El deporte en general, y el básquet en particular, se sostiene con los pilares del trabajo, la competitividad, la dedicación exclusiva, la búsqueda de la excelencia y la fugacidad del resultado. El protagonista recorre con sus hermanos de camiseta los caminos del reseteo, es decir, de la desconexión y reconexión, que implica el dejar de jugar y vivir una vida sin eso. En el camino se observa, a la vez, la universalidad y subjetividad del duelo. Todos “colgaron las zapatillas”, pero ahora la reconexión la viven de distinto modo.

Freud define al duelo como una reacción psicológica ante la pérdida de una persona querida, de una abstracción equivalente como la patria, la libertad, un ideal, etc. Es decir, ocurre una pérdida, algo ya no está o no se puede hacer más. ¿Y ahora? La psiquis reacciona de diversas maneras de acuerdo a lo que tiene en su personalidad, en su historia y lo que lo perdido le generaba. Hay quién dice: “Amo el básquet, es lo que sé hacer” y el mismo Oberto rememora que “de repente, te dicen que no lo podés hacer más, que podés hacer todo lo otro, pero ahora, ¿con quién compito?”

Jugar, competir, dar lo máximo, entrenarse, rasparse, poner un bloqueo, cerrar un partido, asistir y transpirar. Todo lo que se ha hecho durante décadas, no se puede hacer más. Eso es Reset, un stop brusco y un ingreso a un camino desconocido. Y también es un intento por poner en palabras, imágenes y acciones aquello de energía psíquica que circula, revolotea y asedia al deportista retirado.Una cuestión recorre todo el film: ¿Qué hacés ahora con esa energía psíquica que ya no tiene más lugar?

Los dorados jugadores tienen en común el haber dejado de hacer lo que amaban, que era jugar a alto nivel, entrenarse y competir al máximo. Dan cuenta que lo han sufrido, que les ha costado, que las sensaciones perdidas no se sustituyen y que sólo queda aceptarla con algo de dolor. Son los ganadores mostrando sus debilidades. Justamente aquellas que no aparecían en las canchas del mundo y menos cuando estaban juntos.

La psicología afirma que la puesta en palabras de lo que se siente y vivencia es esencial para elaborar el dolor psíquico. Y que el hacerlo con otros habilita la posibilidad de una elaboración y una salida que implique un crecimiento. Y Reset es un buen intento por poner en palabras lo sentido y vivido, tanto individualmente como con otros. Una especie de corazón abierto conjunto, para cerrar afirmando que “las batallas están dentro de uno”.

Un basquetbolista argentino retirado libra contiendas diversas de acuerdo a su realidad; las mismas van desde la extrañeza de encontrarse en nuevas coordenadas existenciales y vinculares, hasta ciertas penurias económicas. La carencia de rutinas deportivas implica más tiempo libre sin sentido, ausencia de vestuarios, adrenalina que no encuentra cauce, cuerpos maltrechos y teléfonos que dejan de sonar. En fin, un cúmulo de ausencias externas que desnudan vacíos interiores.

Es evidente que una carrera deportiva profesional termina cronológicamente antes que la de cualquier otra profesión, y el jugador siente una gran tensión. Repentinamente deja lo que ha hecho siempre y bien, y arranca un camino desconocido siendo relativamente joven. Ocurre una dualidad: se es viejo para el deporte y muy joven para la vida.Y, por lo tanto, se encuentra con situaciones para las que el deporte y la vida deportiva, en muchas ocasiones, no lo ha preparado.

Por lo tanto, a la hora de abordar la problemática del final de la carrera es necesaria mirar la totalidad del proceso. La formación del deportista, vista desde una óptica integral, debe tener en cuenta la realidad de la “jubilación temprana”. En la mayoría de los casos, el énfasis en la dedicación exclusiva al deporte, el exceso de competitividad y presiones ambientales, genera una identificación única en el quehacer deportivo, lo cual hace que el momento de dejar la práctica deportiva sea muy dificultoso.

Se trata de preparar al deportista para la totalidad de la carrera, es decir, incluir al retiro como un paso más en la vida deportiva. Sondear intereses, diversificar conocimientos y por sobre todas las cosas atender a la integralidad del ser humano, serían pautas importantes para la formación deportiva integral, incluyendo el retiro. Durante la película se observa que aquellos que lo han decidido sin mediar una lesión o una situación de descarte, parece que han tramitado el duelo de una manera más positiva. En cambio, si la culminación de la carrera ocurrió abruptamente, por decisión ajena o una cuestión física, el duelo es más complejo. Se debe trabajar psicológicamente diversas situaciones tales como: asumir la situación ocurrida, encontrarse con un plus de energía que no encuentra dónde ubicarse, aumento de ansiedades y angustia por hallarse en una situación desconocida. Por lo tanto, es esencial desde el inicio de la carrera profesional tener en claro que alguna vez necesariamente va a finalizar, y prepararse para ello.

No puede dejar de mencionarse que en nuestro país un número reducido de basquetbolistas obtienen un ingreso económico tal que les permite vivir de lo ganado sin necesidad de seguir trabajando para subsistir. Realidad que puede agravar la situación de angustia post retiro, siendo una razón más para trabajar la necesidad de abrir otros horizontes formativos y de interés durante toda la carrera deportiva.

Reset pone en zona de pensamiento y discusión la realidad más oscura de la vida del deportista, y que es una especie de tabú: la del retiro. Es justo ahí donde las luces se apagan, los celulares permanecen mudos y tanto la energía como el tiempo sobran. Y el desconocimiento a lo que vendrá aumenta la incertidumbre y el malestar. Esos “son los demonios que tanto el protagonista como sus hermanos de camiseta dicen que les atacan cada noche”.Y que confirma el hecho de que gran parte de las batallas están dentro de uno mismo.

Nota: Gustavo Mena – Lic. en Psicología.