Manu Ginóbili ingresará este sábado al Salón de la Fama. El bahiense, que se consagró como campeón en la NBA y los Juegos Olímpicos de Atenas 2004, cumplirá ese honor junto a uno de sus máximos ídolos: Tim Hardaway.

En su juventud, el argentino disfrutaba de ver algo del contenido (escaso, para la época) de la NBA que llegaba a nuestro país; y fue en uno de esos videos que conoció el talento del armador de Golden State Warriors. Su manera de jugar, su actitud desfachatada y, sobre todo, su gran talento cautivaron a Manu. Y fue ahí que, tal como lo contó su hermano alguna vez, dentro de las camisetas que visitó el bahiense, hubo una que vino de regalo desde un viaje desde los Estados Unidos: la de Tim Hardaway. Así reaccionó el ex jugador cuando Leo Montero le contó sobre la anécdota en la conferencia de prensa previa a la inducción de ambos al Salón de la Fama:

Lamentablemente, Tim y Manu no llegaron a encontrarse dentro del rectángulo de juego, ya que apenas coincidieron un tiempo en la NBA. El base jugó los últimos partidos de su carrera en la 2002/03, primera temporada de bahiense en la mejor liga del mundo.