Juan Pipa Gutiérrez es uno de esos personajes queridos, simple, franco y con una carrera de renombre en el básquet. Fue parte de la generación dorada de la Selección Argentina, símbolo de Obras en la Liga Nacional y  triunfó en el básquet español durante varios años. Hace más de un año, una lesión en su cadera lo alejó de las canchas prematuramente. Fue ala pivot o pivot, según se necesitara y, actualmente es representante de jugadores, se animó a ser comentarista en transmisiones televisivas y vive dentro de la actividad que lo apasiona.

-¿Dónde jugabas al básquet de niño y como llegaste a Obras por primera vez?

-De chiquito jugaba en el Club Atlético 9 de Julio, era el único club de básquet federado en mi ciudad. De a poquito me fui destacando en altura y en unos juegos bonaerenses, en el año 1999, me vieron de Obras, Lanús y otros clubes. Pero terminé viniendo a Obras después de una prueba de 3 días que resultó exitosa.

-¿Qué fue Obras en tu vida?

-Obras es mi lugar en el mundo. Después de más de 12 años girando por el mundo decidí estar acá. Vivo a 5 cuadras del club. Núñez es mi barrio y mi gente está toda cerca. Conozco y quiero a toda la gente del club, a los jugadores los conozco desde que llegaron siendo cadetes y deseo siempre lo mejor para todas las categorías. Siempre voy a estar ligado de alguna manera.

-¿Qué sentimientos te trae pertenecer a una generación tan exitosa e histórica como la que te tocó compartir en la Selección Argentina?  

-El sentimiento más fuerte es de un gran privilegio. Para mí es algo que voy a atesorar para siempre, el haber compartido equipo con los mejores jugadores de la historia de este país y del mundo. Aprender de ellos, festejar con ellos y sufrir con ellos. Para la gente siempre se traduce en agradecimiento y cuando te lo reconocen en cualquier ámbito es emocionante.

-¿Cuáles son los torneos que más recordás con Argentina?
-Tengo muy fresco el recuerdo de todos los torneos. Quizás el que más disfrute fue Beijing 2008, por la relevancia de unos JJOO, por ser la primera vez que me tocaba ser parte y claramente por el premio final de la medalla de bronce.

-¿Cómo viviste este primer año (y pico) fuera de las canchas? ¿Cómo ocupaste el tiempo?
-Este año y medio fue muy raro. Pasó rapidísimo. Primero, porque al retirarme tenía dos problemas para solucionar de manera urgente. Curar mi lesión y encontrar un nuevo rumbo. Anímicamente fue muy bueno tener una nueva carrera. Ahora como representante de jugadores, tengo nuevos objetivos, nuevas ilusiones y trabajo constante. Después era tiempo de solucionar mis problemas físicos. Con la operación de cadera desaparecieron los dolores y fue un cambio rotundo en mi manera de afrontar el día a día, que se estaba tornando insoportable.

-¿Te dan ganas de dirigir un equipo en el futuro?
Por ahora no. No descarto nada a futuro. Mi idea es aportarle algunas herramientas extras a la representación deportiva en cuanto a la formación del jugador y persona. Pero dirigir un equipo no está en mis planes en el futuro próximo.

-¿A qué te referís con formación del jugador y persona?

A aportar desde la experiencia vivida al crecimiento individual del jugador. Ya sea en herramientas de entrenamiento y partido como en la manera de enfrentar las alegrías y frustraciones propias de una carrera profesional. Sin meternos en el trabajo del entrenador ni ocupar el rol de la familia. Una pata más donde apoyarse.

¿Qué consejo le darías a un chico de 16 años que quiere ser jugador de básquet?

Le diría que sea fuerte de la cabeza, que entienda que el básquet es hermoso trabajo pero que hay que hacerlo con responsabilidad. Tener por delante el desafío de pasar por un peine muy fino está lleno de frustraciones, pero con trabajo y amor por el juego se puede lograr… Y que lo complemente con una carrera a distancia.

Distinguir lo brillante de lo mágico

“El mejor que enfrenté, Kobe Bryant. Recuerdo intentar pararlo con faltas porque los medios tradicionales no alcanzaban. Y tampoco fue exitoso.”
“El mejor con el que compartí equipo, sin dudas, es Manu Ginóbili. No alcanzan las palabras.”

PREMIOS INDIVIDUALES

• Revelación de la Liga Nacional 2002-03.
• Jugador Más Valioso de la Liga Nacional en las temporadas 2010-11 y 2011-12.
• quinteto ideal de la Liga Nacional en las temporadas 2010-11 y 2011-12.
• Mejor Jugador Nacional de la Liga en las temporadas 2010-11 y 2011-12.
• Participante del juego de las Estrellas en las ediciones 2011 y 2012.
• Mejor jugador de la Liga Sudamericana 2012

Nota: Agustín Cichero, estudiante del Círculo de Periodistas Deportivo