En el día jueves, en 3×3 Radio, hablamos con Carlos Delfino, el jugador argentino que retornará a la Lega italiana, junto al Pesaro. Lancha habló sobre este nuevo desafío, que lo tiene muy entusiasmado. En la última edición del torneo, el equipo sólo logró ganar un partido, por lo que esta temporada el objetivo principal va de la mano con mantenerse lo más alejado de la zona de peligro.

Lancha también habló sobre la Selección nacional, el grupo de la Generación Dorada y las características que la hicieron un equipo único en la historia. En cuanto a los Juegos Olímpicos de Tokio, fue muy claro: «nunca me gustó que me regalen nada».

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«La edad es un número. Es todo una cuestión de actitud, hay que darle para adelante. Estoy muy contento, con muchas ganas. Me venía cuidando, esperando una posibilidad y se dio esto, un desafío de los lindos, difícil, que como todos los míos van de la mano que quiero mucho, con alguien que significa mucho para mi, que es el entrenador. Cuando me llamó ya tenía la respuesta, cuando hablamos no hubo que charlar de representantes, ni de presidentes, ni nada, era algo casi echo. Es un gran desafío. es un equipo que el año pasado ganó un solo juego, si no fuera por la pandemia quizás no estaría jugando A1. Es un gran desafío. contento de ser parte y ser marinero de este capitán.

Ahora me entreno al mediodía. Acá ya no hay cuarentena, estamos tranquilos. Voy a una pista de atletismo, con 30 grados al sol. Siempre a contramano, tratando de hacer locuras. Me entreno haciendo cancha, todavía sin contacto, te podés entrenar y pasar la pelota, me entreno con mi cuñado que juega en la A2, me estoy preparando para este desafío. En 15 días arrancamos la pretemporada. En fines de agosto se jugaría la supercopa de Italia.

No puedo ubicar a Delía, lo quiero traer a jugar, me encantaría tenerlo, estamos todos tratando de entrenar. Tengo más en el debe que en el haber. Mi edad es distinta y trata de hacer un poco más para seguir corriendo atrás del tren. Cuando sos más joven con menos cuidados estás mejor. Me falta jugar, fui a hacer la prueba física y quedaron muy contentos. Lo que más añoro es estar dentro de un equipo y jugar, eso es lo que más me falta. Uno creo que puede hacer mucha parte individual, de agregar bagaje técnico, pero para tener físico de básquet hay que jugar. No siempre hacés la misma carrera, siempre tenés un compañero, me falta eso. Sobre todo por el tema del contacto físico, cuando empezás a jugar pensas en otras cosas, me falta el timing de juego. No es lo mismo correr kilómetros o tirando al aro que jugando. Absolutamente es lo que más añoro. Cuando voy a la pista no voy solo a correr. Ahora hago cambios de ritmo, siempre tratando de asemejar todo a lo que son los ritmos de juego.

Tengo un solo compañero, lo hablo mucho en el espejo. No se ha firmado a nadie más. Hay muchos nombres en carpeta, muchas intenciones. Pesaro estuvo peleando el descenso y eso es una realidad. Así llevaban 4 mil personas en la cancha. Se dieron cuenta que ajustando piezas podían arriesgar menos, las intenciones son buenas, de armar un equipo con gente conocida. Los últimos años los nacionales eran muchas apuestas. Los extranjeros eran rookies, este año la intención es tener un equipo más experto. De gente que hayan jugado en europa, extranjeros que hayan jugado antes en el continente. Cuando empezás con un entrenador así, tenés alguien que puede gestionar y convencer de hacer algo más interesante. Económicamente Italia quedó golpeada. Todavía no se sabe cuantos equipos van a estar en la Lega. Pesaro es un equipo histórico, con muchos seguidores, una ciudad en la costa que respira básquet y esperamos hacer bien. El primer objetivo es tratar de estar lejos de la línea de abajo. Sacando a Milano, Virtus y Venecia el resto cualquiera le gana a cualquiera.

