Sin lugar a dudas, no fue un encuentro fácil para Atenas. En los minutos previos al partido, los cordobeses se enteraron que los dos extranjeros que debían debutar esta noche, Georgie Pacheco y Deion McClenton, no estaban habilitados para participar del encuentro. Por más intentos que hicieron de parte de la dirigencia, no obtuvieron aprobación de la Confederación. Bajo este contexto, el conjunto cordobés logró hacerse fuerte a pesar de su corta rotación y alcanzó su tercera victoria en la temporada. Omar Cantón y Pepo Barral fueron las máximas figuras del juego, con 33 y 34 puntos, respectivamente.

Tras la mezcla de emociones, al local se le complicó para entrar en partido, tras un arranque parejo, el tachero tuvo un parcial de 12 a 0 que lo puso al frente, comenzando a liderar el juego desde lo físico. Con un poco de Mosley, Araujo y Alonso las acciones comenzaron a equipararse; pero en el segundo cuarto los de Murphy aprovecharon un goleo muy repartido y una buena efectividad para dominar con contundencia. Tras el 24-13 en esos diez minutos, los de Núñez se fueron al descanso largo dominando 47 a 37.

La historia no parecía querer cambiar en la segunda mitad. Bajo la impecable liderazgo de Barral, secundado por la dupla Berra – Valussi, Obras estiró su ventaja a 19 (44-63), y parecía tener todo más que cocinado para llevarse la victoria. Pero a partir de ahí, comenzó a crecer la tarea de Omar Cantón. El interno, se despachó con una tarea fundamental, y se puso la capa de héroe para comenzar la remontada. Los de Arrigoni ajustaron la defensa, alcanzando a puntear los tiros del rival, que veía su efectividad disminuir de a poco.

Con mucho coraje, el griego alcanzó a empardar las acciones a menos de dos minutos del final, y llegó a sacar una ventaja de tres (77 a 74) para llevarse el triunfo, pero un bombazo de Pepo envió la historia a tiempo suplementario. Allí, Mosley parecía definir la historia, pero algunos apresuramientos y errores le volvieron a dar la esperanza al tachero, que no logró sumar en la última bola y se quedó con las manos vacías.