El Real Madrid conquista este título por quinta vez tras derrotar al Baskonia 80 a 73 en la final disputada en Santiago. Llull, MVP del torneo.
La salida madridista en la final fue calcada al día anterior. Su defensa maniató a la línea exterior del Baskonia, que solo encontraba soluciones en Poirier. Llull dirigió a su equipo en ataque (11 puntos en el primer cuarto) con Tavares de aliado (5) y el Real Madrid pronto tomó la iniciativa (13-6, min. 5). Los vitorianos mejoraron con su segunda unidad, especialmente con Diop. Los blancos no se hacían con el rebote en su canasta y su rival recuperó la desventaja y se marchó uno arriba en los primeros diez minutos (20-21).
De poder a poder
La tensión y la dureza se multiplicaron en el segundo cuarto. Baskonia estuvo más acertado en el triple y fruto de ello logró un parcial de 8-0 que valía su peso en oro y le permitió mandar con hasta ocho puntos de ventaja en el 16´(28-36). Pero el Real Madrid se mantuvo firme y no bajó su intensidad. Ayón (10 puntos) y Reyes se vaciaban en la pintura, mientras que se recuperaba la fluidez en ataque con Carroll y Rudy. El alero balear echó una mano en el rebote (4) para paliar ese déficit del equipo. Los de Laso le devolvieron el parcial con un 12-0 y partido igualado al descanso (42-44).
LLULL CONSIGUE SU SEGUNDO MVP DE LA SUPERCOPA TRAS EL DE VITORIA EN 2014.
La dinámica de partido no cambió en la reanudación. Más parciales y todos neutralizados. Baskonia llevó la iniciativa buena parte del tercer cuarto, hasta el 27´, con un inspirado Shields, autor de 7 puntos seguidos (50-56). Sin embargo, Laso introdujo a los “nuevos” Prepelic y Deck, éste de cuatro y Ayón de pívot. El Real Madrid sorprendió a su rival. El esloveno aportó lo que necesita su equipo: el tiro de fuera. Con su frescura y su puntería, demostrando que puede ser letal con su tiro, lideró un importante parcial de 21-8 con 13 puntos (ocho consecutivos), incluidos tres triples, para establecer la máxima con el 71-64 en el 33´.
Su mejor versión de equipo
El Baskonia, fiel a su estilo, no se dio por vencido y siguió insistiendo, pero ahí es donde afloró la fuerza de equipo con una defensa asfixiante y la aportación de cada uno de ellos. Campazzo asumió galones en ataque y Rudy sumaba en las estadísticas que no se ven (6 asistencias y 7 rebotes). Tavares se agrandaba aún más y el Real Madrid sentenció la final secando a un rival que solo anoto 11 puntos en el último cuarto. Sensacional el nuevo campeón de la Supercopa, que sacó su mejor baloncesto cuando la situación más lo requería. Al final, 80-73 y quinto título, primero de una temporada que se prevé apasionante (80-73, min. 40).
Fotos: ACB
Nota: Real Madrid
