El 2020 es sin dudas uno de los años con mayor cantidad de sucesos increíbles de la historia, en todos los ámbitos. Desde una pandemia que afectó al planeta hasta catástrofes climáticas relacionadas en gran medida con el calentamiento global. Y el mundo del deporte no fue la excepción, en particular la NBA, que vio como su temporada era suspendida en marzo para retomarla a fines de julio con una burbuja en Orlando.

Desde ese momento, y antes también, se hicieron muchas especulaciones respecto a la conferencia Este sobre si los Bucks lograran dar un paso al frente para revertir la imagen de los playoffs del último año, si Toronto pudiera repetir el título sin Kawhi o si los Celtics pudieran romper la hegemonía de sus rivales para llevar el anillo a Boston. Pero lo que muy pocos imaginaban era que el Heat sería capaz de derribar a todos esos gigantes para meterse en las Finales de la NBA ante nada más ni nada menos que los Lakers de LeBron James y Anthony Davis.

Miami viene de varias temporadas en las que la palabra «reconstrucción» fue moneda corriente: la salida de James tras perder en las finales de 2014 a manos de los Spurs, la notable baja en el nivel de Chris Bosh y el retiro de Dwyane Wade, el ídolo máximo de la franquicia, al cierre del último curso que los dejaba sin referentes en el plantel. En el medio pasaron tres temporadas en las que no consiguieron boleto a la postemporada (dos con récord negativo), más una caída en primera ronda y otra en semifinales.

Sin embargo, desde anoche pueden decir que son los campeones de la conferencia Este y que a partir del miércoles harán todo lo posible con tal de evitar que los Lakers alcancen su título número 17. Y hay muchos factores por los que podemos explicar por qué Miami está nuevamente en la definición del torneo más importante del planeta.

Uno de los puntos en común de los últimos años pasa por las personas que trabajan en la franquicia desde hace décadas y que encuentran en dos de ellas su cara visible: Pat Riley y Erik Spoelstra. El creador del «Showtime» dirigió al equipo entre 1995 y 2008 (con un breve receso donde tomó las riendas Stan Van Gundy) para luego pasar a ser el GM del equipo desde que se retiró de los banquillos. Logró darle su impronta a Miami y generó un equipo ganador, habitué de las postemporadas y alcanzó el primer título para el Heat en 2006.

Por su parte, el actual entrenador fue su asistente y, una vez que Riley pasó a comandar a la franquicia desde una oficina, él se hizo cargo de continuar con ese legado. Arrancó como analista de video de los rivales y hoy en día es, detrás de Popovich y a la par de Rick Carlisle, el coach que más tiempo lleva en el mismo equipo. Armó uno de los «Big Three» más poderosos de todos los tiempos cuando, en la agencia libre del 2010, sumaron a LeBron James para estar a la par de Wade y Bosh. Alcanzaron cuatro finales consecutivas y, pese a que cayeron sorpresivamente ante Dallas en la primera, conquistaron las dos siguientes antes de ser derrotados por los Spurs.

Luego de eso, Spoelstra se encargó de seguir rodeando de la mejor manera posible a Wade, aunque claramente no hay reemplazo posible para LeBron y la calidad de Bosh estaba en declive constante. Con el correr de las temporadas, el coach tuvo que hacer más con menos debido a que el plantel fue cada vez más reducido en cantidad y contaba con cada vez menos referentes del equipo y la liga, como Chalmers, Andersen o Deng. Logró llevar a su máximo nivel a Whiteside, pero nunca logró establecerse en un equipo que pregonaba eso como una de sus máximas, el conjunto sobre lo individual.

Sin embargo, por esos años empezó a construir algo de lo que hoy disfruta. Goran Dragic llegó al equipo en la 14/15, Kelly Olynyk, Bam Adebayo y Derrick Jones Jr. en la 17/18 y un año más tarde uno de los jóvenes que maravilla al mundo con su gran capacidad de adaptación a una liga que no perdona a los nuevos, Duncan Robinson.

Puede sonar algo raro, pero el portador del dorsal 55 tiene 26 años y ni siquiera fue drafteado luego de su paso por la Universidad de Michigan. Sin embargo, en julio de 2018 firmó un contrato two way entre la franquicia y su filial de G-League. Lo que vino después es historia.

