Al baloncesto latinoamericano llegan jugadores extranjeros de diferentes lugares y con recorridos de lo más variopinto. Algunos arrancan la temporada al otro lado del planeta y vienen después a alguno de los torneos cortos o bien arrancan en alguna de las ligas largas de Latinoamérica y luego recorren el mundo buscando seguir la temporada en un torneo corto.

Este último es el caso de Lee Roberts y su destino un año más, Australia, y pronto conocemos por qué y cómo su vida y su carrera profesional le han llevado por una hoja de ruta tan extensa.

I been movin’ calm, don’t start no trouble with me
Tryna keep it peaceful is a struggle for me
Don’t pull up at 6 AM to cuddle with me
You know how I like it when you lovin’ on me
I don’t wanna die for them to miss me
Yes, I see the things that they wishin’ on me
Hope I got some brothers that outlive me
They gon’ tell the story, shit was different with me

«El plan de Dios» del rapero Drake sonaba en unos auriculares durante este pasado fin de semana. Es tiempo de calentamiento en la ciudad australiana de Bunbury para un juego para la recta final de un torneo donde East Perth Eagles ya no tiene opciones de clasificación a postemporada. Sin embargo, Lee Roberts ya está concentrado, enfocado en el juego y en defender la pintura de su equipo, pensando quizás en sumar otro doble-doble o en una exhibición reboteadora de las que nos tiene acostumbrados.

Estados Unidos, Francia, Alemania, Dinamarca, Japón, Argentina, Uruguay o Australia son algunos de los sellos con los que cuenta el pasaporte de Lee en un largo viaje personal y deportivo y actualmente lo tiene jugando en Perth.

«En 2011 vine a jugar en la segunda división de Australia y el primer día fui a la playa, pensé ‘Voy a vivir mi vida acá’ y casi 10 años después estoy acá, con mi esposa, una hija y una casa», explicaba Roberts en declaraciones a Radio El Espectador, aunque es bastante habitual oírlo hablar de Perth como su lugar en el mundo en un perfecto español.

De pequeño tuvo una infancia diferente. Este jugador nacido en Seattle, vivió parte de su niñez en un lugar tan especial como Alaska y con unos padres militares. De hecho, su padre estuvo destinado en Israel o Egipto, mientras que su madre fue reservista.

«Mi niñez fue muy estricta. Muchas reglas. Hasta los 18 años no podía llegar a casa después de la medianoche», explicaba el jugador hace un año en una entrevista para Referí. «Viví tres años en Alaska cuando tenía ocho: frío polar en el invierno, pero hermosa en el verano. Osos, alces, águilas. Un paraíso a cielo abierto. La vida era acampar, pescar o jugar en la nieve que era muy divertido».

El baloncesto no fue el único deporte en su crecimiento como persona, ya que fútbol y atletismo le ayudaron a construir el jugador de baloncesto que es a día de hoy. Roberts aprovechó las condiciones de ambos deportes para mejorar sus prestaciones basquetbolísticas, uniendo la «condición para correr y coordinación de pies y manos» que adquirió en el fútbol y una marca de 2.11 metros en salto de altura que le valió para clasificar incluso a unos Juegos Nacionales, tal y como el mismo recordaba en esa misma entrevista y que de hecho le han servido para ganarse esa fama de gran rebotero.

Su etapa universitaria muy exitosa consiguiendo dos títulos de conferencia y un campeonato de la NCAA División II con la Universidad de Findlay, donde también estudió la carrera de Comunicaciones Interpersonales y que seguro le ha servido para ser un jugador que se adapta rápidamente en sus nuevos equipos.

Mirando la parte deportiva de aquellos cuatro años, un balance de apenas 12 derrotas y un invicto 36-0 en su año como senior, donde Roberts jugó todos los encuentros del curso baloncestístico.

Su salto al profesionalismo en 2009 no fue fácil y una breve etapa en Francia y un paso por la tercera división de Alemania fue el balance de su temporada rookie.

