Eric Flor, quien vestirá los colores de Olímpico de la Banda la próxima temporada, pasó por los micrófonos de Paso Cero en el aire de UcU Web Radio donde habló de todo: la NBA, los movimientos que copia de Curry, travesuras en la infancia, su cuarentena, Los Indios de Moreno, su vida gamer y muchísimas, pero muchísimas cosas más. ¡Reviví la nota!

La NBA

Estoy siguiendo bastante la NBA, los dos partidos fueron increíbles pero el de Clippers fue un séptimo juego y traía muchas cosas mas aparejadas que el primero de la otra serie. Fue sorprendente la falta de producción en la segunda mitad, mas que nada de las dos estrellas en el ultimo cuarto. Complicado que puedan ganar un partido así. Raro ver a Kawhi jugando de esa manera pero bueno, estaban metidos en un problema, les costo mucho encarar el partido, la noche de eliminación. Se ve que arrastraron un poquito también la carga que tenia el entrenador, que con esta ya son 3 veces que pierde ganando 3-1. Todo eso debió influir.

Yo me pongo nervioso en este sentido, me pasa que ayer le reclamaba un poquito más a Paul George que a Kawhi, que Leonard aunque sea intentaba, tiraba cualquier cosa. Pero me pasa muchas veces viendo a LeBron, que tiene un estilo de juego muy correcto, los minutos en los que está en cancha juega bien, toma buenos tiros, la pasa cuando la tiene que pasar. Hay un momento en el que cada tanto, cuando pierden por 15, vos decís ‘bueno, es el momento de que la agarre LeBron, tire 5 triples y ponga el partido en juego o se acabe. Y el tipo sigue jugando su juego o pasando la pelota. Entonces decís ‘dale, ya está, si no la tiras vos… Dejá de dársela a Danny Green’. Grandes jugadores, que me gustaron mucho, hacían eso. Vos a Kobe no lo podías perder ver varios partidos seguidos por 15. El tarde o temprano agarraba la pelota y te la sacudía él, y capaz que te lo ganaba, capaz que no. Pero sabías que llegaba su momento. Con estos jugadores ahora no pasa tanto.

Yo si estoy, si me dejan y está disponible la sacudo, me gusta, me gusta tener la pelota en la mano, en momentos complicados. Me gusta decidir, no hay nada más lindo que el partido se defina en la última pelota y esté en mis manos, es increíble. Obviamente que es hermoso o pasas una noche medio de mierda porque no podés dormir, pensás en qué podrías haber hecho, a quién se la podrías haber pasado, pero me encanta esa situación.

¿En el Oeste está el agite?

No creo que los jugadores del Oeste seamos tan correctos como LeBron. En las inferiores cuando pasan varios años jugando inferiores ya los conocés y ya sabés quién te va a pegar un poquito más, o el que se iba a enojar si llegaba a hacer algo raro y tenía un poco más de cuidado. Pasa tener, más que nada en inferiores, identificados a los que no son tan correctos. Que esté jugando hoy un nivel importante no hay, pero hay anécdotas de cuando era pibe que me acuerdo, cosas que fueron pasando contra un mismo equipo durante un par de años. Cada vez subía más de tono. Hermoso pero a la vez, yo no estoy acostumbrado a un conflicto de ese tipo. Vos me podes pegar jugando, yo te puedo intentar pegar jugando, aunque no es lo mío. Pero cuando pasa ese límite, yo entro en una situación incómoda porque no se como reaccionar, no soy un tipo que haya peleado mucho o haya visto pelear a mucha gente. Entonces en la cancha es una situación incómoda.

En las inferiores había mucha pimienta y yo estaba muy loco, entonces no ayudaba para nada. Peleaba con mis compañeros, los árbitros, los contrarios. Eran cosas que no pensaba, que salían. Un año jugamos contra Defensores de Santos Lugares que tenía una camada en nuestro nivel, el Nivel 3 de Capital Federal, que dominaban tranquilos. Venían saliendo campeones desde hacía años. Se jugó la primera fecha, jugamos de local y les ganamos. Antes de ir a jugar allá nos amenazaron por Facebook con que nos iban a esperar y golpear en el vestuario. Pero son cosas que quedan ahí y yo fui a jugar con total tranquilidad, no creía que fuera a pasar nada. Cuando empieza el partido nos empezaron a picantear, me empezaron a pegar bastante, y tiré tres caños en ese partido. Era mi única manera de hacerlos quedar mal. Yo no se pelear, no soy sucio, ni tengo la fuerza, entonces mi manera es tratar de jugar mejor, y hacerte quedar peor. Siempre que recuerdo jugadores o equipos que salieron a golpearme recuerdo grandes partidos míos. Medio masoquista, pero sí. Me motiva, me gusta que, dentro de lo normal, se juegue físico.

