De goleo bajo, friccionado por demás y con varias imprecisiones, el Polideportivo Islas Malvinas de Mar del Plata vivió con muchísimo publico el triunfo de Boca ante Peñarol 71 a 68 en un juego con sabor a playoffs, que puso fin a la racha de 12 partidos invictos que traía el local.
El equipo de Leandro Ramella comenzó mejor, definiendo rápido e incomodando a Boca que no terminaba de hacer pie en la cancha, hasta que el Xeneize pudo bajar el ritmo del juego, llevó a Peña a tener que jugar más estacionado y se fue metiendo en el marcador.
La segunda mitad mantuvo la misma tesitura. Muchas faltas, tramos para el local, respuestas de la visita y el resultado palo y palo. Los de Gonzalo García pudieron controlar a Al Thornton en el tercero, al punto tal de que no convirtiera puntos, y se le abrió el aro desde tercera dimensión. Dos triples de Boccia, uno de Buendía y otro de Schattman lo pusieron al frente a Boca. Monacchi y Valinotti sostenían al Milrayitas en ese tramo, jugando con muchísima decisión.
En el último cuarto los de azul y oro continuaron rotando a su quinteto, ya sin ese doble pivote de Hernández-Vargas que se había visto en un comienzo, la formación baja rindió sus frutos. Un triple del chico Guerrero y otro de Federico Aguerre sorprendieron al local, y la figura de Manu Buendía se agrandaba en ataque al punto de meter un parcial de 15-3 en poco más de medio período, con otra bomba más de Vildoza. A la salida de un tiempo muerto pedido por Ramella, Thornton hizo explotar al Poli con 7 puntos en un tramo, triple sobre Hernández incluído, y el resultado más abierto e incierto que nunca.
García pidió tiempo muerto estando arriba por 2 y los triples de Boca sentenciaron el juego. Primero Buendía y después Schattman fueron lapidarios para el juego, por más que Thornton clavó uno casi imposible desde la esquina.
La parte alta de la tabla está vibrante. Boca continúa su buen momento después de conseguir la clasificación en la BCLA, le cortó la racha a Peñarol y quiere recuperar el segundo puesto que supo tener. Aunque, en realidad, sueña con alcanzar a Quimsa.
