En La Naranja en Números, Matías Barmat entrevistó a Silvio Santander para hablar de las estadísticas avanzadas dentro del Baloncesto y como se pueden analizar a las mismas más profundamente.

Supongamos que tenemos un jugador que anota 27 puntos en un partido en una derrota 100-95. ¿Cómo evalúa un cuerpo técnico las estadísticas cuando un jugador las produce de manera abundante pero que es un esfuerzo perdedor, es decir, con qué parámetros las mensuramos más adecuadamente y cómo las interpretamos cuando se producen en esfuerzo perdedor?

Yo creo que este punto se divide en dos, ese punto que vos analizás, cuando un jugador produce mucho desde lo individual pero ese esfuerzo no alcanza para ganar. Primero es si él hizo su trabajo muy bien, y lo que quizás falló fue la otra parte del equipo, donde hubo insuficientes prestaciones del resto, o sea, esto es para no atacar al que tuvo una gran producción. Ese puede ser un camino. Y por el otro lado, el segundo camino es el que tuvo una gran producción a costa de su equipo. O sea que de algún modo usó los beneficios que ofrece el equipo para su producción personal. Eso es lo que sí que hay que criticar o que hay que tratar de no avalar. Y parece que tenemos que dividirlo en dos entonces y evaluar cuando ese jugador lo da todo y lo da todo junto como equipo y quizás lo que no fue suficiente fue la prestación de sus compañeros o, por el contrario, si utilizó al equipo para poder lucirse él sin importarle el resultado final.

Precisamente a ese segundo punto quería llegar. A mí me viene a la mente Carmelo Anthony por ejemplo. En cuántos partidos con New York ha sido el máximo goleador de su equipo pero que debido a que acaparó la mitad de las posesiones de su equipo resultó ser a la larga perjudicial. Respecto a las estadísticas por posesión y con respecto a la concreción de la posesión: ¿jugadores que producen o jugadores que perjudican?

Siempre hay que saber leer e interpretar la situación, porque no son todas iguales. Yo lo que pienso es que hay que intentar, digamos, advertir que un jugador pueda estar tomando una conducta individualista y haciendo uso del equipo en sus facultades de, por ejemplo, anotador, mientras otros son los que hacen todo un trabajo más invisible, etc. Eso es trabajo del entrenador de poder observarlo, advertirlo, y poder empezar a tener un trabajo de ascendencia sobre ese jugador para que eso no lo haga más y que el beneficio tenga que ser colectivo. Ahora también hay que entender que son dos cosas distintas a los jugadores que tienen una mirada muy, digamos, agresiva y ofensiva para anotar, para hacerlo que él siente que de esa manera pueda ayudar al equipo y que quizás no elige el camino de la mejor manera pero no lo está haciendo de mala fe. Creo que eso hay que poder advertirlo, leerlo, y poder buscar el bien común para el equipo, que en definitiva, al hacer un deporte de conjunto, lo que buscamos siempre es el bien común. No todos pueden tirar la misma cantidad de tiros, no todos pueden jugar de la misma manera ni entrenar de la misma manera ni tener las mismas libertades. Pero está claro que siempre el equipo tiene que ir por delante de todos.

Con respecto al aprovechamiento de la posesión, siempre está ese dilema, entre jugadores poco tiradores pero selectivos en el tiro, o jugadores tiradores con abundancia de tiro exterior pero posesiones cortas y relativamente poco porcentaje. ¿Cómo se logra esa armonía entre extremos?

Bueno, ahí yo siento que hay que ir a la característica. Hay jugadores que necesitan jugar con pocos tiros y le dan un rol al equipo, que les sirve para un determinado funcionamiento, y que tienen incluso una manera de hacerlo, es decir, a través de catch and shoot o a través de jugadas con el dribbling y hacer el pull-up, digamos, pero lo hacen en pocas participaciones. Y después tenés a otros jugadores que necesitan tomar cantidades de tiros, aún no tomando los mejores porcentajes pero son jugadores que en el volumen de toma de decisiones también pueden ser los que lleven adelante las instancias finales, y quizás no tengan un colchón de buen porcentaje durante el juego, pero en el cierre del partido son eficaces. Creo que lo que hay que tratar es ayudar a los jugadores a que no vayan contra su característica. Por el contrario, es tratar de potenciárselas y saber bien qué puede hacer cada uno.

Y con respecto al proceso de toma de decisiones, es todo cada vez más rápido, vemos partidos con más cantidad de posesiones, con duraciones relativamente cortas. En ese paradigma uno se pone a preguntar,  cuán importante son los puntos por posesión, pero dado que cada vez más se aleja el tiro, el porcentaje de concreción de la posesión también baja de manera sensible. Cómo se evalúa toda esta combinación de cantidad de puntos por posesión y porcentaje de concreción de la posesión, todo dentro de la Era Dorada del Triple. ¿Cómo se evalúa dentro de este contexto?

