Este 2020 debía realizarse el Premundial U18, torneo en el cual la selección femenina buscaría obtener uno de los dos boletos clasificatorios al Mundial U19, que se realizará en Hungría durante el 2021. Debido a la pandemia mundial del COVID 19, la fecha del torneo que se jugará en Colombia se postergó inicialmente para el 6 de diciembre, pensando en este compromiso desde agosto de este año el nuevo cuerpo técnico liderado por Gregorio Martínez comenzó la preparación del plantel juvenil.

La primera etapa se realizó con 30 jugadoras vía zoom, la misma contó con entrenamientos físicos, tácticos y teóricos, según explico en diversas notas en el aire de UCU WEB RADIO el coach (Minuto para las Pibas y Extrapase). El 5 de octubre, ya con el visto bueno de la Confederación y del Gobierno Nacional, pudieron comenzar los trabajos presenciales en el CENARD.

Durante la primera etapa fueron 13 jóvenes las que pudieron asistir, con el correr de los días llegaron a ser 21 las jugadoras concentradas, pero desde el 2 de diciembre son 18 las elegidas para continuar este proceso.

Pasaron los meses pero el debut en el torneo no llegó, en el comienzo de diciembre aún seguía la incertidumbre. Fue recién el pasado martes 15 que FIBA anunció la reprogramación del Premundial, el mismo se desarrollara en Cali, Colombia (la sede original) del 3 al 7 de febrero.

Con este panorama y la llegada de las fiestas, un día después del anunció la preselección U18 finalizó la concentración tras una última práctica en el miniestadio de Obras. Tras el descanso regresaran a los entrenamientos en enero, nuevamente en Buenos Aires.

En un comunicado oficial, la CABB repaso el exitoso protocolo que le permitió a la U18 entrenar 72 días sin graves lesión y sin casos de COVID19.

Comunicado:

Hace dos meses y medio, puntualmente el pasado 5 de octubre, el combinado U18 femenino fue la primera Selección Argentina en regresar a los entrenamientos presenciales durante esta pandemia. Una preparación que había iniciado en agosto, con reuniones virtuales que incluía 30 jugadoras desde sus casas, y que siguió básicamente en el Cenarad hasta este miércoles pasado, cuando culminaron una concentración que duró 72 días. Lo más impactante fue que, en una situación sanitaria tan delicada, la preselección no tuvo casos de COVID-19 y, además, tampoco hubo que lamentar lesiones de importancia. Los protocolos estrictos, la madurez de un grupo joven, el entendimiento de las jugadoras y un esfuerzo colectivo de toda la CABB dieron sus frutos.

“Somos unas privilegiadas”, reflexionó Magalí Vilches, una de las 18 jugadoras que completó el proceso. La alera detalló cómo se vivió de adentro un proceso tan atípico. “Estábamos muy contentas y un poco ansiosas cuando empezamos a entrenar. Al principio era un poco raro. Nos veíamos de lejos, cada una tenía su colchoneta, toalla, ropa, botella. No compartíamos ni la pelota”, contó. “Después de unas semanas empezamos a entrenar en grupos de a cinco, al principio sin contacto hasta que se habilitó. Afuera estábamos todo el tiempo con barbijos. Las de Capital nos quedábamos en nuestras casas y nos cuidamos siempre, las del interior estaban en un hotel hasta que abrió el del CeNARD (el 1° de diciembre). Así fue que nos fuimos amoldando a medida que pasaron los días”, expresó la jugadora de Centro Galicia.

El diseño de los protocolos de regreso a la actividad estuvo a cargo del Departamento Médico de la CABB, encabezado por el médico Gabriel Sarfati. “Además de proveer a las chicas con los elementos de cuidado, hubo toda una adaptación por parte del entorno”, comenzó su análisis. “Desde las instalaciones, hubo un exhaustivo protocolo de limpieza, higiene y sanitización de elementos de uso común. No hubo utilización de camarines (sólo sanitarios). Cada jugadora llegaba lista para entrenar. El personal de utilería hizo un trabajo importante en la indumentaria, elementos de trabajo e hidratación”, destacó el mendocino.

Considerando la inactividad con la que llegaban las jugadoras a la concentración, el Departamento Médico preparó un plan de trabajo en conjunto para prevenir lesiones. “El protocolo marca las cuatro fases de regreso al deporte”,anticipó Sarfati. “La primera la tuvieron las chicas en entrenamientos virtuales (por Zoom). La segunda fase fue con ejercicios individuales en las instalaciones del CeNARD. La tercera consistió en prácticas grupales, y la cuarta ya fueron entrenamientos colectivos y deporte en conjunto”, se explayó.

Gregorio Martínez, entrenador en jefe del equipo que asumió durante la pandemia, destacó la responsabilidad con la que sus dirigidas cumplieron los protocolos al pie de la letra. “Las chicas mostraron compromiso y madurez. También es cierto que tuvimos esa cuota de suerte que hace falta. Tuvimos todos los cuidados adecuados, las chicas cumplieron con todo, pero aun así sabíamos que era posible que alguno se contagie”, explicó para luego detallar cómo se actuó cuando hubo casos sospechosos. «Cuando pasó, hablamos con ellas, les dijimos que no íbamos a tomar riesgos y se mantuvieron aisladas por unos días hasta tener certezas. Por suerte no tuvimos ningún caso de Covid ni tampoco lesiones, más que alguna pequeña torcedora o tirón, pero nada grave”, remarcó el DT.

La experiencia de Karina Rodríguez, actual Directora Nacional del Femenino y legendaria ex jugadora de la Selección, resultó ser un nexo entre el plantel actual, con quienes ya compartía un vínculo, y el flamante entrenador “Creo que servimos de ejemplo y de test para muchos equipos. Todo lo que hacíamos éramos los primeros en aplicarlo. Terminamos siendo el caso de que se puede convivir con el virus”, subrayó quien se fue a vivir con las chicas del Interior que durante estas últimas semanas se quedaron en CABA. “No hubo que controlar mucho a las chicas. Tenían muchas ganas de volver a entrenar con contacto y jugar 5 vs 5, existía esa ansiedad de volver a picar una pelota en una cancha después de siete meses, y es entendible. Pero siempre comprendieron lo que pasaba y fueron muy respetuosas”, comentó.

“A la inactividad hay que sumarle la ansiedad natural de una preselección en la que hay cortes. Empezamos siendo 30 (por Zoom), pasamos a 21, ahora a 18 y volveremos el 11 de enero con 16. A esa presión habitual le sumamos que el torneo se suspendió en dos oportunidades”, comentó Karina, quien conoce los procesos de Selecciones como pocos dentro del staff técnico. Por último, destacó algunos detalles logísticos, sobre las dificultades que hubo para reunir al plantel en Buenos Aires, y los esfuerzos que hicieron las familias para que cada una de las chicas esté presente, pese a las distancias y la pandemia.

“Normalmente tenemos una disponibilidad total de transporte para las chicas del Interior. Cuando empezamos a convocar casi no había micros. Algunos padres pudieron traerlas y hasta dos chicas se tomaron remises desde sus provincias. Para desconcentrar también nos costó mucho encontrar transporte y horarios compatibles. Fue una preselección diferente desde lo logístico y organizacional. Diferente a todas las que presencié en todas mis funciones”, finalizó la ex pivote. También se valoraron las instalaciones de Cenard, siempre ordenadas y muy bien sanitizadas.

 

Nota: Lucía Romero ( @luciaromeroo )

Comunicado: CABB ( @CABBOficial )

Foto: Macarena Ruiz ( @macarenaruizfotografia )