En un nuevo programa de Básquet Analógico, Marcelo Nogueira y Alejandro Pérez agasajaron a los primeros NBA argentinos, recordaron como fue el debut de Pepe Sánchez y Rubén Wolkowyski en la mejor liga del mundo. Para ello se comunicaron con «Colo» quien recordó esta experiencia.

Reviví el programa y las declaraciones más destacadas:

«Para mi 20 años, que es mucho tiempo, siempre uno trata de recordarlo, pero si no fuese por ustedes que mantienen vivos ese momento, por ahí es como que se diluye y se va perdiendo. Pero la gente que es más joven y que no vivió esa época empieza a informarse de toda la importancia que ustedes le dan. Así que de eso yo siempre agradecido, porque a mi me hacen revivir cosas lindas y la gente que nunca lo vivió o que nunca supo que es lo que paso se van enterando y se van informando de lo que ustedes dicen.»

«Para mi fue increíble, la verdad que yo nunca caí de que me haya pasado eso, porque no era mi objetivo, no era; mi objetivo era tratar de venir a Europa. Uno veía la NBA, pero para disfrutar y para saber lo que era, pero no era algo que yo pretendía.»

«Todo empieza en un torneo que jugamos con Olavarría acá en Holanda, un torneo de Navidad que la verdad yo no quería venir a jugar porque no era un torneo para decir importante en lo que yo creía que era importante. Estaba embarazada mi señora y no quería venir porque era la navidad que queríamos pasar juntos. Se me había ocurrido quedarme con ella y no venir, en un momento cuando le dije al Oveja ‘bueno que vaya el equipo, si me podía quedar’ y dice que si yo no venía el equipo no venía, era como que tenía una mochila arriba que tenía que decidir y bueno mi señora se metió en la conversación el último día que había ido el Oveja a hablar con Trapani y dice ‘anda que nosotros vamos a estar bien’ y bueno ahí le dio más empujón al Oveja que se puso más pesado todavía y ahí arrancamos. Pasamos Navidad en el avión, fue la peor Navidad que tuve porque para nosotros es algo muy lindo que se pasa en familia. (…) Llegamos a Holanda, jugamos el torneo ese que la verdad lo jugamos increíble porque cero presión y terminamos jugando la final. Cuando jugas por ahí con menos de presión de algo escapas. Si nos hubieran dicho hay ojeadores de la NBA no nos hubiera salido nada de los que nos salió. Pero bueno nos salió todo, yo jugué muy bien, me acuerdo me había sentido muy cómodo en el torneo y ahí es cuando se empieza a tejer el proceso de los Sonic. Porque ahí estaba el reclutador que me había visto jugar y me hace después todo el seguimiento de la Liga Argentina hasta las finales y a los 10 días/15 días me manda el llamado, los pasajes, para que yo pueda viajar a Estado Unidos.»

«Cuando estuvimos en Boston, la Liga de Verano. Entrenamos con los Sonic en Sattle, de ahí viajamos a Los Angeles, jugamos la Liga de Verano y de ahí nos fuimos a Boston. Cuando llegamos a Boston Nino llega a los pocos días, habíamos jugado un juego muy importante porque jugamos con el equipo que venía más armado que era San Antonio y ganamos en un final en tiempo suplementario, ganamos por un punto, el entrenador estaba muy contento. Después de ese juego piden una reunión conmigo y ahí me dijeron que ya habían visto todo lo que querían ver que si yo me volvía a Argentina ya tenía los pasajes nuevamente para el Campus de Veteranos para volver. El no conocer como es todo, porque cuando yo tomo un manager americano me dice ‘ellos tenían tu contrato firmado abajo de la carpeta, ya estaba’, ellos cuando te hacen eso es que ya te tienen fichado para el año próximo.»

«El otro día hablaba con Pepe y parecía que éramos dos nenes en Disney, era verlos y estar entrenando con ellos o que te digan algo, hablar. A mi me paso algo parecido a lo de Pepe, casi similar, estar entrenando, uno de los primeros entrenamientos y cuando llegas a la linea final, estábamos corriendo, te agachas un poquito así y miras así y ves y decís no se puede creer. La verdad que a mi me costaba disfrutar el momento porque era increíble. Esa gente que estaba viendo la mejor liga del mundo y yo estaba ahí era increíble, no se de donde me cayó.»

«Ellos me mostraron muchas cosas para poder usar y me mejoraron, me pulieron muchas cosas que yo hacía. Es otra velocidad y uno se da cuenta, uno ve la NBA y es otra velocidad, en esa época ahora juegan otra velocidad mucho más rápida, nada que ver con lo que nosotros jugábamos ahí. Pero el trabajo diario es el de mejorar lo que uno hace, por ahí no enseñarte cosas nuevas pero si lo que haces hacerlo cada vez más rápido y más efectivo, repetir, la repetición es lo que hace que uno vaya mejorando.»