Facundo Campazzo pasó por el canal oficial de Twitch de la Confederación Argentina de Básquetbol y, en charla con Elías Mauro y Lucas Flossi, dejó varias frases interesantes. Desde Las Vegas, contó cosas sobre la intimidad de la Selección, el Mundo NBA, sus cruces con las máximas figuras y el vestuario de los Nuggets.

El reencuentro con los subcampeones mundiales

«La verdad que tenía muchas ganas de ver a mis compañeros, ya la mayoría son prácticamente amigos. La temporada es larga y cada tanto uno piensa en cuándo vendrá a la selección. Entonces al hacerme esta idea tantos meses durante toda la temporada es como que te agarra ansiedad un poco, y más con lo que está en juego, que son unos Juegos Olímpicos».

«Ahora a pasarla bien con los chicos, disfrutar, entrenar duro, pasarla mal también porque es parte del proceso y del disfrute, no siempre la pasás bien. Pero al lado de ellos es todo mucho más fácil«.

Todo lo que vivió desde diciembre hasta hoy

«No pude asimilar mucho, pasó todo tan rápido. Empecé la temporada con el Madrid y no sabía cuándo iba a poder empezar la temporada con la NBA. Entonces en ese momento era mucha incertidumbre y tampoco me podía parar a pensar. Tenía que jugar bien y dejar todo con el Madrid y me ocupaba mucho espacio en la cabeza».

«Después empezó la temporada en la NBA: nuevo equipo, nuevo país, nuevas reglas, nuevas costumbres, y pasó rapidísimo, porque jugábamos día por medio, o back-to-back. Íbamos de una ciudad a otra, habían momentos en los que no sabía qué número, qué día del mes era«.

«Ahora, quizás cuando terminó la temporada haciendo un balance general te das cuenta, increíble. Lo intenté disfrutar día a día por más que hayan derrotas duras y demás, tratar de no gastar energía en estar de mal humor sino de ir más allá y pensar bien dónde estoy. Nunca me hubiese imaginado estar acá, así que lo disfruté más y pensando de esa manera se pasó más rápido todavía».

«Hago un balance super positivo, considero que soy mejor jugador que cuando empecé la temporada. Me ayudó mucho para corregir, para agregar cosas a mi juego, y para conocer el mundo NBA. No veo la hora de que empiece la próxima, es un gran desafío».

El Mundo NBA: los detalles distintivos fuera de la cancha

«Me di cuenta que estaba en la NBA quizás cuando salíamos para viajar. No cruzábamos por el aeropuerto, ni lo pisábamos, pasábamos por otro tipo de… no se qué era. Llegábamos al destino y al lado del avión, a 50 metros, estaban los cuatro colectivos para que nos bajemos y ya nos vayamos directo al hotel. No pasábamos ni por el aeropuerto, ni por el control, ni nada por el estilo. Ahí me di cuenta que estaba en otra liga, en una de las mejores o en la mejor del mundo».

«Después, detalles también: está todo estudiado, controlado, organizado para que vos llegues al entrenamiento, tengas tus 20 minutos de tiro extra con tus tres pasadores, más tu entrenador que te va a dar los ejercicios, y ya eso es un cambio muy grande. Lo intento disfrutar y aprovechar a la vez».

Prigioni – Scola – Campazzo: una cumbre interesante en la sobremesa en Las Vegas

«La última vez que estuvimos los tres juntos fue en Londres, o en el Mundial de España, pero después nunca más los vi a los dos juntos. Igual quedé de casualidad ahí en la esquinita y se juntó Pablo a hablar con nosotros. A Pablo lo veo durante la temporada, lo vi un par de veces, nos juntamos cuando fui a Minnesota. A Luis hace mucho no lo veía, cada tanto hablamos por WhatsApp, pero cara a cara hace mucho no lo veía y se lo extrañaba«.