«Estaba en casa de mis padres con mi madre gritándome que tenía que trabajar y me llamó un agente alemán ofreciéndome 3.000 dólares mensuales, así que en dos días ya estaba en Francia», explicaba Lee Roberts en una entrevista con Pablo Rak. «Lo primero que me dijo el coach es que no medía 2.10 y después de dos semanas eso no funcionó. Me dijo que era buen jugador pero necesitaba alguien más grande. En ese momento, el representante me acogió en su propia casa y dormí varias semanas en su sofá. Hice hasta ocho pruebas sin éxito, terminé haciendo una sustitución por un mes y luego fui a Braunschweig en una liga muy dura»

En su segundo año, todo mejoró con su aterrizaje en Dinamarca y el gran torneo que realizó con FOG Næstved promediando 18.4 puntos y 13.2 rebotes y alcanzando las semifinales de la liga.

Pocos meses después, llegaría su primer experiencia al otro lado del planeta. Lee Roberts firmó con Stirling Senators, equipo de la State Basketball League, una liga estatal australiana que se juega fuera del calendario de las ligas nacionales de la zona como son la NBL desde ese mismo país y su homónima en Nueva Zelanda.

El ala-pívot fue uno de los mejores de este torneo debutando con unos promedios de 26.1 puntos y 14.9 rebotes, lo que le abrió las puertas del baloncesto de Japón, que en aquel 2011 estaba lejos de la inversión económica y la visibilidad de la que goza en la actualidad y que llegaría para la reciente olímpica de Tokio 2020. El debut en una nueva liga y otro promedio de doble-doble fue lo que dejó Roberts en su paso por Shinshu Brave Warriors para unos números de 16.9 puntos y 10. 2 rebotes.

«Cada vez que llego a un país me gusta aprender de las diferentes culturas. Me gusta la cultura de respeto en Japón y lo de quitarse las zapatillas al llegar al estadio. Lo de sentarse en el piso es complicado para una persona de dos metros», explicaba en esa misma entrevista para Del Sol 99.5 FM.

La temporada 2012 sería la segunda en la SBL y lo haría con Kalamunda Eastern Suns para completar otra gran actuación, alcanzando una histórica postemporada y promediando 23.2 puntos, 17.8 rebotes, 3.5 asistencias y 2.1 robos.

Su buen momento continuaría con su primera experiencia en Latinoamérica y sería su primer gran éxito, ya que alcanzó el ascenso a la Liga Nacional con Estudiantes de Concordia en la temporada 2012-13 a las órdenes de Hernán Laginestra y repetiría a la siguiente temporada promediando 16.7 puntos y 10.8 rebotes en su estreno por la primera división argentina.

Su paso por el Gigante Verde le valió incluso para ser considerado dentro del quinteto histórico del equipo en la Liga Nacional junto a jugadores como Sebastián Orresta, Dar Tucker, Jasiel Rivero o Javier Justiz. «Desde que llegué a Estudiantes en 2013 me enamoré del país. Siempre sentí que Argentina era mi liga, que ese era el lugar en el que nací para jugar, el espacio en el que podía hacerme conocido», explicaba hace unos años en declaraciones a Basquet Plus.

Un mes de LPB con Bucaneros de la Guaira fue el calentamiento para su tercera participación en Australia y sumando otras semifinales con Perth Redbacks, cayendo ante el campeón de aquella edición y promediando 24.8 puntos y 14.0 rebotes.

Argentina volvería a llamar a la puerta de Lee Roberts. 17.6 puntos y 10.1 rebotes en la temporada 2014-15 con Olímpico de la Banda y promedios de 18.4 puntos y 9.5 rebotes en Libertad de Sunchales en una temporada 2015-16 que se vio quizás ensombrecida por una pelea en un bar de Rafaela cuando un grupo de personas estaba incomodando a su pareja Taylor. El resultado, además del revuelo mediático y una mala experiencia, fue un tobillo roto para Dartona Washam, que junto a Phillip Hopson formaban el trío de extranjeros de Libertad y no dudaron en defender a su compañero durante la trifulca.

«Comenzaron a molestar a mi chica. Posteriormente todo se transformó en una gran pelea, porque ellos eran muchos más que nosotros y no fue justo. Pero la manera en que estaban tocando a mi novia no era correcta y no podía quedarme de brazos cruzados», explicaba el jugador en declaraciones a Basquet Plus. «Fue algo muy triste, pero voy a estar agradecido de por vida a Tony y a Mac. Todavía me mantengo en contacto con ellos»

Este incidente desencadenaría su salida del Tigre. La mujer en cuestión, también jugadora de baloncesto y de nacionalidad australiana, principal nexo de conexión del baloncestista con el país del Pico Mawson o la Tarta Pavlova, volvería días después a su país y poco tiempo después llegaría el turno del jugador tras varios días difíciles. Aquel incidente no impidió que Lee ni Taylor volvieran a Latinoamérica años después, incluso ella llegó a jugar para el Aguada femenino recientemente.

