Estudiantes 84-66 Platense

Estudiantes arrancó el partido a pie firme. Un juego sólido en defensa, apoyado en un perímetro en llamas y en Essengue dominando la pintura, el Bata se adueñó del ritmo del partido rápidamente. Con las bombas que caían desde los 6.75, 5-6 en el parcial, y el aporte camerunés bajo el aro el local pudo cerrar el cuarto con 13 de diferencia, pero sobre todo supo bajarle el goleo a la visita que en la segunda mitad del cuarto anotó solo cuatro puntos.

En el segundo segmento bajó la efectividad de los tiradores (3-6), ya no pudieron tomar tiros tan cómodos, pero apareció el aporte de los internos Gamazo y Essengue para mantener controlado el juego. Platense no encontraba el tiro de tres (1-8 hasta ese momento de la noche) y apoyaba su juego en Vázquez y Aristu ya que su internos no aparecían. El Bata estiró la diferencia y se fue ganado 52 a 32 al descanso largo.

En el regreso, Estudiantes cayó en su bajón característico y el Calamar lo supo aprovechar. Con Vázquez y Morales como abanderados del gol, Platense fue limando la diferencia hasta cuatro puntos; ese parcial fue de 25 a 9 a favor de la visita. El local perdió efectividad desde el perímetro 0-7 y en la pintura no se pudo manejar con la libertad de la primera parte.

Con un parcial de 10-2, antes de cumplir los cuatro minutos del último cuarto, Estudiantes sentenció el rumbo del partido. Platense ya no tuvo reacción y comenzó a llegar tarde para tapar los disparos desde el perímetro albinegro, que volvió a levantar la puntería y convirtió 6-10 en el segmento final.

En definitiva, Estudiantes fue un justo ganador porque fue el que manejo el ritmo de juego durante tres de los cuatro cuartos. Y si bien en un momento Platense se puso a dos puntos, en la foto del partido se lo veía mejor al Bata. El miércoles se volverán a ver las caras, y el desarrollo de la historia seguramente será otro.

Informe: Prensa Estudiantes


Libertad 86-82 Barrio Parque

Fueron un poco más de 20 minutos de juego donde Libertad lo sufrió a Barrio Parque hasta que pudo darse cuenta que si seguía en esa tónica, los cordobeses tenían grandes chances de llevarse un triunfo de Sunchales. Porque los dirigidos por Alejandro Lotterio arrancaron con mucha fluidez en la ofensiva sustentado en la dinámica de Kelly, una alta rotación de balón y los pick and roll que hacían mucho daño, ya sea en los tiros perímetrales como en las caídas de los pivots. Fue el momento donde Lauría, inteligentemente, juntaba marcas y se desprendía del balón para asistir a un lanzador o a un interno. Enfrente, los Tigres no le encontraban la vuelta a la defensa y tampoco estaban claros en ataque. Porque Parque apostaba a una defensa donde doblaba a Barovero con el balón y poblaba mucho la pintura. Con un juego interno inexistente en este tramo del cotejo, dependía excesivamente de los tiros perímetrales. Cuando acertaba Copello o Eseverri, o Bruno podía desenredarse de la defensa, el local se ponía a tiro.

Pero la visita se escapó a 8 en el segundo período y arrancó el complemento con un Lauría encendido que clavó 5 consecutivos para elevar la ventaja a 12 (39-51). Hasta ahí llegaron. El entrenador Sebastián Saborido pidió tiempo muerto y al regreso, Libertad ya no fue el mismo. Con una brutal intensidad defensiva, cortó las vías de gol cordobesas que solo convirtieron 8 puntos en el tiempo restante. Ya no funcionaban los pick and roll y las penetraciones terminaban en manos de la defensa rival. Fue un parcial contundente de 13-0 que les permitió pasar al frente por primera vez en el partido (52-51). El tridente Copello – Barovero – Zago lastimó la resistencia visitante y solo por el coraje de Guerra y Rossi, BP se pudo despedir del tercer capítulo igualados en 59.

En el último período, Libertad fue letal ante un rival que se desinfló considerablemente. El lanzamiento de 8 metros de Lauría cuando iban 4′ refleja el fastidio y la impotencia de los cordobeses ante el predominio de los aurinegros en los dos extremos. Promediando el cuarto, el dueño de casa ganaba por una decena de puntos  con un parcial 12-2. Landoni se sumó al terceto goleador del cuarto anterior. A esa altura, Lotterio sentó a Lauría que ya no volvería a entrar. La grieta se ensanchó a 12 (79-67) a falta de 2’40». Pero cuando parecía que los Tigres iban a cerrar el juego cómodamente, la presión visitante, los errores del local y la tozudez de Kelly produjeron un 8-0 que los acercó a 3 y que fue de un solo doble cuando restaban 7 segundos. Pero a Copello, de gran partido, no le tembló el pulso para sentenciarlo desde la línea de libres.

Informe: Prensa Libertad