El segundo juego mostró a un Denver mucho más agresivo, con esa actitud del que se siente herido y quiere revertir la situación tras el 0-1 ante Portland. La derrota en el Ball Arena golpeó fuerte pero la reacción fue rápida para igualar. Sin embargo, el problema Lillard hace doler la cabeza de jugadores y fanáticos.

La estrella de los Blazers volvió a brillar, sobre todo en el segundo cuarto, para terminar con 42 puntos (9 de 16 en triples) y 10 asistencias en 42 minutos.

Arrancó Rivers con Lillard que se fue metiendo de a poco en el juego hasta sumar un triple desde el Logo con un Rivers mirando. Pasó a Campazzo, que hizo un gran esfuerzo, movió mucho sus piernas, pero entre su corta estatura (1.79 mts.) que no llega a molestar al shooter y su tendencia por defender en equipo (en uno de sus triples, un mínimo paso en ayuda lo dejó lejos para reaccionar ante la velocidad de tiro de Damian) fue sobrepasado por el crack.

El segundo cuarto fue el momento crítico. Los Blazers descontaron 18 puntos con un show de Lillard que sumó 22 tantos y clavó 6 de 8 en bombas. Facu lo corría por todos lados, pero el goleador aprovechó medio segundo de ventaja para sumar. Le jugó uno vs uno con el balón en la mano y anotó, sacó tiros increíbles después de pick and roll en la cara de Jokic y Porter Jr, fue un atropello. Algo mejor lo defendió Harrison que trató negarle el balón y en algunas ocasiones lo logró. ¡El cero de los Blazers terminó el primer tiempo con 32 puntos!

Tras el descanso, Mike Malone sorprendió con el cambio y Aaron Gordon fue con Lillard. Sin dudas, Gordon es uno de los mejores defensores de los Nuggets, pero pocos pensábamos que, por su talla y juego (más de un ala pivot que de un alero) podía incomodar al crack. Según trascendió, el mismo jugador de Denver pidió su defensa y fue por él. 

La jugada dio buenos réditos porque con su versatilidad y altura (2.05 mts), Aaron incomodó a Lillard (1.88 mts.) que bajó a un 2 de 9 en triples en el segundo tiempo y sumó solamente 10 puntos. Gordon subió la defensa en los pick and roll y lo tuvo siempre de frente, atento a Lillard que, no pudo tirar libre. Ese es el punto clave, defenderle exageradamente el tiro y obligarlo a ir para adentro, donde también Damian tiene recursos para anotar, pero lastimará menos que con su tiro. Cuando penetra, las rotaciones y acoples son claves, pasa a ser un trabajo más de conjunto que individual.

La amenaza de Lillard es permanente, y ahora con Portland en su casa (este jueves a las 23.30 hs.), más aún. Cada triple de Lillard produce un golpe en los jugadores de los Nuggets. Las bombas y los puntos del crack van a llegar seguro, el objetivo debería ser cortarle los momentos en que domina el juego, cuando se enciende y parece indetenible. Con Gordon como alternativa en defensa hay otra opción.

Nota: Julián Olmedo
En Twitter: @juliolme
Foto: NBA