Sebastián «Sepo» Ginóbili, hermano de Emanuel Ginóbili, habló en UCU Radio en el día después del anuncio del retiro de la actividad profesional.

«Yo había hablado con él hace un par de días y ya estaba decidido de lo que iba a hacer, la espera fue decisión de él y de los Spurs para poder hacerlo oficial. Cuando comenzó a mover el cuerpo sintió que no había más nada que hacer y era la última certificación que necesitaba. Disfrutó las últimas vacaciones y hace dos años que no viene a Argentina, pero más allá de la decisión de dejar o no era la de ponerse a entrenar de subirse a los aviones y estar lejos de la familia y la exigencia de la vida NBA, eso va desgastando un poco y no quiso tomar la decisión final porque pensaba que quedaba una ventanita y cuando empezó a entrenar vio que estaba cerrada. Se lo veía venir, pero faltaba esa decisión». 

«No me pone triste su decisión, ya sabía que asó sería y eso hace saber que lo venía asimilando. Si hubo una lagrima, pero no de tristeza. Me dediqué a leer lo que ponía la gente, el ambiente del básquet y del mundo en general y se te inflaba el pecho cada vez más. El respeto que logró durante todos esos años de carrera, no era tristeza si no orgullo y admiración. Fue cumpliendo etapas y cuando en Argentina alcanzó el promedio, cambió y fue cumpliendo objetivos cortos y se fue encontrando con que cada vez podía más y cada vez tenía un rendimiento mayor y un liderazgo. Se lo ganó con días de trabajo». 

«El legado va de la mano de los triunfos, por ahí la gente no valora el trabajo que significa llegar a un lugar y que no todos ganan. El legado es la pasión por el juego durante todos estos años, plantarse objetivos y ser ambicioso. Todo eso es valorado, él tuvo la inteligencia y el talento, podría haberse ido a otro equipo para tener más minutos, pero se quedó en un equipo que estaba cerca de salir campeón para ayudar». 

«No hablamos profundo y él no tiene todavía un objetivo de lo que va a hacer. Es un tipo muy curioso y muy inquieto y está leyendo y asimilando temas. Seguramente encontrará algo que lo estimule, no será igual que jugar pero si encontrará una ocupación que lo mantenga pleno, ocupado y entretenido. Va a aprovechar de su familia y sus hijos que lo necesitan en casa».

«Me hubiera encantado dirigirlo, o simplemente verlo desde la platea, pero son esa clase de jugadores que se tienen que retirar en el mejor lugar y el tenía claro que era la NBA. Esta disfrutando de su familia y vendrá a Bahía, pero de visita». 

«Soy un admirador y se me va a hacer difícil ver NBA. Va a ser duro porque es difícil de reemplazarlo».  

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