En un nuevo programa de Minuto para las Pibas en el aire de UCU WEB RADIO, Lucía Romero, Federico Toral e Ivana Verbanaz se comunicaron con Florencia Palacios, la argentina lleva varios años jugando en diversos países del mundo y hoy en día se encuentra jugando en Suecia a tan solo meses de haber sido mamá.

Reviví la nota y sus frases más destacadas:

«Suecia ya había jugado hace tres años atrás, así que era un país que conocía la liga, la gente, es un país que me encanta el estilo de vida. Tenia otras propuestas este año, otros países nuevos, pero con mi marido, con Antonio, al momento de elegir quisimos elegir primer que todo un país que ya conocíamos por el tema de nuestro bebe, sus primeros años de vida y bueno queríamos venir acá. Además tenemos muchos amigos, tenemos quien nos puede ayudar con el bebe así que un poco eso fue también la decisión de venir a vivir acá.»

«La situación es un poco particular en Suecia, es un poco ambigua, porque primero que todo no se usa el barbijo, porque ellos tienen una teoría de que no sirve. Hay un científico acá del cual ellos se confían mucho y escuchan mucho sus teorías, así que barbijo no se usa. Distanciamiento social, pero cuando yo me entreno con mis compañeras siempre hay rose, es un deporte de rose el básquet así que tratamos también de entrenarnos en horarios en los que no nos crucemos con otros deportes, así también por eso tuve un poco de cambios de horario estas últimas semanas. Pero de mi lado un poco de fobia tengo por todo lo que esta pasando, el gobierno supuestamente iba a tomar algunas medidas, pero en realidad no se tomo ninguna medida más que decirle a la gente de respetar la distancia social, los deportes siguen jugando, así que es un poco difícil la situación. Por el momento un poco triste, porque se que no voy a poder volver a casa para Navidad, nos vamos a tener que quedar acá en Suecia, la primera Navidad de Erik la vamos a tener que pasar acá.»

«Cuando se dio el lockdown yo estaba en Italia, nació mi hijo y después de una semana se dió el lockdown, zona roja Italia y estuvimos por tres meses encerrados en casa, yo tenía contrato para firmar, te hablo de la primera semana de marzo, para jugar en abril y mayo. Bueno se suspendieron todos los campeonatos, no pude retomar a jugar, si me entrené en casa. Por suerte tengo la cinta para correr, las pesas, tengo un poco un gimnasio improvisado en casa. El primer mes me costó un poco porque Erik no quería dormir así que 24 horas despierta por un mes, me tuve que entrenar sola, no es lo mismo, me faltaba el entrenamiento en cancha. Digamos que empecé a retomar un poco el ritmo cuando vine acá a Suecia en el mes de agosto, que empecé a entrenar. Veníamos de Italia de usar mascarilla en los negocios, en la calle a llegar acá al aeropuerto y ver que nadie tenia mascarilla, que todo el mundo me abrazaba, un poco de fobia, fue un poco difícil los primeros días.»

«Antonio no me esta entrenando este año, pero si me entrenó antes de quedar embarazada cuando yo estaba en Italia. Pero me entrenó además en muchos países, creo que en seis, siete países. En realidad siempre me hacen esta pregunta, ¿cómo es la relación? ¿qué pasa? ¿esta todo bien en casa? La verdad que yo me sorprendo cuando me preguntan porque nos llevamos tan bien en la cancha, somos tan profesionales que a veces nos dicen no parecen marido y mujer, porque somos tan serios y tan profesionales en lo que hacemos que yo parezco una jugadora cualquiera y él el entrenador. Pero a mi me canta cuando me entrena porque me encanta su idea de básquet que es muy parecida a la mía, lo respeto muchísimo. Pero lo llevamos muy bien. (…) Por ahí a otras personas no les funciona, por ahí solo a nosotros nos funciona por ahí a otras parejas no. (…) Además estamos hablando de básquet profesional así que somos todas profesionales, es un trabajo para todas, así que respeto al máximo, hacia compañeras, hacia entrenador. (…) Cuando llegamos a casa de básquet ni hablamos, casi nada, somos muy parecidos como personas, tenemos los mismos hobbies, nos gustan las mismas cosas así que cuando salimos de la cancha y entremos en nuestra casa, puertas para adentro vivimos nuestra vida, bueno nuestra familia ahora con nuestro bebe que nos tiene muy ocupados.»