La Cuarentena de Eric

Estoy en Moreno, en la casa de mis viejos desde que arrancó la cuarentena. Encerrado, entrenando como se puede, y tratando de tener la mayor cantidad de cuidados posibles para no contagiarme yo y que mis viejos lo pasen de la mejor manera posible. Pasé por muchos estadíos durante la cuarentena. Apenas empezó, los primeros 60 días estaba al palo porque creía que íbamos a jugar en cualquier momento y me quería mantener super bien, mejorar, entrené como un caballo los primeros dos meses. Después cuando se dio la baja de La Liga tuve como un mes que estuve mirando mucho Netflix y después empecé a entrenar de nuevo y ya hace como un mes que estoy entrenando con la gente de Olímpico.

La verdad muy bien como trabajan, tanto el cuerpo técnico como kinesiólogo, preparador físico. Están muy metidos pidiéndonos videos, corrigiéndonos cosas y dándonos el trabajo para cada uno para las condiciones que uno tiene y lo que puede hacer. Entrenando todo lo que se puede, yo por las mañanas, siempre me siento mejor. Y esperando con ganas que nos toque juntarnos como grupo, volver a entrenar. Yo soy muy rompe en el día a día, me gusta mucho, disfruto mucho de estar con mis compañeros. Entonces quiero volver a estar en un equipo, volver a juntarme, y cuanto antes volver a jugar, que extrañamos mucho.

La llegada a Olímpico

Lo que me convenció fue una charla que tuve con Leo Gutiérrez donde él me manifestaba cuáles eran sus intenciones para el equipo, cómo quería que el equipo jugara. Me habló de la idea de un equipo que juegue rápido, que juegue muchas posesiones y que defienda con la misma intensidad que con la que ataque. Y obviamente que yo soy un jugador que le gusta jugar rápido y creo que es mi mayor virtud, definir de contragolpe, generar juego a partir de un poco de ventaja, es cuando más cómodo me siento. Su propuesta vino por ese lado, por ganas de que formara parte de un equipo que hiciera ese trabajo, que creía que yo lo podía hacer muy bien. La verdad que me convenció.

Estoy contento de los nombres que fueron llegando, algunos chicos que conozco, otros que solamente jugué en contra. Pero veo unos buenos fichajes, una idea de Leo que se correlaciona con los jugadores que fue contratando, entonces eso suma, es importante para que uno vaya confiando en lo que va viendo y en lo poco que va escuchando. En esta situación hablas uno o dos días y estás semanas sin novedades, es medio extraño, así que está bueno enterarse de esas cosas.

En cualquier momento abren los entrenamientos al aire libre así que podremos viajar a Santiago para entrenar. Ya hablaron un poquito en el club de las cosas que tenemos que tener para viajar, pero todavía estamos esperando fecha. Lo de Uruguay ya lo estamos desestimando, porque se acercan mucho las fechas y yo también prefiero, después de tanto tiempo sin entrenar, hacer una buena pretemporada y poner el cuerpo bien en ritmo. Creo que es una temporada que para todos desde lo económico va a ser medio rara y desde el juego también entonces creo que hay que priorizar que los cuerpos vuelvan a funcionar, que podamos volver a jugar a buen nivel y que no traiga consecuencias. Ya después nos iremos acomodando para recuperar el tiempo que perdimos.

Su relación con Juane De la Fuente

Vi el programa con Juane (De la Fuente). Yo lo quiero mucho a Juane, era muy chico. El año que más relación tuve con él fue mi segundo año en Quilmes, cuando empezó a jugar más, y entrenábamos bastante en contra. Yo siempre soy de sacar el límite y la barrera entre el jugador mayor y el juvenil. No se si está bien o está mal, no lo recomiendo ni me pongo en contra. He tenido situaciones buenas y malas por eso. Pero me gusta tratarlos de igual a igual tanto para jugar como para el afuera, la vida. Eso generó una confianza en los chicos que hay que saber llevarla. Uno también tuvo 16, 17, 20 años, y por la cabeza pasan cosas que ahora no pasan que tengo 27.

