Sebastián «Sepo» Ginóbili, ex entrenador de Instituto de Córdoba, habló en UCU Radio sobre la salida del equipo, tras el cuarto puesto en el Final 4 del Super 20 de La Liga Nacional. Reviví la nota completa y las mejores frases:

«Mi salida del equipo no me sorprendió, antes de la final del Súper 20 tuve una reunión en donde se habló de que el equipo tenía que ganar y se acortaron los tiempos. Habíamos viajado con ilusión a Buenos Aires y después del último partido con Obras esperaba el desenlace».
«Instituto tiene una necesidad/ansiedad de ganar muy grande y eso hace que las decisiones, a veces, sean apresuradas, esperando que el cambio cambie la inercia del equipo. Empezamos 8-1 en la primera fase y perdimos en el regreso partidos que no estaban en los planes, después tomamos la senda de la victoria y unos cambios múltiples en el equipo hicieron que se tenga que preparar de otra manera al equipo. Encontramos el funcionamiento y vino lo del COVID, en un momento incómodo. Tuvimos 5 jugadores de protagonismo encerrados y no pudimos entrenar, pero terminan siendo excusas. El equipo se armó para competir arriba y no se logró«.
«El equipo tenía mucha ilusión en la BCLA y perdimos ese partido con Minas, sacando a Flamengo que era el candidato. Tuvimos 20 días inactivos. Más que nada es la intranquilidad, la situación política, la lucha constante con el fútbol y las ganas de ganar a cualquier precio. La función del entrenador es fusible y ya se habían hecho cambios de jugadores. Lo tomé con tranquilidad porque en el momento que firmé con ellos, sabía los objetivos y al no cumplir con ellos mi puesto estaba frágil». 
«En los planes iniciales estaba salir campeón del Súper 8 y si salíamos segundos, ellos iban a tomar la decisión. Todavía tenemos chance en La Liga, inclusive la temporada pasada llegamos a la definición del Súper 4 y de la BCLA, estábamos entre los 4 primeros. Yo terminé muy conforme con el trabajo que hice en el tiempo que estuve en el club. Instituto tiene la necesidad de ganar y sabía eso. Son los riesgos que uno asume al ser entrenador. Hablé con Juan Cavagliatto y terminamos en buenos términos, que comparta o no la decisión es una cosa, pero uno tiene que acatar lo que dice la dirigencia». 
«Convivimos dos años espectaculares con cuerpo técnico y jugadores, sobre todo con los nacionales. Lo mismo con la dirigencia. El asistente (Gustavo Peirone), tendrá un nuevo desafío para él, conoce al equipo hace muchos años. Hablé con él y lo entiendo, me parece bárbaro que tome el desafío. Ojalá le vaya bien a él y al club, mi hijo es cordobés y siempre voy a tener grandes recuerdos de mi estadía acá«. 
«A veces por el afán de ganar, acepta y toma decisiones apresuradas. Aprendí un montón y estoy muy agradecido. Son cosas buenas que me han pasado y me van a servir para lo que viene. Ya habrá oportunidad de tener revancha«.