La diferencia con ACB sigue siendo grande, en el 2000, hasta el 2005 se podía discutir cual era mejor, pero hoy por hoy la organización que tiene, el nivel económico, el potencial de la ACB es muy alto. Lo que tiene la Lega, cuando me toca analizarla desde afuera, los mejores extranjeros de acpa terminan jugando en España. Es donde se apuesta. El estudio del extranjero lo hacen más los tanos que los españoles. Eso hace que de los cinco a seis extranjeros, dos o tres son interesantes y otros de recambio. Eso es lo que no me gusta del formato pensando en la liga, cuando tenés muchos extranjeros prefiero tener jugadores jóvenes o nacionales ocupando más lugar que tener extranjeros de recambio y que no me llevan nada ni siquiera a la gente.

No hubo un arreglo pautado de los contratos, algunos cobraron todo, otros la mitad. Acá hay un problema que es que la A1 es profesional y la A2, por eso el salto de categoría es muy grande. Pasas a tener compromisos muy grandes y por eso cuesta dar el salto. Torino es otra sociedad, el dueño es el mismo que el Sasari, pero tiene que cambiar la sociedad, porque no puede haber un dueño con dos equipos. Equipos muy fuerte, como cremona, avisó que no puede jugar, que no puede hacerse cargo de todo. Roma, con la ciudad que tiene detrás, no encuentra un emprendedor que pueda tener un equipo y mantenerlo en la Lega. No sabemos si vamos a ser 14, no saben si subir a Torino. Ocho equipos fueron consultados si querían jugar y todos se negaron. El salto del semi profesionalismo al profesionalismo es muy difícil y las responsabilidades fiscales son muy grandes. No sabemos cuando se juega, cuando se inicia la pretemporada o la Copa Italia, o si va a ser con gente, por ejemplo.

Las comparaciones no son buenas nunca. Pesaro estamos en el medio, todos los viajes son en colectivo, tenemos máximo cuatro horas. Eso cambia mucho. La logística se hace muy difícil. Hay cosas que ganas de un lado y perdés del otro. Acá no hay venta televisiva, lo hace Eurosports y no ayuda muchísimo. Hoy el único deporte que convenga que se juegue es el fútbol, el resto de los deportes está parados. Son muchas cosas para analizar. Desde mi lugar me siento muy cómodo y contento. Me casé con esta causa. Venía de estar en tumultos, en zonas movedizas y me encontré con una organización muy buena, donde el presidente del equipo es un ex jugador y de ahí para abajo son todos gente de deporte, eso hace que cuando uno se sienta a analizar lo que quieren de vos en el año, estás hablando con gente del deporte. Es oxígeno puro. Cuando encontrás gente que lo ve más como empresa, es necesario, pero no solo eso. Hay puntos donde empieza la parte deportiva. Es como opinar de la estadística, ayuda, pero no somos computadoras. Me siento muy cómodo de llegar donde se respira básquet. Eso me llamó mucho la atención. Por eso digo que ni siquiera tuve que negociar.

Lo que cambia son las cantidades, pasa en la NBA y de ahí para abajo pasa en todos lados. Ahí los números son mucho más importantes. La estadística es tenido en cuenta, después hay otras cosas. Si me preguntás a mi, soy del básquet puro, del básquet viejo. El que se jugaba a no más de 80 puntos. Hoy por hoy es más estadístico. Me adapto, me acomodo y demás, pero cuando miro básquet, no veo un juego entero de NBA. Crecí dentro de otra realidad, otro momento.

Cuando nos juntabamos en la selección lo lindo era quedarnos a hablar de un montón de cosas, es lindo enfrentar ideas, es mejor cuando te abren la cabeza. Billetera mató siempre, y eso facilitó todo. Pero la sabiduría y tener todo bien organizado hace que en momentos como éste, estés más preparado. Cuando uno se pone más grande, mira otras cosas. Cuando tenés ofertas similares no mirar el que te da un peso más sino el que te de una tranquilidad desde la organización, donde vas a ir a jugar al básquet. La organización segura, con experiencia, marca una diferencia.

Podría darte ejemplos de muchas charlas que hemos tenido con el grupo de la Generación Dorada. Hay gente especial. Hay gente como Luis que piensa como vos y te busca la vuelta para cambiarte el pensamiento. Como equipo nos sirvió dentro de la cancha, el hacernos crecer fuera de la cancha se vio reflejado, forjó amistades y una unión terrible. Sos libre de decir lo que crees aunque estés equivocado. Está bueno explayarse. Está bárbaro debatir.

