Con las posibles partidas de Durant e Irving, las especulaciones de disolución de proyecto azotaron a los Nets. Sin embargo, poco se considera lo bien parada que puede quedar la franquicia dependiendo de cómo mueva sus fichas.

Por un lado, se encuentra la potencial pérdida más difícil: Kevin Durant. Si bien -claramente- no es fácil reemplazarlo, ya ha ocurrido que un equipo siga siendo competitivo tras desprenderse de un protagonista de su envergadura; sino miren a Golden State y su historia de resiliencia.

Muchos equipos se interesaron por la estrella de Brooklyn, pero hasta ahora ninguna oferta prosperó. De la única propuesta que incluyó nombres fue la que, según el periodista Marc Spears, provenía de los propios Warriors y la integraban Wiggins, Wiseman, Poole y Kuminga.
En principio no se sabe si habrían pedido algún otro jugador además de Durant, pero -a priori- no parece mala oferta.

Teniendo este potencial trade cómo piso, los Nets dispondrían de Ben Simmons, Wiggins, Seth Curry, T.J Warren, Joe Harris, Wiseman, Poole, Kuminga y Kyrie Irving como pieza de Trade. En simples palabras, tendrían el equipo titular resuelto y necesitarían buenos suplentes por Irving. Muy mal no suena.

La única gran contra, es la única oferta que trascendió por Kai, que consistiría en el base australiano y Harris por Russell Westbrook.
Si bien estaría lejos de concretarse esa opción, sería altamente perjudicial para la franquicia neoyorquina porque se desprenderían de 2 piezas de valor por una en un puesto que ya tienen ocupado, además de que hoy RW está en el piso de su precio.

La otra opción posible, cómo espéculo Shams Charania con Pat McAffee, es que ambos jugadores se queden. Esto no resultó la temporada anterior, pero es cierto que no contaban con Ben Simmons, Irving seguía encaprichado con no vacunarse y Durant tiraba del carro como podía.

Es un enigma cómo pueden funcionar los australianos junto a Durant, aunque si hay algo que está claro es que siempre es candidato un equipo de KD. Sin dudas, todo es oportunidad para Brooklyn. Pero, cómo nos enseñaron Los Simpsons, oportunidad también significa crisis.

Nota: Manu Pérez
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