Pero trato de llevarme muy bien con los más chicos, trato de darles lugar y más cuando estoy en una ciudad, cuando vivo solo, soy de invitarlos a mi casa, de mirar un partido de básquet, de jugar a la Play, que me gusta mucho. Juane ese año estuvo bastante tiempo en mi casa, perdiendo bastante a la Play conmigo a todo lo que se cruzara, y después fue un año complicado. Nos salvamos en la última fecha de jugar el Play-out, y cuando los equipos juegan por cosas importantes como salir campeón o no descender los jugadores se terminan uniendo. Y ese año terminó una unión muy linda, me acuerdo de Juane llorando en el vestuario ese día de su último partido. Me sacó la camiseta de ese día, me la robó y se la quedó. Esas son cosas que se dan por situaciones de la temporada y la verdad que estoy muy contento de que esté en el club. Es un jugador totalmente distinto al que yo conocí hace 3 años, obviamente que se veía en sus condiciones pero todavía era muy chico. Ahora ya es un jugador de básquet, obviamente que le quedan muchísimas cosas por aprender, pero bueno. Hay una idea de juego que también creo yo que lo favorece y espero poder darle una mano en lo que pueda para que juegue mejor este año de lo que jugó el año pasado.

Flor de Play

Creo que salía mucho el FIFA, es el juego por excelencia para jugar contra gente. Después hay muchos juegos que me gustan, juego a varias cosas cuando estoy solo, pero el juego para a jugar entre amigos sin lugar a dudas es el FIFA. Juane es el tipo que pierde y le da lo mismo (a la Play, no al básquet). Y a mi eso me quema la cabeza, yo no puedo perder ni a la bolita. No hay manera de que yo me compare con esa gente en ese sentido, con Juane que le da lo mismo. Si juego, juego para ganar. Sino, no juego. Es distinto en ese sentido. Las guerras allá en Mar del Plata eran con Bruno Provenzano (jugaba LDD). Yo no tengo otra persona para nombrar a lo largo de mi vida que me haya hecho partido como él, y así y todo creo que en el historial también lo tengo abajo.

Me dijeron varias veces que haga streaming por Twitch, no solamente por eso sino por otro juego, porque jugué al Fall Guys y cada tanto gano. Es difícil, pero gano. Después juego a otros juegos, que también lo hago bien. Pero no me animo a transmitir, soy un tipo medio tímido yo, cuando conozco a la gente cambio y soy muy extrovertido pero de arranque soy tímido. No hay manera de que yo prenda la cámara, le hable a nadie y diga ‘hola mi gente, cómo andan?’ No me veo. Miro, me gusta Twitch. Hay veces que me voy a dormir y me clavo un Twitch de alguno que esté jugando a algo, o no, solamente charlando, y me quedo un par de horitas. De hecho creo que tengo activada la campanita cuando hace stream el Kun Agüero. Me llega la notificación.

Al Warzone lo jugué poquito, al que jugué bastante durante mucho tiempo fue el Fortnite. Lo agarré cuando estuve esos tres meses sin jugar y era un enfermo, estaba todo el día jugando a eso. Había agarrado un ritmo interesante que cuando dejás de jugar un poco lo perdés. Pero como que cumplió su ciclo el Fortnite. El Among Us lo jugué, es de esos juegos que son tan malos que terminan siendo buenos. No puede ser que ese juego sea tan malo, estamos en el 2020, y sin embargo está bueno si lo jugás con amigos. Yo lo jugué una sola vez con amigos, éramos seis o siete, y te divertís. Yo me estallé por completo. Pero es bastante malo. Yo trato de no elevar juegos que sean tan malos. Si me preguntan qué onda el Among Us digo ‘Y, no se, más o menos’. No le voy a decir que me cagué de risa porque no quiero que la gente juegue juegos tan malos.

Tres meses de parate

Los tres meses sin jugar fueron terribles. Nunca en mi vida tuve lesiones que me sacaran de la cancha por mucho tiempo más que un esguince de tobillo o una cosa así muy tranqui. Entonces fue terrible, de un día para el otro, de estar todo normal y estar entrenando tuve que dejar de jugar por completo.

Lo más terrible es que no tenia una fecha de recuperación. No es que un día salí de entrenar y me dijeron ‘bueno, por 3 meses no podes entrenar más’. Yo tenía que estar en controles constantes, ver cómo evolucionaba y no tenía fecha de regreso. Entonces fue durísimo mentalmente, no estaba preparado para vivir una situación así y me costó mucho. Por suerte yo en ese momento estaba de novio y la chica se la bancó bastante bien, porque mis locuras eran importantes. Mis viejos también estuvieron muy presentes, y los chicos del club y el club en general me trató muy bien. El día que me dijeron ‘podés volver a entrenar’ fue como que me sacaran a la plaza después de 6 meses de coronavirus. Estaba chocho.