El roce con las máximas figuras y el ‘trash talking

«Siempre hay ese tipo de cosas, más de lo que estaba acostumbrado, pero sabía a lo que iba. Quizás en el básquet FIBA en general no se ve eso de que te hablan cuando te meten un doble, que no los podés defender cuando te meten un triple, que si se te postean te dicen que sos muy bajito. Como que no existe allá. Y acá es como que se criaron haciendo eso. Empezaron a jugar haciendo ese tipo de cosas, acompañados de eso, y es súper natural».

«Enfrentándolos en los Juegos Olímpicos, en Mundiales, pasa un poco lo mismo. Sabés que tienen un talento increíble y encima te lo dicen. Es increíble la confianza con la que juegan, eso me sorprendió mucho. Justo hace poco hablaba con alguno de acá, y le decía: ‘Yo llego a hacer eso en un partido, meto un triple, y le digo que no me puede defender, a la próxima jugada, ¿sabés la presión que tengo para meterla o defender? La confianza para hacer eso…'».

«Allá lo ves en la mayoría de los jugadores. Intento competir. Dejás un pequeño espacio y te castigan, son muy buenos. Cada equipo tiene dos o tres jugadores fuera de serie, y sabés que contás con que te hagan ese tipo de cosas. No basta con defender bien, hay que hacerlo excelente, que incluso muchas veces tampoco alcanza. Y tenés que vivir con eso, agarrar la pelota abajo del aro y seguir jugando. Era algo que tenía como desafío, y me sentí bien. Muchas veces me daba un poquito de bronca que hagan esas cosas, pero es parte del juego». 

Su primera temporada con Nikola Jokic: ¿Se habló del Mundial 2019?

«No hablé mucho. Al principio de temporada sí, con el entrenador, del Mundial, de Serbia, entonces cuando saltaba la oportunidad de descontracturar un poco, había alguna bromita al respecto, pero no. Hablamos más detalladamente de cómo estaba su selección y la nuestra, pero del partido nunca se habló. Por las dudas no lo hablemos», contó entre risas.

Sus enfrentamientos y el saludo con Chris Paul: ¿Qué se dijeron?

«Hay mutuo respeto. Es un jugador que durante la serie no lo pudimos parar en ningún momento. Intentamos cambiarle cosas tácticas, maneras de defenderlo, agresivos, sin ser agresivos, y así y todo tomó lectura de la situación y encontró su juego, cómo hacer jugar a sus compañeros, cómo hacerlos mejor y de paso también para anotar. Cuando le dábamos el tiro, la metía, cuando no se lo dábamos, encontraba la solución».

«En lo personal siempre miré mucho su juego, y lo sigo mirando, entonces es un jugador del cual me gusta aprender, y enfrentándolo aprendés mucho más todavía, por tenerlo ahí. Siempre estuvimos por detrás. Al final del partido, nada, respeto. Suerte en los Playoffs, en las vacaciones, en lo que quede, y nada más. Es uno de mis jugadores favoritos. La tranquilidad y la toma de decisiones son siempre buenas, y eso es sumamente difícil».

La «argentinización» del vestuario de Nuggets debe seguir esperando

«No me animé por ahora. Antes de venir para Las Vegas, me tomé unos días para descansar después de los Playoffs, y cuando volví a Denver estaba sólo. Estaba Jamal Murray haciendo recuperación un poco, pero cuando me tocaba ir al gimnasio a hacer un poco de básquet, ponía mi música, lo que me gusta, y nada más. Durante la temporada creo que puse una sola canción, pero no estaban todos. Estábamos con los choques térmicos en la pileta caliente y fría, y puse la del Bizarrap con L-Gante».

«Pegué buena onda con todos, sí. Al principio me costaba enganchar cuando hablaban entre dos, así rápido. Es un equipo joven, el más grande es Paul Millsap, que tiene 36 años. Y después venimos yo con Barton, Green, y Rivers, que tenemos 30, 31, y después ya todos 24, 23, 22, y por ahí, entonces no se en qué momento fue que estoy siendo uno de los más grandes del equipo«.