Rubén Magnano, el segundo entrenador argentino elegido para ser parte del Salón de la Fama de FIBA, habló en UCU Radio para contar todo sobre sus sensaciones con respecto a este reconocimiento. La Clase de 2020, que no se anunció hasta ahora debido a la pandemia de coronavirus, tiene 12 íconos del básquet en total y serán consagrados en el Salón de la Fama de la FIBA ​​durante una ceremonia digital el 18 de junio, junto con la Clase de 2021. Además, el DT cordobés, se refirió a su presente, la Selección Argentina y la actualidad del básquet uruguayo, entre otros temas. Reviví la nota completa con las frases más destacadas:

«Es una situación bastante especial y la tomo con muchísimo orgullo, pero también evaluando de que este tipo de distinciones no llega solo y dando lugar a la aceptación a través de confianza de la dirigencia, que te pone grandes equipos a disposición para poder hacer tu trabajo y aceptación de los jugadores. Un entrenador que no es aceptado, difícilmente pueda plasmar su trabajo y a la aceptación de mi familia cuando tome la decisión de ser entrenador de básquet. Esta distinción me hace sentir muy bien. Lleva mi nombre y bienvenido sea, pero en esto están involucradas muchas partes«. 

«Había un espacio ganado de aprovechar el cien por ciento como entrenadores. Hay una parte que se ha perdido o hemos dejado perder, es un 50 por ciento de cada uno. La palabra del entrenador no es exclusiva, pero si es sumamente importante, son los que moldean y hay que entender eso. Hay un grupo a nivel nacional y profesional que están trabajando y que cuentan con la pasión del entrenador argentino». 

«Los reconocimientos son momentos muy especiales para una persona. Esta vez será virtual y aunque el hecho presencial cobre otra imagen, no faltará oportunidad para hacerse presente y estar en contacto directo con este lugar». 

«El agrio sabor de la derrota de Indianápolis como el sabor dulce en Atenas están y hay que ajustarse a eso. Afortunadamente se dio la medalla olímpica y el reconocimiento internacional y a mí me ha tocado estar en los dos momentos». 

«Como extrañar, no siento esa sensación con la Selección Argentina. Soy de focalizarme en lo que hago y buscando desafíos a futuro y uno ha tenido un paso bastante importante por la Selección. La aplaudo, la disfruto, soy un argentino más y me siento orgulloso, pero no siento que la extrañe«.

«Al último Mundial lo vi como hincha al frente del televisor. Los chicos sobrepasaron las expectativas primarias que tenía afortunadamente. Por el marco a nivel internacional, pensé que íbamos a terminar entre los 8 mejores y que Argentina juegue la final del mundo con grandes juegos, fue una gran sorpresa. Vamos a seguir externamente competitivos si tenemos la fortuna de que nuestros jugadores puedan emigrar y tener un techo de competencia más alto, la Selección lo usará para bien y tendremos un equipo muy competitivo. El grado de competitividad que tiene este equipo es de altísimo vuelo». 

«Hay una realidad con la pandemia, en donde el tiempo no se recupera y sobre todo en edades puntuales pega duro. Había una cantidad de acciones y programas para desarrollar dentro del básquet que no se han podido hacer. Un poco la federación uruguaya le ha buscado la vuelta a darle vida a la liga nacional y afortunadamente se pudo jugar. Una parte activa en el básquet, que la veo muy positiva. En un tiempo, Uruguay no va a tener pivots originarios y eso conlleva al desafío táctico y vamos a tener que entender. Yo aposté a un programa de desarrollo justamente por la futura forma de jugar. Poco a poco el básquet uruguayo, tendrá que ir cambiando su forma de jugar«. 

«Nuestra presentación con la Selección de Uruguay sufrió de muchas circunstancias bastantes curiosas, porque jugábamos una clasificación para la AmeriCup y 4 equipos jugando al mismo tiempo la Liga Nacional. Con lo de la pandemia, el 70 por ciento de los jugadores no pudieron viajar y sin embargo el equipo dio la cara con mucha gente joven que tuvo su chance y lograr la clasificación, es algo muy meritorio. No sé como seguirá todo. Hoy por hoy si se juega el partido contra Canadá mañana, deberían suspenderlo. Ir a Canadá y perder por un alto score no sirve, nos conviene ir con un equipo que pueda competir». 

«No es fácil que la Liga Nacional se esté jugando, estamos ingresando a playoffs y es todo un suceso. Ver a los jugadores jugar todos los días sin tiempo de recuperación. La peor parte se la llevan los jugadores. Es muy difícil mantener la energía, intensidad y concentración. Ha sido todo un aprendizaje».

«Hindú es algo muy curioso porque actualmente su diligencia esta conformada por ex jugadores que me tocó dirigir. Me puso en la vidriera del básquet cordobés y se acercaron para ver de qué manera pueden ayudar y es un poco devolver lo que hicieron por mi acompañándolos, sobre todo a los entrenadores. Estoy muy cerca de la «Pepa» Arrigoni. El desafío me estimula muchísimo». 

«Atenas de Córdoba está en una situación límite preocupante, porque tendrá a un equipo al frente como Bahía Basket, que no ha evaluado durante toda la campaña lo que es ganar o perder. La formación y el aprendizaje está por encima del resultado deportivo y cuando están aceitados son muy peligrosos. Como entrenador no me gustaría cruzarme con un equipo como Bahía». 

«Sobre Facundo Campazzo es algo que lo vengo diciendo hace rato, desde que se fue a Madrid y a Murcia. Es un jugador que hoy está sin techo, sabía que no iba a parar. Vamos a tener un Campazzo que nos va a dar grandes satisfacciones«.

 

Fotos: FUBB / FIBA / Diario de Cuyo