Fue duro pero fue una situación de aprendizaje también, tuve que aprender solo a estar encerrado, sin jugar, cosas que no estamos acostumbrados. Hoy está todo 10 puntos por suerte. Estoy en modo zen hace 6 meses encerrado esperando poder volver a vivir la vida. Pero por suerte del tema ese quedó todo 10 puntos.

«Yo, Eric»

Para mi sí, es divertido ser yo. La paso bárbaro siendo yo. Soy un tipo muy sencillo que disfruta de cosas muy muy sencillas y a la vez vivo una vida que en muchas cosas no es tan sencilla tampoco y saliendo de ese punto me cuesta mucho no divertirme y no pasarla bien. Después creo que lo mas importante es que soy un tipo que le gusta lo que hace y que está muy agradecido de vivir del básquet. Recién hablábamos, yo si no jugara al básquet hoy por hoy, los dos partidos de NBA de ayer me los hubiese comido igual. Es una pasión y algo que a mi me encanta, que tengo la suerte de que es mi trabajo y obviamente lo disfruto mucho.

No se cuanta gente puede haber en el mundo que trabaja, vive bien, y haciendo lo que más le gusta. Entonces desde ese punto de vista vivo la vida muy alegremente y muy divertidamente. Después si, soy un tipo que tiene algunas cosas muy excéntricas, que se sale un poco de lo normal muchas veces, más que nada en confianza, o estando acá con mi familia, con mis perros, a veces debo parecer un nene de 6, 7 años. Entonces soy un tipo que vive mucho así.

Tengo 27 años y mi viejo todavía a veces me tiene que decir ‘Eric, pará un poco de ir y venir, de joder con los perros’. Tengo cinco perros Golden. Algunos familia entre ellos, otros comprados aparte. Son una locura. Yo amo a los perros en general, y a ellos los amo banda. Pero mi conexión por lo general con ellos son 30 días en los recesos y algún fin de semana cada tanto. Eso es algo que para mi fue re positivo de la cuarentena. Al estar 160 días acá en mi casa con ellos compartiendo todos los días empezás a descubrir y a conocer cosas nuevas de cada perro e interactuar, la paso muy bien, paso horas con ellos afuera jugando. Los voy a extrañar cuando me vaya pero estoy contento de haber estado casi medio año molestando con ellos.

Si, me siento un tipo divertido. Lo que no quiere decir que siempre divierta a los demás. Lo más importante es divertirse uno, pero también hay veces que diviertiéndote molestás a otro, y ahí es donde hay que más cuidado hay que tener.

Me pasó de estar en una charla técnica, en el círculo central, de un partido que se venía que era importante, de playoffs. Era un entrenador que quizás hablaba un poco mucho y yo me empecé a tentar y no podía levantar la cabeza porque estaba tentado. De repente levanto la cabeza y al que miro, que estaba al lado del entrenador, estaba por explotar de la risa de verme a mi. Entonces yo me empecé a reír, pero no sabés cómo me empecé a reír, no podía parar de reírme. Y cuando levanto la cabeza el entrenador me estaba mirando. Y yo le dije ‘perdón, coach, es que esa anécdota ya la contó y me causa gracia’, saqué una de la galera para ver si pasaba. Y pasó, el tipo se rió, se rieron un par de los chicos, y pasó. Después como 5 o 6 partidos después de la charla dijo ‘bueno, voy a tirar esta que sé que a Eric le gusta, pero que está buena’, y volvió a tirar la misma anécdota y
yo casi me muero. Se quedó con que yo estaba enamorado de esa anécdota.

En la escuela también era terrible. ‘Portarse mal’ me parece… No me portaba bien, era travieso, pero casi nunca hice nada malo. Había una maestra que durante 6 meses de clases me sacaba del salón. Me echaba, me decía que me vaya y yo me quedaba afuera. Después me daba las pruebas y me rompía el lomo mal para ganarle y me sacaba todo 10 con ella. Pero la mina me odiaba. Me quedaba sólo afuera del aula haciendo nada, a veces iba a tomar mate con el preceptor. Encima era un colegio privado, donde el nivel era bastante alto. No era común que a un pibe lo sacaran afuera y esas cosas. Yo era terrible.
Para hacer bromas pesadas encontraba quién me siguiera siempre, en todos lados. No me puedo quejar. Siempre tuve gente al lado que me bancó tanto en las pavadas como en las buenas.

