En la mañana de martes en 3×3 Radio, hablamos con Leandro Palladino, ex integrante de la Selección Argentina que obtuvo el segundo lugar en el mundial de Indianápolis 2002. El nacido en la provincia de Entre Ríos habló de su presente profesional como representante de jugadores, y la realización de los campus de entrenamiento. Además contó cómo vivió el momento de su retiro, donde compartió una jornada espectacular con sus ex compañeros de Atenas y de la albiceleste.

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El Toro también habló de su visión que tiene por la Liga Nacional, el calendario, las fichas extranjeras, y la mentalidad de muchos jugadores actuales a la hora de afrontar el profesionalismo. Aprovechando el final de The Last Dance charlamos del liderazgo dentro de los equipos y los valores que intenta inculcar en los más chicos.

Fiel a su estilo divertido, sobre el final de la charla habló de una anécdota muy divertida con Lucas Victoriano, su compañero de equipo en #LaPeñaDeLosItys, que se realizan los viernes a la madrugada por Instagram Live.

Hablando con Lucas Victoriano surgió la idea de hacer un vivo, tipo una peña, donde charlar, contar anecdotas, divertirnos, invitando amigos para que se prendan. Como es una peña queremos invitar a músicos que se prendan, ponemos uno cada uno por jornada, ya hicimos dos, nos divertimos mucho, el instagram te deja hacer una hora de vivo, y hemos llegado a hacer cinco horas, así que imaginate que la pasamos muy bien.

Me gusta ser un buen anfitrión, soy de hacer el asado tranquilo, se quejan porque lo hago lento, es la técnica, la táctica para pasar más tiempo con los amigos. Me gusta cocinar, así que también tiene que ver eso. Soy mas del estilo casero o rústico.

Estoy como la mayoría de la gente, cambiando un poco la rutina, al principio uno se acostaba tarde, se levantaba tarde, no tenía horario, creo que vi todas las series de Netflix habidas y por haber. Hace un mes empecé a organizar los tiempos, los horarios. Empecé a hacer rutinas de entrenamiento, y ahora lo llevo de esa forma.

Se extraña ver partidos, pero no tengo una abstinencia tan grande, porque estoy ocupado en otras cosas que hacen que no tenga esa necesidad, las ganas de salir, de poder ir a una cancha, de ver un partido, de viajar, eso si tengo, esperemos que se resuelva pronto, para el bien y la salud de todos.

Ya van a ser 11 años desde mi retiro, y no extraño estar en una cancha, jugar, o hacer la vida que tenía como deportista. Antes de retirarme anuncié mi retiro y me preparé mentalmente para eso. Cuando decido jugar en mi ciudad la liga local, fue para cerrar un círculo en el lugar donde empecé. Sabía que físicamente no estaba al 100% y no me sentía cómodo. Mi cabeza se fue adaptando, hice un partido de despedida y ahí sentí que cerré un ciclo, y no me quedó nada pendiente, no tengo ni la necesidad ni las ganas de volver a estar en la cancha de básquet. Seguí trabajando y por eso no tuve la necesidad de seguir pensando en eso.

No tuve un apoyo profesional a la hora de retirarme, sino que me preparé para disfrutar ese año, muchos me preguntaban cómo iba a jugar la Liga B, pero era lo que yo quería. Quería irme en el lugar donde empecé, donde estaban mis amigos de mini básquet, hacía poco que había fallecido mi padre, que fue el que me acercó al club, y también lo hice por él. hubo un montón de factores positivos que me hicieron disfrutar mi último año. Lo más importante que me dijo un amigo fue que a mi despedida la tenía que anunciar, porque había sido importante, y tenía que hacer saber que me iba a ir. Mi cabeza estaba preparada. Estar predispuesto a disfrutar la última temporada fue lo que hizo que mi cabeza esté tranquila, me aseguré de darlo todo.

Fue tremendo, más allá de la fiesta, fue lo que todos me recalcaron, el colectivo con todos los jugadores que decidieron ir. Fue una de las mejores cosas de la despedida. Tuve la suerte de jugar con dos grandes camadas, de ahí fueron Milanesio, Campana, Mili Villar, Diego osella, Rubén Magnano, Lomo Ligorria, Kili Gonzalez, Chapu, Luis, Leo, Pepe, Gabi, Delfino, Pelussi, Lamas, Legaria, era increíble, era un colectivo que si te ponías a ver todo, valía más el colectivo que toda la ciudad.
De mi parte fue algo muy lindo, porque cuando los convoqué me dijeron que iban a ir igual aunque no los haya invitado. Me han dado muchas alegrías en mi carrera, pero sin lugar a dudas.

«Hermanos de camiseta» fue una frase de Hugo, y bueno, eso era lo que el sentía con la Generación dorada y es una frase que nos identifica y es tal cual. En la Generación Dorada éramos hermanos.

