Más allá de todo lo que lo espectacular que sucedió dentro de la cancha, fueron muchas las cuestiones positivas que dejó la Copa ACB en este fin de semana. La ciudad de Granada reportó un ingreso superior a los 20 millones de euros, además de la venta de derechos a distintas naciones, tales como la China. La proyección podría ser mayor a la ganancia obtenida en Málaga, donde el rédito económico superó los 25 millones.

La vuelta del público a las canchas, después de la temporada en la pandemia (en Madrid), donde las gradas se vieron vacías, fue un caudal de ingresos que superó las expectativas de propios y ajenos. Más de 9.000 fanáticos se movilizaron a la ciudad cede, lo que provocó que la capacidad hotelera se encuentre ocupada al cien por cien desde principio de semana, algo poco usual en esta época del año . A eso se le suma el consumo en locales gastronómicos, bares, y la presencia de público en las calles y el movimiento comercial.

La venta de abonos fue total, teniendo en cuenta que el aforo permitido era del 80%, el Palacio de los Deportes vivió una fiesta plagada de hinchas que le dieron color a cada una de las jornadas. Fuera de las gradas, la ciudad se vio invadida de simpatizantes, que tenían un lugar de encuentro, donde los fanáticos compartían la pasión del baloncesto.

La ciudad, literalmente, cambió los nombres de las calles con cuestiones relacionadas al baloncesto. Por ejemplo tuvimos la «Calle de la sombrerería de Edy», la «Calle de Sherminator», «la Monekemanía», entre algunas otras ubicaciones que decoraron a Granada para el show.

Al impacto directo se sumará la repercusión mediática de la ciudad, ya que la Copa se televisó en 117 países de cuatro continentes, con las transmisiones hacia China como principal novedad. El país asiático disfrutó del evento en vivo a través de la plataforma Bilibili, la cual tiene una llegada aproximada de 223 millones de usuarios.

Tal ha sido el impacto positivo del evento que Paco Cuenca, alcalde de la ciudad, ha manifestado a la ACB la disposición de la ciudad de ser «plaza fija» para este evento, algo complicado para la histórica dinámica de la máxima categoría española, pero soñar, no cuesta nada.