Hay un punto en común en el plantel entre el primer título y la actualidad, es Udonis Haslem. El pívot lleva 17 temporadas en Miami y va en busca de su cuarto título, aunque su aporte más significativo no es tanto dentro de la cancha sino fuera de ella. Aporta la experiencia que quizás le falta al grupo siendo tan nuevo, dando su mirada en cada aspecto deportivo para llevar a los suyos al máximo nivel y, como si fuera poco, fue uno de los que comandó en junio las marchas del Black Lives Matter en su ciudad.

Finalmente llegamos a las últimas piezas que arribaron al equipo para esta temporada. Andre Iguodala quedó libre de los Warriors tras alcanzar cinco finales consecutivas con Golden State y, sin dudas, su versatilidad en el campo de juego es la gran herramienta que le permite seguir vigente a 15 años de haber llegado a la liga. Fue el MVP de la definición de 2015 y en gran medida por cómo se hizo cargo de anular a LeBron James cuando el gran candidato a quedarse con ese premio era Stephen Curry, favorito gracias a su gran actuación en ataque.

El gran líder de este equipo y quien está ante la oportunidad de su vida es Jimmy Buttler. Pasó por Chicago, Minnesota y Philadelphia, pero en ninguno se terminó de establecer como un serio candidato al título y nunca estuvo cerca de alcanzarlo. En Miami encontró un lugar en el que puede manejar al equipo a su manera y, cuando los tiros no le entran, se permite crear para los demás sabiendo que en sus compañeros encuentra una fuente inagotable de recursos ofensivos. En defensa es notablemente mucho más trabajador que en los últimos años y su compromiso es innegable, dejando bien claro que no va a rendirse jamás con tal de dejar a su defendido sin anotar en cada posesión.

Otro de los que respeta y entiende a la perfección su rol es Jae Crowder, quien arribó desde Memphis en el cierre de la temporada regular para jugar en la sexta franquicia de su carrera. Demostró ser una pieza confiable cuando se tuvo que encargar de definir jugadas desde el perímetro, pero cuando tuvo tiempo dejó en claro que el coach le permitió tomar más decisiones para atacar el aro y alcanzó los mayores porcentajes de dos y tres puntos de su carrera: 61% y 44% respectivamente.

Finalmente llegamos a los más nuevos en el equipo, los rookies, donde se ve la inteligencia de todo el equipo técnico y dirigencial, que trabajaron juntos para poder conseguir jugadores en el último draft como Tyler Herro y Kendrick Nunn, los dos más destacados. El segundo se desempeño como el mejor basquetbolista de primer año en los primeros meses, al punto que se comparó su inicio en octubre y noviembre con el de una estrella como Kevin Durant. Pese a eso, tuvo una merma en su nivel y pasó a ser un jugador de rol que en la postemporada vio notablemente reducida su aparición en el campo de juego.

Ahí es cuando apareció Herro, que sin dudas desde que le dieron la pelota por primera vez le mostró al mundo de lo que es capaz. Más allá de que por momentos parece que solo sabe tirar de tres, es detrás de Robinson el tirador más efectivo de tres puntos y alcanzó los 37 puntos en el cuarto juego ante los Celtics, récord de la franquicia para un rookie en postemporada. No es necesario aclarar que, de seguir en esas cifras, Miami tiene en Herro a su próxima estrella por varias temporadas.

Barrieron en primera ronda a Indiana, que parecía una mayor amenaza en el transcurso de los seeding games en la burbuja. Sacaron del medio al gran candidato de todos, los Bucks, y les permitieron ganar un juego antes de volver a Milwaukee para evitar que lo de Giannis y compañía pudiera ser considerado un fracaso. Y en última instancia, en la serie más parecida a una partida de ajedrez, Spoelstra se vistió de Bobby Fischer y derrotó en buena ley a Brad Stevens, que nunca pudo contrarrestar el gran poderío técnico y táctico de su rival pese a que logró ganar dos juegos.

Este miércoles iniciarán las finales de la NBA y el representante del Este será un sembrado bajo por primera vez desde 1999, cuando los Knicks llegaron con el #8 aunque cayeron ante San Antonio. Este año, por el Oeste estarán los Lakers de LeBron, un viejo conocido de la casa y que tiene muchos motivos para quedarse con el título, tanto deportivos como personales. El análisis de rivales quedará para más adelante, aunque seguramente conociendo la filosofía de un entrenador como Spoelstra ya lo tiene terminado, ahora es tiempo de disfrutar para el Heat y hacer una pequeña mirada al pasado reciente. Conociendo todo eso, termine como termine esta temporada, Miami ya ganó.

Nota: Emiliano Iriondo | Twitter: @emi_iriondo