El entrenador de la Selección Argentina, Sergio Hernández, habló con TyC Sports para dejar sus sensaciones, y con lagrimas en los ojos, después de la derrota del equipo nacional ante Australia en cuartos de final por 97 a 57. La despedida del capitán Luis Scola y mucho más.

No hay mucho para decir. No imaginábamos un final así ni un partido así. Imaginábamos un partido más parecido al primer tiempo. El desgaste físico y lo que nos provocó que se achique la rotación con Garino. Deck nunca pudo recuperarse de los mal estares del COVID. Nos hizo perder juego y lucidez. No pudimos tener volumen de juego alto, no encontramos la rotación ni el juego. En los Juegos enfrentamos a los mejores del mundo. No estuvimos a la altura por varias razones”. 
Le dije a Campazzo que no nos olvidemos que era el último partido de Luis Scola. No podíamos olvidarnos de un detalle no menor o quizá el mayor de todos. Le dije que estaba muy orgulloso de él. La relación empezó como maestro y alumno y terminó al revés”.
El legado que deja Luis es increíble. Todos nos pusimos atrás de él. El nivel de liderazgo y ejemplo de vida, constancia, trabajo y lucidez. De Luis aprendí que ganar es chiquito, que salir campeón no es lo más importante. Lo más importante es honrar cada segundo de lo que hagas en la vida. Honrar lo que vos haces cada día. Simplemente quiero agradecerle y todos tenemos que estar atentos a ese legado. Todos necesitamos esos ejemplos. Afortunados los que pueden estar cerca de él. Luis va a estar en mi corazón siempre”.  
“No sé. El futuro de los entrenadores no es como el de los jugadores, que cuando se retiran rara vez vuelven. Yo soy entrenador de básquet y veré a donde me lleva la vida. Acabo de terminar un ciclo en la Selección, yo tenía contrato hasta los Juegos Olímpicos. Ahora a descansar. A veces mi futuro no depende solo de mí, sino también de algún equipo del mundo que se le ocurra la locura de contratarme”.
Fotos: FIBA