Los caminos de Lee Roberts lo alejaron de Latinoamérica por un par de temporadas y los destinos del jugador para 2017 y 2018 fueron el Ironi Nes Ziona israelí y la Virtus Roma italiana los equipos de inicio de temporada para Lee, previo a dos nuevos regresos con Perth Redbacks en dos torneos.

En la primera de esas dos temporadas, llegarían dos títulos consecutivos. Lee levantaría el título en la segunda división israelí y luego su primer título en Australia, donde además sería el MVP de las finales anotando 28 puntos y 17 rebotes en el juego definitivo ante Joondalup City. «Fue divertido. Encontramos las diferencias pronto y no pudieron pararnos en la pintura. Fue una de esas noches en la que te entran todos los tiros y los rebotes iban en mi dirección», explicaba el jugador tras el juego definitivo que los hizo campeones.

Una cuarta oportunidad en Argentina con San Martín de Corrientes y una cuarta con Perth Redbacks para la temporada 2018-19 con promedios de 25 puntos y 9.3 rebotes. Después de ello, llegaría otro de los grandes momentos en la carrera de Lee Roberts y fue su llegada a Uruguay.

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Su caso no fue el único en ese año (y que se extiende a la actualidad) en un trasvase de jugadores extranjeros entre ambos países debido al contexto socioeconómico de Argentina. Su primer equipo uruguayo sería un histórico como Aguada, con los que además jugó por primera vez en la BCL Américas y fue uno de los jugadores destacados de la primera fase con promedios de 22.5 puntos y 7.5 rebotes en el torneo continental. Además, aquella temporada dejó una actuación de ensueño como fueron los 52 puntos y 16 rebotes ante Trouville.

«Había perdido la cuenta, no sabía que había llegado a tanto», explicó Roberts tras su exhibición en declaraciones a Basquet Total. «El último partido jugué muy mal y me sentía en deuda, quería demostrarle a la gente que estoy aquí por Aguada. Quiero ser el mejor jugador de la liga y quiero ganar el campeonato»

Robert Battle y Lee Roberts

Joondalup Wolves sería su equipo en la SBL de aquella temporada antes de volver por segundo año consecutivo a Aguada y formar un trío de ensueño en ese 2021 para la fanaticada rojiverde junto a Dwayne Davis y el ex-NBA Al Thornton.

Aquella LUB especial fue el primer torneo en Uruguay tras los meses de confinamiento por la pandemia y Aguada se proclamó campeón en 2021, compartiendo vestuario con dos leyendas uruguayas como Leandro García Morales o Federico Bavosi. Después de ese título en Uruguay, llegaría su primer paso por su actual equipo, East Perth Eagles, para terminar (una vez más) con unos promedios de doble-doble.

Y ya es tiempo de volver al presente, donde esta última temporada su viaje volvió a llevarlo a Uruguay pero en esta ocasión viró hacia Peñarol para alcanzar el subcampeonato con el Carbonero en otro gran año para el estadounidense. Tras su buen rendimiento con el aurinegro, Roberts ya tiene asegurada su continuidad para la temporada 2022-23 y en lo que llega ese salto inicial pautado para el 22 de octubre, Lee Roberts se mantiene activo de nuevo con East Perth Eagles.

En esta oportunidad, no fue sólo a Australia y se llevó al uruguayo Diego Soarez para engrosar la nómina de extranjeros. El equipo está actualmente con un balance de 4-16, con Roberts promediando 15.1 puntos y 6.6 rebotes y con Soarez promediando 9.1 puntos y 6.9 rebotes.

Lee Roberts encontró el amor y una familia en Australia, su segunda hija nació recientemente en Uruguay y siempre va a tener difícil elegir entre los dos lugares, aunque seguro que Perth va a contar con algo de ventaja sobre el resto.

Autor: Daniel Mérida | Tw: @baloncestero
Nota original en Cancha Latina