Los Flor y su relación con las hinchadas

Es verdad que una vez me dijeron ‘Peter la anguila’. En Córdoba, en 9 de Julio Río Tercero, TNA. Yo jugaba en Bragado, no jugaba muchos minutos. Entraba a cambiar un el ritmo, a defender y a correr. Entré y me quedaron cuatro tiros seguidos desde la esquina. Obviamente los tiré y de casualidad los metí. Con eso empatamos el partido y bueno, cuando entra ese cuarto triple ya empezás a correr distinto, las zapas están brillando, te mirás las manos. Cuando ya era mi momento se para uno de la tribuna y me grita ‘pará un poco, Peter la anguila’. Para qué, se reía todo el estadio, los que estábamos jugando, los árbitros. Fue muy ocurrente, yo era todavía más flaco que ahora, capaz que pesaba 70 kilos. Era bastante flaco.

Hay veces que es muy gracioso, ni los árbitros pueden evitar reírse, porque hay gente que
realmente es muy ocurrente. No se si son los años de cancha o qué, pero hay gente que es así. Mi viejo es un tipo que ahora trata de calmarse, de no gritar mucho, pero en inferiores lo echaban todos los partidos. Yo ya le dije ‘che, pa, fíjate que los árbitros ya te conocen, saben que sos mi viejo, no es nada productivo. Tratá de no decir nada’. Mi vieja es un poco menos controlable pero sabe menos de básquet, entonces grita pavadas. Pero mi viejo sabe entonces a los árbitros por ahí no les gustan las cosas que les grita. Una vez Sampietro viene en un partido de Quilmes que íbamos ganando por 20 y yo estaba jugando bien. Viene Sampietro y me dice ‘este que está allá es tu viejo, ¿no?’. Le digo ‘si Fer, ¿por?’. Y me dice ‘¿le podés decir que me pare de putear un poco?’. Y yo me quedé
sin saber donde meterme. Después fui y le dije, y ahora trata de estar más tranquilo. De pibe se enojaba mucho, yo me enojaba mucho en la cancha y a ellos les costaba mucho que yo me enoje. Cuando veía que me pegaban dos o tres veces y yo me enojaba se enojaban ellos afuera. Eran de putear mucho. Yo terminaba el partido sin saber dónde estaban mis viejo porque los habían echado a los dos. Una vez jugando un playoff en Racing, que ganamos, echaron a mis viejos y a mi hermana. Terminaron los tres afuera esperando que termine el partido. Una familia muy normal.

Mi viejo en Los Indios de Moreno tenía un lugar que volvía a subir a la cancha por atrás, a las tribunitas de arriba, y tenía un hueco por ahí donde miraba el partido. Entonces lo echaban, pegaba la vueltita, y terminaba de ver el partido por atrás de la pared. Un día subí y tenía una sillita, todo preparado. El agujero le daba a la altura de la cara. El chabón veía los partidos desde ahí.

El pibe de Los Indios

Estoy muy pendiente del club, fui a varios de los campus que hicieron, fui a ver al Federal un par de veces, tengo contacto con algunos chicos que juegan en el club, que me gusta como juegan. Con algún otro que salió del club. Por ejemplo Fede Copes, que he entrenado en muchos recesos con él, le he roto mucho los huevos también. Es un pibe bastante más tranquilo y yo soy más intenso. Y si vamos a entrenar juntos te voy a quemar la cabeza, no pienses que te vas a divertir nada más porque yo te voy a quemar la cabeza. Quizás en algún momento no le gustaba pero después entendió que le servía también. Por ahí te juego 15 uno contra uno y si te puedo ganar los 15 te los gano y si te puedo bailar después de cada uno de los 15 que te gané te bailo también. Para ver si puedo sacar algo más de vos que te haga ganarme. Con muchos chicos soy así. En su momento cuando tenía contrato con las zapatillas Peak, cuando se me gastaban iba al club y armaba algo,
nada que no sea lúdica. Vamos a jugar para ver quién se la gana, nada de ver a quién se la regalo. Siempre mediando con el juego creo que es la mejor manera de acercarse a los chicos. O sacándolos de joda. Y como yo no salgo de joda, prefiero acercarme con lo lúdico. Siempre estoy pendiente del club.

-¿Serías entrenador?

