadounidenses, una cosa es aprender a escribir y otra cuando tenes que escuchar, no tenés ni idea de lo que dicen. Pero una vez que aprendí el lenguaje fue muy fácil integrarse, pensé que iba a ser mucho más difícil, me imaginaba que iban a ser racistas, yo era el único latino y el resto todos americanos, pero la verdad es que me incorporaron en el grupo como si fuera uno más y siempre voy a estar agradecido por eso».

«El formato de las universidades acá en Estados Unidos me parece genial. No sólo te deja jugar sino que también podes estudiar y tener tu carrera. Porque casi todos los atletas pensamos en jugar y hacer dinero, pero no pensamos en las lesiones y nunca tenemos un plan B. Pero acá en Estados Unidos estás obligado a estudiar y a recibirte. Lo bueno que tiene la universidad es que si tenés una mala nota no te dejan jugar por aproximadamente cinco meses, hasta que arregles la nota, por eso sirve como una motivación para los jugadores que no son tan buenos en la escuela pero son forzados a estudiar para poder seguir jugando».

«No tengo idea sobre mis expectativas para el Draft del año que viene, yo sólo trabajo duro para el futuro y que los resultados se den solos. Yo creo que puedo jugar en cualquier lado, mido dos metros, soy largo, tengo tiro, puedo picarla, mi juego es muy completo y creo que el cielo es el límite».

«Mi visión para el futuro es vestir la celeste y blanca, es lo que más quiero y siempre quise desde que piqué la pelota por primera vez, de chiquito miraba a Manu jugar y siempre fue mi inspiración. Creo que no hay honor más grande que vestir la bicolor.

Informe: Argentos x el Mundo (@ArgsXMundo)