Como dije, cuando me retiré lo más importante era mantenerme ocupado, tenía que seguir activando la cabeza. La verdad que una de las cosas que veía era representar jugadores, porque quería acompañar la carrera de los chicos, aconsejarlos, enseñarles como son los pasos a seguir. Hay lugar para todos ahí. Ahora también tengo posibilidad de trabajar con los más chicos en los campus. La verdad, es lo que más alegría me da, a pesar de los nervios, la logística, es lo clave, quiero dejar un legado de lo que fue la Generación Dorada e inculcar los valores que uno tuvo y tiene, para que no solo sean buenos jugadores de básquet sino también buenas personas. Eso es lo más importante, al deportista se le termina la etapa profesional, cuelga los cuadros, pero hay mucho más.

Cuando tomé la decisión de dejar quería ver cómo podía seguir ligado al básquet. Pensé en ser entrenador, pero eso me parece que requiere tener una vocación que no la tengo, esa docencia la puedo reflejar en los campus, pero no me veo manejando un equipo grande, porque tampoco es fácil, sacarse el traje de ex jugador y explicar cuestiones que para uno son obvias. Victoriano, Gutiérrez son ex jugadores que están haciendo una carrera muy buena, y bueno, ellos entendieron eso y quisieron ser eso. A mi me gusta enseñar a los más chicos, acompañarlos, aconsejarlos. No sé cuánto puede durar lo que hago ahora, pero me gustaría estar más ligado a una institución y dar mis consejos. Eso sí me gustaría en algún momento. Los jugadores cambiaron mucho, es todo un tema que día a día van cambiando, hay que adaptarse a eso.

Obviamente que los tiempos cambian, cambian las exigencias, los jugadores y sus mentalidades. Estoy viendo una liga de recambio en calendario, reglamento, situaciones económicas. Veo que está pasando un momento de adaptación estancada, no la veo crecer mucho, el jugador ha cambiado la mentalidad, no está con la cabeza en una liga mejor. La Liga tiene buenos salarios y eso hace cambiar la mentalidad del jugador que quiere seguir progresando. Fue la competencia que nos vio crecer y darnos a conocer, hay que cuidarla y respetarla. En lo que uno puede, aportar un granito de arena para que la liga se siga manteniendo y siga generando jugadores de nivel internacional.

Sobre la Liga Nacional, yo sacaría las fichas libres de extranjeros, pondría un cupo límite para darle más importancia y más lugar al jugador nacional. Y hasta el día de hoy no puedo entender o encajar los días de partido, creo que tener una rutina como se hizo durante muchos años era como históricamente estaba planificada la liga. No entiendo mucho el formato, me pasa a mi que soy representante y a la gente que sigue los clubes. A mi punto de vista se podría cambiar, y volver a la forma tradicional. Eso le suma expectativa, sabiendo que los fines de semana tenés partidos de local. Si está de esta forma es porque le han buscado la vuelta para mejorar, pero bueno, es lo que a mi me hubiera gustado.

No es fácil trabajar con los ex compañeros, cada uno defiende su lugar, pero siempre en el medio está lo que se vivió. Con el gringo pelussi éramos compinches y después tuvimos que litigar por cuestiones de un jugador y es feo, pero es lo que corresponde, con Pepe Sánchez es lo mismo. Pero siempre nos tratamos con respeto y cariño. Sabemos que esto es un trabajo y entendemos al otro. Al mismo tiempo uno tiene confianza y tiene códigos para tratar las cosas.

Por suerte en todos mis equipos tuve un líder positivo, el que empuja a todos, que lleva el equipo adelante para ganar y para estar en los momentos que uno necesita. En la generación dorada éramos 12 jugadores, donde todos estábamos en la misma, el líder en sí era el grupo. El colo y Hugo eran los más grandes. A Hugo Sconochini lo tomamos como referente, era el que tenía mayor trayectoria europea. No vi the last dance, pero bueno, me imagino lo que podía transmitir Jordan en todas sus facetas, pero todo equipo necesita un líder, no solo para reclamar, sino para apoyar. Tiene que ser una persona positiva, que haga cosas para sumar, tuve la suerte de estar en grandes equipos, y siempre hubo grandes líderes. Posiblemente si no hubiera sido tan así, el mismo equipo es el que lo termina bajando.

El líder positivo tiene que tener muchas condiciones, por eso se lo nombra de esa manera, es el que tiene que estar en los momentos difíciles, el que lleva las riendas y el timón del equipo. Todos queremos tener uno en nuestro equipo, solo se va identificando y se lo reconoce.

Yo le doy mi punto de vista y mis opiniones al jugador, pero el último punto lo tiene el jugador. Yo creo que hay que analizar la situación y más hoy en día con la situación económica, prefiero que el jugador vaya a un equipo competitivo, que le sirva, que cobre dos pesos menos, pero que se asegure de cobrar todos los meses. Yo le puedo decir eso, pero la decisión es exclusivamente de él, uno trata de aconsejar de la mejor manera y hay que lidiar con eso también. Siempre les digo que hay que ver el bosque y no el árbol. Hay mucho facilismo en la sociedad, y el jugador quiere ganar plata ya sin el sacrificio.

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