En 2008, un joven que llevaba poco tiempo en la liga más importante del planeta, fue parte importante en el equipo campeón de los Boston Celtics. Doce años más tarde, ya con varias temporadas en su espalda ayudó a los Lakers a alcanzar la marca en la cual había sido protagonista algo más de una década atrás.

Se trata de Rajon Rondo, a quien si le hubieran dicho esa misma noche que sería campeón de la NBA con los Lakers para alcanzar en la tabla histórica a los Celtics lo habría tomado como un chiste. Claro, estamos hablando de un jugador que cerraba su segunda temporada como profesional en el equipo más ganador de la historia, con 17 títulos y su más inmediato perseguidor con 14.

Por esas épocas, el base hacía sus primeras armas en el equipo verde. Tras la temporada como rookie en la que su equipo tuvo uno de las peores marcas de su historia y él pasó desapercibido entre los debutantes de la liga, le llegó el turno de ganar en relevancia dentro de la rotación: pasó a ser el base titular del equipo, iniciando en los 77 encuentros de temporada regular además de los 26 en la postemporada.

En los primeros playoffs de su carrera tuvo un buen rendimiento y pudo mantener los promedios alcanzados en la temporada regular, con más de 10 puntos, 6 asistencias, 4 rebotes y casi 2 robos por encuentro. Por si fuera poco, tuvo su mejor noche en el sexto y último juego de las finales cuando los Celtics vencieron a los Lakers por 131 a 92 con 21 puntos, 8 asistencias, 7 rebotes y 6 robos. El inicio de la leyenda para él, siendo vital para que Boston llegue a 17 anillos.

Luego de eso le tocó la oportunidad de disputar su primer All-Star Game, de cuatro consecutivos que disputó, y además las finales de 2010, en las que se volvieron a enfrentar a Los Angeles aunque con menos suerte que en 2008. Finalmente fue el turno de cambiar de aires durante el transcurso de la 2014/15, cuando pasó a Dallas e inició una racha de un equipo por temporada.

Para la 2015/16 fue enviado a Sacramento Kings, en la siguiente fue a Chicago, donde compartió equipo con Jimmy Butler y Dwyane Wade, y en la 2017/18 pasó a los Pelicans, donde justamente tuvo la oportunidad de tener de compañero a Anthony Davis. Fue justamente en la franquicia de New Orleans donde atravesó una de sus peores temporadas en el apartado estadístico y no encontraba un lugar en el cual volver a demostrar su verdadero valor.

En 2018 le llegó el turno de volver a cambiar de equipo, el sexto en cinco años, y fue contratado por los Lakers como agente libre. Esa temporada no resultó de la mejor manera y, bajo el mando de Luke Walton, quedaron fuera de los playoffs, por lo que la dirigencia realizó algunos movimientos para armar un equipo más competitivo: contrataron a Frank Vogel y tradearon varias piezas por su viejo compañero, Anthony Davis.

Con un plantel notablemente más corto pero con un incremento importante en calidad y compromiso, los Lakers se armaron para ir por el título, que les era esquivo desde 2010. Rondo mantenía su perfil de sexto hombre y le tocaba la creación de juego entrando desde la banca cuando no lo hacían LeBron o Alex Caruso. Tras ser baja en los primeros juegos de temporada regular, logró alcanzar cierta regularidad para llegar a la suspensión de marzo promediando 7,1 puntos, 5 asistencias y 3 rebotes en 20 minutos de juego.

Para el regreso de la NBA en la burbuja de Orlando se fracturó el pulgar de su mano derecha y debió ser baja hasta la segunda ronda de playoffs, sin poder tener presencia en los seeding games. Para la serie de semifinales ante Houston logró recuperarse y a partir de ese momento Rondo se convirtió en una pieza fundamental en el equipo de Vogel desde la banca.

En la actual postemporada elevó su presencia en el campo y fue el remplazo natural de Caldwell-Pope o Green (habituales titulares) cuando el entrenador necesitaba darle descanso a esos jugadores. En los 16 partidos de postemporada, el base alcanzó medias de 8,9 puntos, 6,6 asistencias y 4,3 rebotes. Al igual que le sucedió en 2008 cuando obtuvo su primer anillo, tuvo un muy buen nivel en el último partido de las finales frente a Miami, llegando a 19 tantos, 4 asistencias e igual cantidad de rebotes.

El futuro de Rondo es algo incierto como el de varios jugadores de los Lakers, como Anthony Davis por citar alguno. Su contrato es hasta el final de la próxima temporada, pero tiene opción de jugador para la 2020/21, es decir que puede quedarse con el salario que firmó en 2019, reclamar una renovación del mismo o bien decidir cambiar de aires nuevamente.

Sin embargo, podría ser la última oportunidad de su carrera de integrar un equipo competitivo y con él como protagonista, ya sea principal o secundario, y no ser un lastre para los suyos sin siquiera tener minutos. Además, el valor contractual del base no representa un gasto grande en la cartera de los Lakers, por lo que podrían mantenerlo en la franquicia con una renovación en el medio y por varios años más, quizás hasta que se retire y, por qué no, con el título 18 para LA en sus manos.

Nota: Emiliano Iriondo | Twitter: @emi_iriondo