Desde el salto inicial, San Lorenzo se vio más cómodo. Los dirigidos por Emmanuele Quintans tuvieron una mejor elección de tiro y una buena efectividad y fluyeron bajo la tarea de un laborioso Manu Rodríguez, la pieza más confiable del local en ofensiva. Por su parte, los de Leo Gutiérrez no tuvieron una buena selección de tiros, y tampoco lograron anotar en segundas oportunidades. Con más acciones individuales, el Ciclón se mantuvo al frente en el marcador, y se llevó la primera mitad por 41 a 35.

A la vuelta de los vestuarios, fue Olímpico el que golpeó primero. Con Patricio Tabarez enchufado, lograron recortar las distancias, pero el encuentro se volvió desprolijo, con varios errores para ambos equipos que no lograron anotar de manera fluida. Con siete puntos del mencionado Tabarez y la aparición de Leo Lema, la visita logró dar vuelta el marcador (48-49) a dos minutos de finalizar el tercer cuarto; en gran parte gracias a lo realizado en la zona pintada, donde el Ciclón comenzó a fallar en la defensa.

El cansancio empezó a notarse en el azulgrana, que debió empezar a recurrir a los juveniles para completar un plantel que se vio diezmado con la ausencia de Podestá. Pero el ingreso de Rodríguez (cargado con cuatro faltas) renovó a San Lorenzo, que reaccionó a tiempo, luego de verse seis puntos por debajo (59-53).

En el momento que más lo necesitaba su equipo, apareció Clark, con tres bombazos fundamentales para renovar las esperanzas de Olímpico, que llegaba un poco mejor parado al cierre. Pero dos faltas antideportivas (una de Tabarez y otra de Acuña) le dieron vida al Pando y, con 2 minutos en el reloj, la historia marcaba 74 por lado. Y fue el momento para que Marín se vista de héroe. Con dos bombazos desde el eje, volvió a darle la ventaja al Ciclón (80-77) con sólo 31 segundos en el marcador. Desde la línea, San Lorenzo mantuvo la cabeza fría, y logró definirlo y celebró con su gente la victoria en casa por 84 a 81.