Desde los inicios de la liga norteamericana en una época en la que el racismo era mucho más fuerte que como hoy lo conocemos, todos los jugadores de las franquicias eran de tez blanca y, por consiguiente, no había personas de color dentro de las canchas con uniforme, hasta que todo cambió en 1950.



En ese año, los obstáculos empezaron a ser sorteados y la NBA se abrió a un mundo de infinitas posibilidades en el que se empezó a nutrir de jugadores que le podían dar mucho más a la competencia. Y quien tuvo la posibilidad de ser el primero en llegar legalmente a la liga fue Nat «Sweetwater» Clifton a mediados de 1950.

Precisamente el 24 de mayo fue cuando el pívot de los Harlem Globetrotters firmó el primer contrato de una persona de color con una franquicia, los New York Knicks. Clifton, quien venía de uno de los equipos más espectaculares de todos los tiempos, recibiría un salario anual de diez mil dólares, una ínfima parte del valor que cobraría un jugador de sus características por estos años.

«Sweetwater» fue el primer jugador en firmar un contrato, pero sin embargo no fue el primero en llegar a un equipo de la liga. Ese honor lo tienen Earl Lloyd y Harold Hunter, quienes fueron llamados por los Washington Capitols, aunque aún no habían sido legalmente contratados.

Increíblemente, Clifton era un deportista multifacético y, además de jugar al básquet, también disfrutaba del béisbol, algo que no se le daba para nada mal. De hecho, era primera base de los Cleveland Indians hasta que le llegó el llamado de Ned Irish, el dueño de los «Knickebockers».

A partir de ahí, su vida y la de la NBA cambiaron para siempre. Ese 24 de mayo de 1950 marca un hito en la historia de la liga y una puerta que se abrió y que, además de que nunca se volvió a cerrar, se volvió cada vez más grande. Pudo haber sido Clifton, Lloyd, Hunter o hasta Chuck Cooper quien se convirtiera en el primer jugador de color contratado en la NBA, pero lo más importante de todo eso es que gracias a ellos hoy en día podemos disfrutar de grandes deportistas que han pasado o que aún transitan las canchas de la mejor liga del mundo, sin privarnos de poder ver a algunos de los mejores atletas de todos los tiempos.