Está bueno debatir un montón de cosas, y me pongo en jugador hablando de la liga. Debatir la cantidad de partidos, la logística, los juegos, el formato. Como hoy me toca vivir acá, cada liga tiene sus virtudes y defectos y nadie tiene toda la verdad. Cuando estaba en la liga me harté de escuchar de un matemático. Él armó lo que servia respecto al bolsillo, habría que escuchar lo que necesita el jugador y la competencia, pero hay que sentarse y discutir, porque uno se queda conforme y el otro no. Sentarse a debatir ideas es importante. Es más sano para todos. Me tocó hablarlo y es lo que ustedes hablan. Acá te puedo hablar de muchos defectos y siempre encontrás. El jugador encuentra siempre el defecto, porque la mayor parte estamos jugando a nuestro sueño. Hablo de esto porque son problemas que tiene la liga y que siguen estando y que siguen estando. Se sigue jugando de la misma manera que hace mucho tiempo.

Aprovecho, porque algunos me dijeron que cambié el discurso. Yo no estoy jugando para ir a Tokio, estoy jugando porque me divierto, porque extraño estar en una cancha y porque me hace bien. Después siempre fui un sacrificado, un competidor, si me preguntás si quiero ir a Tokio, claro que si. Me encantaría, pero es un tiro larguísimo. Quiero tener una temporada completa, quiero estar sano, y jugar todo. Cuando se termine la temporada se ve, si puedo, si no puedo, si me quieren. Yo no me postulo a nada, hoy soy un jugador del Pesaro. Después se verá, lo que más quiero es estar sano y pensar en jugar al básquet. Extraño ganar, perder, levantar a mis compañeros. Nunca me gustó que me regalen nada, no puedo estar diciendo que voy, si no quieren llevar. No soy ninguno, nadie es más que la Selección. No se lleva a un jugador como un favor. Va quien lo merece, siempre fue así.

Marcos Delía tiene mi teléfono, hemos comido UNA pizza en un año, así que podíamos habernos visto más. Sabemos que él está en una lista y a mi me preguntaron. Después mas que eso, no soy quien para poner o sacar a alguien. Algunos me llamaron diciendo que le haga la gamba. Nunca le pedí un favor a nadie para que me lleven a ningún lado. Sería fantástico tener a otro argentino, pero no decido nada. Cuando me preguntan soy objetivo y Marcos al equipo que vaya le va a hacer bien. El año pasado no tuvo mucho espacio, no pudo explotar el juego como lo hace. En su rol y en su juego es muy bueno, tiene que mostrarlo en un lugar que lo quiera y que lo explote como él pretende. No invento nada con eso. Cada uno tiene su rol, soy un jugador y nunca me metí en temas del otro.

Gente especial es el Chapu, que tiene problemas, es bipolar. Jodo con él porque es el loco lindo del grupo. Es un grupo especial desde el tema que es un equipo muy pensante. Al día de hoy seguimos debatiendo, algunos con más vos que otros, porque hablan más, como el chapu y otros más callados como yo. Creo que hay muchas personalidades juntas y eso hizo muy especial al grupo, lo hizo ganador y revolucionario. Había gente que había ganado mucho y relegaba espacio en la Selección. Relegar cosas que durante el año gozaban. En algún momento muchos eran capitanes en sus equipos y en la selección éramos 12 capitanes, porque todos hablaban. En ese equipo no había un solo líder. Ginóbili, Scola, eran relevantes, pero cada uno era importante en su lugar. Cualquiera levantaba la voz, todos podían opinar, todos podían empujar al otro a hacer algo, no había una chapa que de afuera se esperaba. Nunca hubo problemas. Obviamente hemos discutido, pero lo bueno es que llegamos a un acuerdo porque el nombre del pecho era mucho más importante que el que teníamos en la espalda. Me molesta leer títulos que dicen que mi objetivo es Tokio. Nadie es más grande que la selección, lo aprendí con ese equipo, la selección es lo más grande y lo más lindo que hay. Uno podía hacer cualquier cosa pero para mejorar. No había que enojarse cuando nos tocaba perder.»