El mundial ha llegado a su fin. Tendremos que esperar cuatro años más para volver a ver a las mejores selecciones del mundo competir por la copa. El torneo organizado por la FIBA tuvo absolutamente de todo. Ausencias, resultados sorpresivos, candidatos eliminados en primera ronda y una final europea, después de tres ediciones. Alemania levantó la copa en su primera final; mientras que Sebria volvió a quedarse con la de plata, tal como había sucedido en 2014.

Lo llamativo fue que, una vez terminado el torneo, la FIBA publicó en sus redes sociales algunos de los premios que no se habían entregado en la cancha. Luis Scola entregó el reconocimiento a Franz Wagner como el mejor jugador del partido. Carmelo Anthony hizo lo propio con Dennis Schröder; el MVP del torneo. Además, Josh Giddey se llevó el premio Josh Giddey Rising Star. Lo llamativo fue el quinteto ideal que eligieron desde FIBA.

Por primera vez en la historia de la competencia desde que se entrega estos reconocimientos, no hubo una elección de jugadores de acuerdo a los puestos que los mismos ocupan en el rectángulo de juego. Claramente, no fue por falta de candidatos. El All-Star Five elegido por la organización estaba conformado por: Dennis Schröder (Alemania), Shai Gilgeous-Alexander (Canadá), Anthony Edwards (Estados Unidos), Bogdan Bogdanovic (Serbia) y Luka Doncic (Eslovenia). Todos ocupan puestos perimetrales, por lo que este equipo de estrellas no cuenta con ningún interno.

Si bien la discusión es completamente personal, para mencionar algunos de los posibles candidatos podríamos mencionar a Jonas Valanciunas. Lituania terminó en el puesto número 6, uno por encima de Eslovenia y el interno tuvo promedios de 14.8 puntos, con 64.1% de efectividad en tiros de campo, 8.8 rebotes, 2.3 asistencias y 1.3 bloqueos en los ocho juegos disputados por Lituania. De Letonia, revelación del torneo, terminando en el quinto puesto; podemos mencionar a la dupla de Rolands Smits (13 puntos, 4.4 rebotes) y Andrejs Gražulis (14.4 unidades; 3.8 rebotes y 1.3 bloqueos), pilares fundamentales en el rendimiento del conjunto europeo.

Sin irnos de la excelente final que disputaron Serbia y Alemania, en el equipo subcampeón encontramos la tarea de Nikola Milutinov. El interno fue importante en el desarrollo del torneo, si bien en la final no logró imponerse al juego de Alemania. En 8 juegos promedió 12.1 puntos, 8.4 rebotes, 2.3 asistencias y 19.5 de valoración en poco menos de 25 minutos en cancha.

Foto: FIBA