La Selección de nuestro país no le dio oportunidades a Venezuela y no hubo posibilidades de reacción para los rivales, como había sucedido en el debut. Argentina volvió a tener una solidez ofensiva en donde varios jugadores quedaron con doble dígito en su anotación. Con Baralle y Lugarini como algunos de los principales destacados en el sector ofensivo, la celeste y blanca celebró su segunda consagración de forma consecutiva al vencer 79 a 65.

Es la tercera medalla dorada que Argentina logra en un Juego Panamericano. La primera fue en 1995, y hubo que esperar muchísimos años para volver a lo alto del podio. Recién en 2019, en el torneo que sirvió como preparación para el Mundial de China. En esta oportunidad, el eqiupo fue conformado con un mix de jugadores de nuestra Liga Nacional más algunos viniendo desde el exterior. Las figuras se repartieron en cada uno de los juegos para ser figuras, siendo el cordobés Baralle uno de los más regulares del evento.

En esta final, el arranque estuvo en manos de Loku Cuello y Lugarini, que abrieron el marcador y las defensas con lanzamientos perimetrales. A medida que pasaron los minutos, las defensas de Argentina cerraron los caminos al aro y la efectividad desde le perímetro no fue aliada de la Vinotinto. Argentina, que tampoco brilló en el rubro en el segundo tiempo (0/10) encontró en el juego colectivo su mejor versión. Con 17 asistencias, trató de encontrar siempre al compañero mejor ubicado, aprovechando el mejor momento de cada uno.

Las figuras:

Tal como sucedió con México, lo mejor de Argentina vino de la mano del juego colectivo. Cuando se movió la pelota, el equipo pudo brillar. Cuatro jugadores terminaron anotando en doble dígito, mientras que dos quedaron en las puertas de hacerlo. Bautista Lugarini terminó como el golador, con 17 puntos y un fenomenal 5/8 en lanzamientos de dos puntos. Lo escoltó Franco Baralle, con 15, mientras que Javier Saiz aportó 12, siendo doble doble figura con 10 rebotes.

Foto: Prensa CAB