-La verdad que no me veo con la paciencia ni la tranquilidad para transmitirle a un jugador lo que quiero que haga. Menos todavía para estar parado afuera mirando como juegan sin poder hacer nada. Si me gustaría, si pudiera hacerlo no sería con inferiores ni con chicos, sino con gente adulta. Pero no es algo que hoy por hoy me ponga en la cabeza. Ojalá siga ligado al mundo del básquet el día que me toque no jugar más pero no es algo que todavía tenga decidido.

– ¿El jugador más estético para ver jugar?

– Eric Flor. Eric Flor es un tipo que si vos pagás la entrada para ir a verlo jugar, no se si le van a salir bien o mal pero alguna te va a tirar. La NBA es una locura en ese sentido. Tyler Herro me sorprende mucho lo que está haciendo ese pibe con 20 años. Sale a jugar como si estuviera jugando en el patio de la casa. No solo por tomar responsabilidades en momentos importantes, que el pibe lo hace, sino por la manera en la que juega. El chabón se tiene que filtrar en un pick and roll y se filtra, tiene que tirar dos fajas seguidas y las tira, hace cambios de dirección como si estuviera entrenando dribling, y es estético. Es lindo verlo jugar, me gusta mucho. De los que están en carrera tenemos más de los aburriditos pero que ganan. Juegan siempre igual y te hacen ganar. Quizás me gusta mucho Anthony Davis, me gusta más que a la mayoría de la gente con la que hablo que me dice ‘ah, si, pero es aburrido’ o ‘ah, pero mide dos metros mil’. A mi me gusta mucho, me divierte mucho verlo jugar, me divierte verlo con 2 metros 15 tirar un entrepiernas, stepback y tirar un triple, me vuelvo loco. Me parece un tipo que además es estético con sus definiciones, sus movimientos. También Jamal Murray, es una cosa divina también. Es algo muy raro que generaron en la NBA, que a mi me quema la cabeza, que es cómo los tipos que son talentosamente increíbles, después saltan a dos pies, te la vuelcan y se quedan colgados del aro como si fuese el aro de mini. El otro día hubo una jugada terrible de Murray contra Paul George, que parece que se enreda, da un giro, después se pone de costado y se la entierra, y vos decís ‘sos el base, hermano, tirá un stepback, tirá un triple de 10 metros y yo te la tomo, pero no me la enterrés así en la cara de Paul George porque no entiendo más nada’. Entonces me pasa que es increíble, por ejemplo la tapa de Adebayo. Ponele que llegás a donde está la pelota, ¡te quiebra toda la muñeca como venía Tatum! Y el tipo se la tapó, agarró el rebote, le hicieron el foul y metió el libre para ganar el partido. Entonces la verdad la NBA en ese sentido está increíble.

Siempre hay cositas que se pueden copiar. Yo copio algunas de las paradas, detenciones y movimientos de pies de Curry para tratar de sacar ventaja en situaciones específicas. Si yo quiero ser Curry o moverme como Curry en todas las situaciones de un partido no lo voy a poder hacer, pero si hay una situación puntual que yo se que a mi me pasa y a él cada tanto también, y yo puedo copiar o sacar algún mínimo gestito más. Soy de esos que van a la cancha y están una hora tirando un movimiento a ver si sale o no. Ahora estoy tirando uno que si este año sale se van a acordar de mi cuando lo haga. Les va a aparecer en un top 10 y van a decir ‘esta era la que dijo’. Vamos a ver, capaz que sale.

Las tres de siempre

Si tuviese una fiesta de disfraces iría de Sullivan, de Monsters Inc. Capaz es un poquito caluroso pero estaría bueno, todo gigante, con la cola larga. Mi Wazowski sería mi vieja que se copa en todas. Si pudiera viajar a otro momento sería a Grecia en 2004, a ver a esos muñecos salir campeones olímpicos. Y sino, soy muy bélico. Me gusta todo lo que es historia de guerras. Me gustaría ver alguna de las épocas en las que la guerra era pararla con el pecho y clavar la espada. Desde allá arriba, obvio. Me ponés una sillita, me das algo para comer, y veo como se matan a espadazos. Eso me gustaría. Es algo mucho más honrable que una guerra hoy por hoy, ir y tirar una bomba capaz lo podemos hacer hasta nosotros. Pero parar una espada con el chope y tirar una lanza a 10 metros es
otra cosa. Que el que daba las órdenes estuviera ahí al frente, peleando.

Foto: La Liga Contenidos