El desafío de hoy es elevar el nivel de ejecución dentro de los ritmos hacia dónde va el juego, es decir, lo que uno busca hoy con hacer la transferencia defensa-ataque, lo quiere hacer más rápido, desmarcarse más rápido, hacer una pequeña circulación de balón de dos o tres pases, cuatro pases, tiene que ser cada vez más rápido, y poder, digamos, elevar el nivel de ejecución en un ritmo más alto. La eficiencia de las posesiones es la clave, porque levantar el ritmo sólo por tirar no es ningún negocio, o sea, lo que buscan los equipos es tener mayor eficiencia y sostener ese ritmo y esa ejecución. Y me parece que es una tendencia que se está viviendo en el último tiempo en el que ya hoy los jugadores ingresan a un ritmo que se les va a convertir en algo natural. Quienes fueron haciendo la transición a cuando se jugaba más pausado, como vos decís, los que jugaban la Era Dorada del Pase, tuvieron que hacer esa transformación dentro del campo, pero los que van entrando nuevos ya ven que es algo similar de hacer, algo natural de hacer, con lo cual se busca de esa manera, levantar las posesiones pero no perder eficiencia, al contrario, seguir teniendo una alta eficiencia y, por supuesto, mejorar el nivel de ejecución en todos los gestos técnicos.

Exactamente. Y eso se debe a que el básquetbol en general, ha pasado de un paradigma posicional a un paradigma polifuncional. Ahora al jugador no se le pregunta en qué posición juega sino qué sabe hacer. Y dada la tendencia de los jugadores a ser más polifuncionales, ¿hacia dónde crees que pueda llegar a evolucionar el juego?

Me parece que el juego ya pone a esta versatilidad que tiene que tener la mayor cantidad de recursos posibles cada jugador, es decir, antes si había dos, a veces hasta tres jugadores que no tiraban muy bien externo, se podía jugar, después ya cada vez menos, había que tirar con el 4 siempre, y había uno solo que si no tiraba, se jugaba bien igual. Bueno, ya ahora requiere que los cinco jugadores tengan tiro externo. Por consiguiente, al generarse más espacios porque todos pueden tirar, van a aparecer cada vez más, pienso yo, que uno o varios jugadores del plantel puedan poner la bola en el piso para desarrollar uno contra uno y crear la ventaja, sino vas a tener gente abierta, pero vamos a tener que poder jugar con jugadores que realmente puedan poner la bola en el piso y puedan desequilibrar para crear la ventaja y poder generar esos tiros. Y por otra parte, aparecerá de nuevo alguna situación de poste bajo, ya no sé si en el grande, sino en los aleros, en los armadores, pensando en que cualquier puede buscar una situación de ventaja también de poste bajo para repartir y ocasionalmente buscarla, no como antes: ya eso de que antes se jugaba a partir del poste bajo en un momento, tampoco lo veo más. Veo que el juego va para ahí, va para una mirada muy versátil, que todos tienen que tirar, los hombres grandes como sea tienen que también agregar el tiro externo, entonces tenemos que desarrollar jugadores que puedan poner la bola en el piso para crear ventaja y que eventualmente alguna búsqueda de poste bajo pueda haber, más que nada los guardias, para poder también ocupar ahí un punto de generación de juego.

En este pasaje del paradigma posicional al paradigma funcional o polifuncional, obviamente hay jugadores que pueden jugar las cinco posiciones de manera innata. Pero por otro lado esa polifuncionalidad se adquiere en el proceso de formación. Hasta qué punto es importante la adquisición de la técnica individual que los jugadores sepan hacer todos los aspectos del juego en lo que se requiere a la función del entrenador formador: el hecho de poder formar jugadores polifuncionales independientemente de si es innato o adquirido. En definitiva, la importancia de la polifuncionalidad en el baloncesto.

Bueno, esto es algo central. Cuando uno trabaja en formación uno busca ofrecer a ese joven la mayor cantidad de herramientas posibles paras desenvolverse en el juego de conjunto después. Un buen trabajo apunta a ofrecerle no solamente todas las capacidades coordinativas y desarrollo de las capacidades motoras y todo lo que tenga que ver con sus destrezas, sino empezar a pensar que el dribbling, la mecánica de piernas, el pase, el lanzamiento, la defensa, son fundamentos técnicos del uno contra uno para poder llegar a una correcta toma de decisiones que cuanto mejor lo tenga desarrollado más va a producir y mejor se va a sentir en el juego. Está claro que cumple el entrenador un rol central y que nosotros hemos hablado mucho eso para resaltarlo y que es muy importante en la formación competir, por supuesto, que es parte del desarrollo, competir, pero no hacerlo desde el lado digamos, de querer ganar a cualquier precio abandonando todo esto que estamos hablando o dejando de lado la posibilidad de tener una batería de fundamentos y de habilidades y de técnica individual como corresponde para chicos de esa edad.