Los Celtics, en una emotiva ceremonia, retiraron para siempre el número 5 de su parquet celebrando la carrera y los 6 años que ha pasado Kevin Garnett en Boston, reconocido como uno de los mejores ala-pívots de la historia y dueño de un carisma particular.



Con la mayoría de los compañeros de aquel equipo campeón de la temporada 2007/08, los dueños de la franquicia y Danny Ainge (el arquitecto de aquel recordado equipo) en lugares de privilegio. Con Paul Pierce y ¡Ray Allen! de un lado, y las hijas de KG del otro, la gala tuvo por igual tintes de emoción, risas y anécdotas por doquier.

Cuando le llegó el turno para hablar, a Garnett se lo notó tan locuaz como siempre, destacando y haciendo una revisión de cómo fue su llegada a la franquicia de Massachusetts.

“Escuché a Larry Bird decir una vez en sus primeros años en Boston que la razón por la que le encantaba jugar frente a los fanáticos en Boston es porque no podías fingir. No podías engañar a los fans. Sabían cuando estabas jugando duro. Sabían cuando estabas dándolo todo. Tienen un sentido de la historia del baloncesto y tienen un alto coeficiente intelectual de baloncesto. Les importaba y nunca lo olvidé”.

En video y ante la mirada de todo el estadio repleto, varios ex Celtics como Bill Russell, Rajon Rondo, Kevin McHale, Jason Terry y Sam Cassell le dedicaron unas palabras. Tras eso, Garnett recibió unos obsequios, incluida una réplica enmarcada del banner con el número 5 sobre un pedazo del parquet de la temporada del anillo.

Entre las anécdotas y los recuerdos junto a sus compañeros, no faltó el momento en el que mencionó a Ray Allen. Fueron años de distanciamiento y, en esta noche, el Big 3 volvió a reunirse. Todo un gesto. Todo un símbolo de grandeza. Justo lo que la velada pedía.

Al son de «In the air tonight» de Phil Collins, una canción que Brian Scalabrine (ex compañero y quien lo entrevistó durante la ceremonia) se encargó de explicar que sonó una y otra vez durante varias semanas por culpa de Garnett en aquella temporada del título, KG y sus hijas Kavalli y Kapri izaron el banner para que el ya histórico número quede en lo más alto.

El TD Garden vibró al ritmo del nombre del #5, el hombre que le devolvió la identidad allá por 2008 a una franquicia, y su gente, que durante muchos años había perdido. El domingo 13 de marzo de 2022 será recordado por mucho tiempo de aquí en más, especialmente cuando se mire para arriba en ese estadio y se vea una porción importantísima de semejante historia de la NBA.