«Por suerte tuve un embarazo hermoso, me sentía espléndida. No me sentía pesada, no tenía los tobillos hinchados, me entrené todo el embarazo, iba a la cancha a tirar, hacia gimnasia obviamente sin pesos pesados con elásticos, natación tres/cuatro veces a la semana, la verdad que no parecía embarazada. Es más mucha gente se dió cuenta cuando estaba de ocho meses y me decía ‘aay ¿estas embarazada?’ ni parecía que estaba embarazada. Y deje de entrenarme dos semanas antes de que naciera mi bebe por recomendación de mi doctora que me dijo ‘bueno ya te entrenaste mucho, descansa’ porque tenía miedo de que por ahí se adelantara el parto y después de dos semanas nació Eric. Por ahí me costó más entrenarme el primer mes por acostumbrarme al bebe, a sus horarios pero bastante bien. Mi miedo era después de dar a luz como iba a reaccionar mi cuerpo, como iba a estar, si iba a ser igual, como me iba a sentir. Ese era mi miedo, no tenía miedo a dar a luz o por ahí otros miedos que tienen las mamás que no sabes con que te vas a encontrar, mi miedo era si iba a poder volver al básquet, como me iba a sentir. Después lo demás no tenía miedo porque sabía que iba a nacer algo hermoso y no veía la hora de ver a mi hijo.»

«Por más que se paro el campeonato seguimos entrenando todos los días. Erik esta siempre conmigo, soy tipo mamá oso pero tengo una persona especialmente que el club contrato para que lo cuidara en nuestros entrenamientos así que mientras yo me entrenó él esta en los entrenamientos. Se porta super bien, a veces cuando en los entrenamientos te dividís en dos mitades de cancha él sabe siempre donde estoy, lo ves que me sigue, no se como pero sabe siempre donde estoy. Por ahí esta lejos, porque es grande la cancha y él esta ahí que mira, sabe siempre donde estoy. Así que si tengo una persona que me ayuda porque sino sería imposible porque también Antonio tiene sus entrenamiento y la mayoría de las veces en el mismo horario.»

«Me gustaría mucho volver a jugar en Argentina, es uno de mis sueños en el cajón se podría decir. Ojala se pueda dar, bueno tengo ya una cierta edad, ahora en diciembre voy a cumplir 35 años así que por ahí no se cuantos años más me van a quedar para jugar, pero me gustaría volver a jugar en la liga argentina es uno de mis sueños. Llevarlo a Erik y que vea a su mamá jugar me gustaría.»

«Yo estudie hace algunos años atrás con el FIBA Américas, tengo la licencia como entrenadora y en algunos clubes tuve la posibilidad de entrenar porque yo lo pedí, porque quería empezar a meterme un poco en ese mundo. Debo decir la verdad que me encanta todo lo que es entrenar desde minibásquet a todo lo que es la parte juvenil porque me gusta enseñar, tengo esa cosa que me gusta enseñar como me transmitieron a mi la pasión por el básquet me gusta enseñárselo a los demás, a los chicos sobre todo. Tuve la posibilidad en Italia de entrenar, también en Luxemburgo, en Dinamarca. Minibásquet, también sub15. Me gusta, pero sobre todo esa etapa de crecimiento del jugador, los chicos en minibásquet es hermoso entrenar a los chicos, es super divertido.»

«En Libano fue cuando jugué, un poco de pánico el primer partido porque primero que todo cuando entras hay mucha seguridad, están los militares con las armas dentro de la cancha, osea yo tenía que hacer la salida de fondo o de lateral y tenía a este señor muy cerca mío. Pero en Libano lo que es centro realmente no podes creer que a pocos kilómetros de distancia esta la guerra y esta todo lo que pasa, bombas y todo. (…) Pero en Libano fue muy linda la experiencia, muy amorosa la gente del club que soy muy pero muy amiga, hablo casi todas las semanas con mis ex compañeras, el presidente, la manager del club, gente hermosa, divina, tengo muy buena relación.»

«No era planificado, no era lo que pensé. Es más yo no quería jugar al básquet. Yo vengo de una familia de basquetbolistas, mis padres, mis hermanas me querían pero me arrastraron a jugar al básquet y yo no quería saber nada. Quien me convenció a jugar, el famosísimo entrenador Sebastián Silva, al cual apreció muchísimo, le tengo un gran cariño. Fue el único que me pudo convencer, no se como pero me pudo convencer y le voy a estar siempre agradecida, siempre se lo digo a Sebastián. Y después empecé a jugar, cuando llegue a la edad de cadeta existió la posibilidad de poder ir a Europa y eso me motivo aún más para entrenarme. Yo no solo que cuando volvía a casa de los entrenamientos, me acuerdo de Vélez, me ponía hacer abdominales, me ponía hacer pesas, muchas veces a la mañanas antes de ir al colegio iba a correr, vivía cerca de agronomía y salía a correr volvía me cambiaba e iba a la escuela, así que siempre tuve dedicación hacia esto. Tenia un objetivo que era ir creciendo, ir creciendo hasta que bueno después se pudo dar.»

Además te invitamos a ver esta pequeña nota que se emitió en UCU TV hace algunos meses: