El juego tuvo un primer tiempo de altísimo vuelo, con ambos equipos enchufadísimos en ofensiva. Unión, apostando a la buena tarea colectiva, mientras que los de Mercedes apostaban su juego a la buena tarea de sus extranjeros Hassell y Jordan Adams. A su buen accionar se le sumó el goleo del siempre rendidor Alejando Diez. A pesar de la intensidad que mostraron los de Hernán Laginestra, los locales se adueñaron del primer tiempo 51 a 45.

El tercer parcial trajo al Malvicino lo mejor del Tatengue en el juego. Muchísima claridad en ataque y logrando bajarle el goleo a su rival, que sufrió la buena conducción de la dupla Cantero – Jaime y la buena tarea de Pedro Bombino Parada, que se hizo cargo de las acciones, y castigó de todas las formas y colores posibles. Con muchísimo corazón, los dirigidos por Ponce se alejaron a trece (65-52) una vez atravesado el ecuador del cuarto.

Lentamente, los de Mercedes fueron acorralando al conjunto local, empezaron a cerrar las líneas de pases y minimizando la cantidad de tiros cómodos de Unión, que no logró disfrutar lo suficiente de una ventaja que comenzaba a desmoronarse. Con la dupla Hassell y Adams siendo intratable, la diferencia terminó por esfumarse y, con un intenso ida y vuelta, la historia quedó igualada en 86 al cierre de los 40 minutos gracias a un palmoteo del Justin Everett que alargó la incertidumbre durante cinco minutos.

Todos los jugadores de Unión fueron imprescindibles en el tiempo extra, un goleo repartido y una alta efectividad le dieron al Tatengue la posibilidad de tomar un poco de aire en el marcador. Finalmente, Jordan Adams tuvo la oportunidad para volver a estirar el final, pero la pelota más caprichosa que nunca, se escapó de sus manos sin siquiera encontrar camino al aro. Fue todo felicidad para el local y su gente, que logró cortar la racha negativa.